Tribuna libre
El mensaje del comedor
A las cuatro de la tarde ha comenzado el resanado de la fisura detectada en el arco de entrada al casco histórico de Cádiz de la Puerta de Tierra. Un operario con pico y maza ha comenzado a golpear las zonas deterioradas, que al final han sido al menos cuatro, para retirar el hormigón roto y evitar así el riesgo de caída de cascotes a la calzada. La Policía Local ha sido la encargada de regular el tráfico con el corte de los dos carriles de la derecha y permitiendo el acceso puntual de coches por el carril de la izquierda. Sobre las cinco de la tarde, el dispositivo se ha trasladado al arco de salida de la Puerta de Tierra.
Esta misma mañana, el Ayuntamiento anunció la actuación de urgencia en este histórico monumento y Bien de Interés Cultural de la capital gaditana ante la existencia de una fisura en uno de los arcos. El operario municipal, bajo la supervisión de los técnicos municipales de Urbanismo que seguían los trabajos y tomaban fotografías de los resanados, comenzó a retirar hormigón en la parte central del arco más cercana a la piedra ostionera. Una gran placa de hormigón fue retirada en primer lugar, dejando al aire el forjado de hierro que aguanta la estructura.
El operario, montado en una cesta articulada, iba golpeando las zonas dañadas para eliminar completamente los trozos de hormigón que pudieran desprenderse. Una vez inspeccionada la zona, se ha actuado en la fisura principal, la más grande, y en otras zonas que se han considerado también en peligro. La primera impresión es que esta actuación de urgencia ha servido para comprobar que los daños se extienden más allá de esa primera fisura de mayor tamaño.
La intención del Ayuntamiento es emitir un informe para enviarlo a la Junta de Andalucía, dada la condición de BIC de este monumento. En estos momentos, los operarios municipales están inspeccionando y actuando en el otro arco de la muralla gaditana.
Los arcos de la Puerta de Tierra se ejecutaron entre 1949 y 1951, tras una larga polémica por el intento de derribo de todo el frente esta fortificación, menos del Torreón, que estaba protegido. Los arcos fueron diseñados por el arquitecto municipal Antonio Sánchez Estévez, con el apoyo de los ingenieros del Consorcio de la Zona Franca, entonces aún en fase de rellenos. Se proyectó la instalación de vigas cantiléver para salvar los 15,20 metros de luz de cada arco.
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