El comercio de Cádiz ya no echa de menos a Zara
Se cumplen dos años desde el inicio de la marcha de Cádiz de la mayor parte de las marcas de Inditex
Tras el susto y la crisis económica, el sector comienza a recuperarse
En pleno auge de la pandemia, hace ahora dos años, Inditex anunció el cierre de sus dos tiendas de Zara en Cádiz. Tras la sorpresa, por una clausura inesperada pues ambos locales funcionaban muy bien, llegó el estupor, la indignación y la asunción de un nuevo palo para el comercio de la ciudad. Al fin y al cabo, guste o no, las grandes firmas nacionales e internacionales siempre son motores para el sector, y más en localidades de mediano tamaño.
Tras la desazón inicial, la noticia de que la marcha de Zara, a la que le siguieron todas las marcas de Inditex ubicadas en la ciudad menos Stradivarius, que mantiene sus dos locales abiertos en Cádiz, formaba parte de una estrategia internacional del grupo gallego: cierre de tiendas pequeñas o medianas para concentrarse en grandes locales (Zara acaba de abrir en Madrid su establecimiento más amplio de todo el mundo, con 9.000 metros cuadrados), junto a una apuesta cada vez más clara por la venta online.
A partir de ahí, tras pasar el luto, el comercio tradicional de Cádiz ha demostrado, con esfuerzo, paso a paso y aún con mucho camino aún por recorrer, que el sector puede vivir sin Zara, aunque muchos sigan buscando esta marca y, los visitantes, preguntando dónde está en la capital gaditana.
"Nos preocupó la marcha de un gigante tan importante; pensábamos que era por una crisis local por lo que nos tranquilizó saber que era una estrategia del Grupo y asumimos entonces que no había nada que hacer2, salvo impulsar aún más al comercio tradicional de la capital, que siempre ha tenido muy buena marca en la provincia, destaca José Amaya, presidente de Cádiz Centro Comercial.
Ahora, dos años después, algunas de las tiendas que fue dejando vacía Inditex en la ciudad ya están ocupadas por otras firmas, pronto pasará lo mismo con el edificio que dejó Massimo Dutti. No son marcas tan relevantes como las de Inditex, pero al menos evitan la mala imagen de ver locales vacíos.
Más difícil va a ser, se reconoce desde el sector, encontrar un candidato para el edificio que dejó en la calle Columela Zara Mujer. Su amplitud, una finca de tres plantas, obliga a buscar una firma con una cierta potencia. Y hoy, la tendencia del mercado, que piensa en clave digital, no va por abrir tiendas en ciudades medianas como puede ser Cádiz.
Con todo, y más allá del efecto dominó provocado por la pandemia, la crisis económica que la precedió, junto a la crisis y subida de precios por el alza de los combustibles, los paros en el transporte y la invasión de Ucrania, se constata un buen ritmo en la apertura de nuevos establecimientos en la ciudad.
Menciona así Amaya como está próxima la apertura de locales en sustitución de Springfield y Regente, cerrados en Columela.
"Todo ello deja claro que hay un interés por ubicarse en Cádiz", frente a la cada vez más potente oferta online, en el que el comercio tradicional intenta buscar su hueco, asumiendo que resulta complicado, por no decir que imposible, contar con una plataforma única de distribución de todo el sector que compita con las grandes cadenas nacionales e internacionales.
Junto con el Ayuntamiento se está pendiente de inaugurar oficialmente la Oficina de Captación de nuevas empresas, a las que se les ayudará en la búsqueda de locales, las gestiones administrativas y la oferta que se demanda desde la ciudad. En todo caso, ya se están recibiendo propuestas de apertura en Cádiz, con algunas ya cerradas.
Mientras, el siempre elevado alquiler de los locales en el centro, la necesidad de ampliar las calles comerciales, la necesidad de mejorar la iluminación, la limpieza, el mobiliario urbano, la señalización, el aparcamiento y las ofertas de ocio complementarias, siguen siendo las otras patas necesarias para el sector aún por solventar.
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