El confinamiento provocó un aumento del número de amputaciones de miembros
Entrevista con el doctor Manuel Rodríguez Piñero
El médico gaditano participó en el primer implante con éxito en un paciente de las primeras venas personalizadas por ingeniería de tejidos
Manuel Rodríguez Piñero: “Somos el servicio con menos especialistas por habitante”
Manuel Rodríguez Piñero es jefe de la Unidad de Gestión Clínica de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Puerta del Mar de Cádiz. Lleva desde 1995 imbuido por esta especialidad y 28 años prestando su servicio en el centro sanitario de la capital.
Ya de por sí es un currículum más que válido para lucir en la pared de un despacho, pero si, para colmo, ha tenido el honor y el privilegio de ser seleccionado para participar de manera activa en el primer implante con éxito en un paciente de las primeras venas personalizadas por ingeniería de tejidos... La intervención tuvo lugar en enero pasado en el Hospital Virgen de las Nieves de Granada y aún andan vigilantes con los resultados y siguen muy de cerca al paciente que, al igual que el doctor Rodríguez Piñero, pasará también a la historia de la Medicina y, es más, de la Medicina andaluza.
-Empezamos por lo más básico, ¿Qué es la angiología?
-Pues fácil. Es la ciencia que estudia los vasos sanguíneos, y la cirugía vascular es la cirugía que se aplica cuando hay algún problema en esos vasos.
-¿Cuánto habrá cambiado su especialidad desde su entrada en este hospital en 1996?
-Ha cambiado bastante gracias a la evolución de la cirugía endovascular que permite el tratamiento a través de catéteres de todo tipo por dentro (intraluminar) de los vasos sanguíneos. Esto revolucionó por completo la especialidad. De hecho tuve que especializarme en los Estados Unidos.
-Entiendo que la cirugía endovascular diminuye el índice de mortalidad así como el período de recuperación de los pacientes, entre otros beneficios, ¿no?
-Es mínimamente invasiva y el riesgo para el paciente disminuye. No todo lo podemos hacer con esa metodología. Hay veces que las complicaciones nos obligan a abrir al enfermo y a tomar decisiones importantes o vitales en un corto espacio de tiempo. En cuanto al post operatorio, el paciente puede irse a casa incluso 24 horas después de ser intervenido.
-Al final, menos gasto para el sistema....
-Los dispositivos endovasculares son más caros pero luego el sistema sanitario general se lo ahorra con altas más tempranas.
-Ahora que nadie nos escucha, como se suele decir. ¿Qué déficit tiene su unidad?
-Soy actualmente presidente de la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular y llevo años en su junta directiva.
-Entiendo, por lo tanto, que tendrá mucho que reivindicar...
-Conozco bien la situación de esta especialidad en España. En Cádiz tenemos el servicio o la unidad de cirugía vascular con menos especialistas por habitante de toda España. Ahora mismo contamos con siete especialistas para los 1.250.000 gaditanos, a los que hay que sumar 83.000 habitantes de Ceuta. Estamos intentando buscar más plazas porque la sociedad española recomienda un especialista por cada 70.000 habitantes y ahora mismo estamos en Cádiz en uno por cada 155.000.
-¿Y cuál es la consecuencia más inmediata de este déficit?
-La patología venosa está muy descuidada.
-¿Cuesta encontrar médicos para esta especialidad o es que vuelan en cuanto acaban la carrera?
-Es un problema serio a nivel nacional. Ha quedado desfasada la formación de especialistas por culpa del número de plazas que salen. A eso se suma el boom de la cirugía en la medicina privada y una fuga masiva de especialistas en cirugía vascular hacia la privada. Incluso muchos de ellos renuncian definitivamente a la pública. Pero, lo peor, es que no se ha incrementado la formación para compensar esa fuga y las jubilaciones.
-¿Y cuál sería la solución?
-Hay una comisión nacional intentando que aumenten las plazas de formación.
-¿Qué tipo de pacientes llegan a sus manos?
-Hay que distinguir la patología venosa y la patología arterial. La más seria que tratamos y la que menos puede esperar es la arterial, encabezada por los aneurismas que es una dilatación en la que corre serio peligro el paciente porque puede producirse una rotura. No hay que olvidar que una enfermedad arterial en las extremidades puede terminar en la amputación de un miembro. De hecho la provincia de Cádiz es una en la que más amputaciones vivimos y es, en parte, por ese culpa de un déficit de atención médica. A eso se le acompaña la diabetes, que es a día de hoy una auténtica epidemia en el mundo.
-¿Entiendo que muchas de estas amputaciones son evitables con una atención adecuada?
-Ahí tenemos que llegar lo antes posible. De todas maneras la pandemia ha empeorado la situación y, como consecuencia, ha habido que amputar más.
-¿Más que el Covid, el confinamiento?
-Claro. La gente no salía, no iba al médico y, en ocasiones, cuando se llega, ya es tarde.
-Pero no es una enfermedad que entre de hoy para mañana, ¿no?
-Es progresiva, pero hay mucho paciente diabético que le ha llevado a sufrir arterioesclerosis, lo que le provoca el cierre de las arterias y una posible isquemia. La diabetes empeora la situación, pero, para colmo, con el confinamiento dejó de ver al médico, dejó de salir a la calle, apenas se movían en casa... Y todo eso empeora la situación y las consecuencias.
-¿Yes realmente preocupante esa cifra de amputaciones?
-No las tenemos cuantificadas pero le puedo decir que durante los peores momentos de la pandemia fue horroroso.
-Y centrándonos en su experiencia en el hospital de Granada... ¿Por qué usted?
-Yo soy aquí el investigador principal. La idea surgió hace tres años.
-¿Cómo le explicaría al pueblo llano qué se hizo en Granada?
-Aquí lo peor es encontrar al paciente adecuado. No vale cualquier paciente con insuficiencia venosa crónica sino que, además, no debe padecer ninguna otra enfermedad que entrañe un riesgo añadido.
-¿Es aún arriesgado?
- Entrar en el quirófano siempre es arriesgado. Pero lo que hacemos es sustituir un trozo de la vena femoral que es la que va desde la ingle hasta la rodilla. Son pacientes que tienen una insuficiencia en la válvula, en esa vena y la sangre no circula bien por ella. Al paciente le cambiamos ese tramo dañado por otro procedente de un donante fallecido. Esa vena hay que prepararla con un tratamiento que elimina las células del donante. Entonces se extraen células de la sangre del receptor y se mezcla con el tejido que se le va a implantar, de manera que se recelulariza y ya toma las células del paciente receptor.
-¿Y esto salva vidas?
-Esto no se hace para salvar vidas sino para mejorar la sintomatología del paciente que tiene una clínica. Son pacientes con úlceras que ya no se cierran o pacientes con trastornos tróficos que deterioran la piel y provocan mucha hinchazón en la pierna... Entonces es cuando calibramos ya otra alternativa.
-¿Se sabe ya el porcentaje de éxito de este tipo de intervenciones?
-Pues aún no. Es pronto. En las pruebas que se hicieron con animales, el éxito es del cien por cien. Pero esta es la primera vez que se hace con humanos. Ahora ya estamos en fase de seguimiento permanente del enfermo para así ver su evolución.
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