El comercio de Cádiz se tuvo que conformar con ver a los turistas del Mein Schiff 2 de paseo
El puerto de Cádiz recupera las escalas de cruceros
“Esperábamos a los cruceristas como agua de mayo”
Sólo hubo dos restaurantes que sí pudieron disfrutar este lunes de los cruceristas como parte de su clientela: Cumbres Mayores y el Terraza.
Este establecimiento de la calle Zorrilla tiene un concierto con TUI desde hace ya siete u ocho años y pudo contar con la presencia de un total de 20 cruceristas. “Desde la consignataria nos indicaron las exigencias de la naviera para preservar la seguridad de sus pasajeros así que optamos por ponerles cuatro mesas de cuatro personas y una para dos. Los guías consumen dentro del restaurante”.
Así lo cuenta el empresario Isidoro Cárdeno que afirma que desde la naviera les imponen que los camareros lleven mascarillas del tipo FPP2 y que se cumpla estrictamente con las distancias de seguridad. “Incluso nos imponen el cuadrante de mesas para que sus clientes se sientan seguros”.
Además del Cumbres Mayores, el Terraza, ubicado en plena plaza de la Catedral, optó por ofrecer a los guías y a la consignataria su servicio de terraza con un menú cerrado y con las máximas garantías de seguridad y preservando siempre las distancias entre las mesas.
Aparte, pocos cruceristas se dejaron algún euro en la ciudad. Ganaron algo la consignataria, los guías, los autobuses, pero, de momento, los comerciantes se tuvieron que conformar con verlos pasar por delante de sus puertas.
Rocío, de la zapatería Payma, prefirió utilizar la expresión "chasco total" para expresar lo que sentía viendo como pasaban por las puertas de su tienda los grupos de cruceristas sin que éstos tuvieran la oportunidad de acceder a su establecimiento. Aun así, Rocío prefirió ver la botella medio llena expresando su confianza en que todo vuelva pronto a la normalidad.
Justo enfrente, María, de Calzedonia, cuenta que los cruceristas son clientes habituales de su establecimiento, por lo que "ya los esperábamos como agua de mayo". Cree que esta primera visita iba a pasar totalmente desapercibida para el comercio de la ciudad, aunque se mostró muy crítica con el protocolo que les impide ir por libre y entrar en la tienda que les plazca. "Nuestra tienda está perfectamente higienizada a cada momento del día para garantizar a los clientes que somos un espacio seguro. Nos da igual que sean cruceristas, turistas nacionales o vecinos de la ciudad", comenta María, dependienta de esta tienda ubicada en Columela.
El del taxi es otro sector que, sin duda, ha visto su gozo en un pozo con este primera crucero. "De hecho hoy no han entrado ni un taxi en el puerto de Cádiz porque sabíamos que los cruceristas no podían moverse con libertad por la ciudad", comentaba Juan desde su vehículo estacionado en el Palillero.
María José Rolán acaba de reabrir su tienda Souvenir Columela el pasado 1 de junio después de mantenerla cerrada a cal y canto durante seis meses, desde el pasado 15 de enero. Rolán detecta que la temporada está aún "flojilla" y que son los fines de semana cuando se detecta algo más de movimiento, "pero aún poco". "Al final el crucero no nos ha supuesto nada. El día ha sido como cualquier otro y, de hecho, está siendo incluso algo más flojo de lo habitual.
De todas formas, la responsable de esta tienda de recuerdos de Cádiz afirma que su clientela es más bien la gente de a pie que "cuando pasa por delante de nuestro escaparate, ve algo que le gusta y entra a comprarlo". Aun así, esta comerciante sabe que la fecha en al que estamos no es precisamente la mejor dentro del sector de los cruceros: "Siempre es mejor abril-mayor y septiembre-octubre. A ver qué pasa en esa fecha y se acaba con estos grupos burbuja que no permiten al turista andar por la ciudad a sus anchas".
En Eutimio, Juan afirma que ya lo sabía por la asociación de comerciantes, aunque reconoce que "echamos de menos a los cruceristas, y el que diga lo contrario miente".
El bar Andalucía, a un paso de la plaza de Las Flores, es también un lugar de culto para muchos turistas que se ven atraídos por su cocina y por su terraza. Allí atiende a este Diario su encargado, José María, que mostró su confianza en que el proceso de vacunación funcione correctamente y se pueda recuperar pronto la actividad normal de los bares y las terrazas de Cádiz. Su temor ya se centra en septiembre porque "en días como hoy estábamos mentalmente preparados para que la llegada de este primer crucero no nos supusiera ningún tipo de negocio a la hostelería de la ciudad".
Joaquín, a las puertas de su tienda de souvenirs Cádiz Shopping, afirma que los cruceristas suelen "picotear" en su tienda, pero que "este crucero de todas formas es más bien malito. No me refiero a que sus pasajeros sea gente mala sino que suelen gastar bien poquito. Los alemanes dejan menos dinero. Sin embargo, los italianos y los ingleses sí suelen mostrarse más generosos y se dejan algo más de dinero en nuestras tiendas, así que poco perdemos con este crucero". "Los mejores barcos son los Costas y los MSC", sentencia este comerciante.
Eva, que echa buena parte de su tiempo en compañía de los artesanos que se ubican en la calle Compañía, afirma que considera que "no tiene sentido" y que es una "barbaridad" que se traigan a turistas a visitar Cádiz y que no les dejen entrar en las tiendas. "Así lo único que van a conseguir es que la gente no quiera venir más. Para eso no hago yo un viaje en barco. Para eso me cojo, me alquilo un chalet con piscina y no muevo de allí en todo el verano".
Carlos Martín tiene un pequeño establecimiento llamado el Kiosco La Catedral y comenta a este periódico que su tienda depende mucho de los cruceristas y que fue este lunes por la mañana cuando se enteró de que los pasajeros de este barco no podían ir por libre en la ciudad. "Ha sido una sorpresa la noticia porque nos habría venido muy bien porque los fines de semana hay más movimiento de turistas nacionales, pero entre semana suele haber menos movimiento".
Los artesanos que tienen sus tenderetes en la plaza de San Juan de Dios empezaron poníéndose allí sólo cuando había cruceros pero el Ayuntamiento ya les permitió ponerse de manera permanente. A pesar de ello, dada su cercanía con el Muelle suelen ser los primeros en notar la presencia de los cruceristas. Pero Margarita cuenta desde su tienda de artesanía que cuando se enteró que hoy venía el primer crucero tenía esperanzas de vender algo más de lo habitual, por lo que le ha resultado una sorpresa no verlos por San Juan de Dios. De todas maneras, Margarita confía en que en julio la cosa cambie y los próximos cruceros traigan a sus pasajeros con más libertad de movimiento.
Jesús, desde su quiosco de artesanía, también ubicado en San Juan de Dios, afirma que "los cruceristas nos dan la vida. Llegan hasta aquí paseando y siempre suelen gastarse algo porque les gusta llevarse algún recuerdo. Confíemos en que las medidas se relajen y recuperemos las ventas de antes de la pandemia".
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