La construcción del templo obligó a derribar varias manzanas de casas
Hubo derribos de casas en 1839, 1862, 1867 y 1885 para dar la actual imagen de la plaza
A pesar de que el proyecto de crear una gran plaza frente a la Catedral no llegó a buen puerto, la construcción del templo sí trajo consigo la eliminación de diversas manzanas de edificios que por entonces ocupaban el espacio alrededor del edificio.
La primera actuación llegó en el año 1839, el siguiente a que se inaugurara el templo, cuando fueron demolidas las casas que había entre las calles San Juan y Marrufo, lo que dio lugar a una pequeña plazoleta junto a la iglesia de Santiago (que por entonces daba a una estrecha calle que la separaba de otra manzana de edificios).
En 1862 llega la siguiente operación urbanística en la zona. Curiosamente, con motivo de la visita a Cádiz de la reina Isabel II se decide derribar una manzana de edificios que había delante de lo que hoy es el bar Terraza, a la izquierda de la Catedral (si se mira al edificio de frente).
Cinco años más tarde volvería a actuarse en la zona, en ese plan del Ayuntamiento de dar más espacio alrededor del templo recién construido y después de declarar de utilidad pública la operación -según la Real Orden de 8 de julio de 1862- se derriba la casa que había delante de la iglesia de Santiago.
En ese momento, se consigue unir las plazas de la Catedral, de Silos Moreno (la que había entre el Terraza y la manzana derribada en 1862) y la de Santiago. Pero aún quedaba quizá la intervención más importante en la plaza. En esos tiempos, las calles Compañía y Pelota estaban unidas por otra pequeña vía -entonces denominada de la Virreina- que discurría justo delante del actual frente de la plaza (donde hay diversos establecimientos hosteleros, el hotel que se está construyendo o la residencia de estudiantes). Esa última manzana de edificios sería demolida en el año 1885, quedando la plaza según se conoce hoy en día en el año 1890.
No obstante, aún quedaría pendiente una última intervención urbanística entorno al primer templo diocesano. Un último paso que no llegaría hasta el siglo XX, concretamente hasta el año 1931, según las explicaciones del arquitecto Juan José Jiménez Mata.
Hasta ese año, en la cara trasera de la Catedral existía un muro que cerraba la zona, ya que el Campo del Sur nunca fue una zona a la que la ciudad prestara demasiado interés en los siglos anteriores, donde estaba mucho más preocupada y volcada en el Puerto, donde se desarrolló la principal actividad y movimiento social y económico. El Ayuntamiento de 1931 decidió derribar ese muro y crear la calle que conecta directamente la plaza de la Catedral con el Campo del Sur. Una calle que se decidió dedicar a Vicente Acero, el arquitecto que dio inicio con sus proyectos en el templo de toda una operación urbanística que pudo llegar a cotas mayores si los planes de expansión de la plaza de Manuel García del Álamo se hubieran desarrollado.
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