La confitería El Pópulo de Cádiz y la protección etnológica que la podría salvar

El PGOU propone el mantenimiento del uso relacionado con el comercio de confitería o, en su caso, la preservación del mobiliario y la maquinaria antigua

Cierra la pastelería de El Pópulo, el tercer comercio más antiguo de la ciudad

Fachada de la pastelería de El Pópulo.
Fachada de la pastelería de El Pópulo. / Julio González

El inminente cierre de la Confitería El Pópulo, un emblema en el sector de la hostelería que arrancó su andadura en 1849, supone otro varapalo para el comercio tradicional. Solo dos locales lo superaban en antigüedad, dos farmacias. Es precisamente el grado de protección del edificio situado junto a la plaza del Ayuntamiento -grado 0- el que lo expone a convertirse en un alojamiento de apartamentos turísticos, pues son los únicos en el casco antiguo que se han reservado a este fin, aunque el bajo, eso sí, está llamado a convertirse en local comercial.

La cuestión es que el establecimiento está dotado aparte de la protección etnológica que recoge el mismo Plan General de Ordenación Urbana de Cádiz (PGOU), según recordaba el PSOE hace unos días, y que sería su única tabla de salvación.

Según el PGOU, la protección etnológica de la Confitería El Pópulo es "preferente", hasta el punto de que en el documento se propone el mantenimiento del uso relacionado con el comercio de confitería o, en su caso, la preservación del mobiliario y la maquinaria antigua de valor etnológico. De hecho, se recomienda "la puesta en valor de la historia etnológica del establecimiento con señalización informativa sobre la misma".

Esto repercutiría tanto en la planta baja como en la primera, que es donde se encuentra su obrador, así como la residencia de la familia que lo regenta actualmente.

La confitería se ubica en la zona trasera de la Casa Amaya, mientras que el resto de dependencias que dan a San Juan de Dios son oficinas municipales.

Entre diciembre del pasado año y el pasado mes de marzo se cerró la venta del inmueble a una empresa ajena a Cádiz. Y aunque se desconoce el fin, podría destinarse a apartamentos turísticos en su totalidad, que sí lo permite la ordenanza contra la turistificación, que persigue las VFT de forma aislada, pero no lo edificios completos con este grado de protección, el 0, así como el grado 1.

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