Desescalada en Cádiz: Lo que no se contó del aforo de las playas

El equipo de gobierno anunció un Plan de Contingencia y unas medidas que la Policía dice que no se pueden cumplir

La oposición plantea propuestas tecnológicas adaptadas a las circunstancias

Usuarios de la playa de Santa María del Mar a principios de esta semana.
Usuarios de la playa de Santa María del Mar a principios de esta semana. / Julio González

Sobre el papel estaba todo pensado y controlado. Límite máximo de aforo para cada playa, supervisión continua desde tierra, mar y aire (las azoteas de los edificios del Paseo Marítimo), plan de actuación desde que el aforo alcanza el 80%… Pero a las primeras de cambio, el plan de contingencia de playas cayó el domingo como una ficha de dominó que va empujando a la siguiente encadenadamente. Lo ocurrido en Santa María del Mar desvela un grave distanciamiento entre lo anunciado por el Ayuntamiento y lo que luego ocurre sobre la arena. Situación que se ve además agravada al asegurar la Policía Local que el plan municipal no puede llevarse a cabo.

Varias son las claves de lo que no se ha contado respecto al aforo de las playas y a esta temporada marcada por la epidemia del coronavirus.

Control de aforo

Según el plan de contingencia, cuando el aforo se situara en el 80% se daría aviso por megafonía, para que los usuarios fueran conscientes de la situación y antes de adoptar la medida de cerrar los accesos. Pero sobre la práctica se ha visto que pese a la existencia de un aforo concreto para cada playa es materialmente imposible controlar si hay ese número exacto de personas en la playa. La decisión del domingo en Santa María del Mar se tomó “a ojo de buen cubero”, como pusieron de relieve fuentes consultadas. Realmente no se sabe si había más o menos de las 3.648 personas fijadas como número máximo en esa playa.

Responsabilidad policial

“La Policía Local, Protección Civil y distintos auxiliares controlarán el acceso a la playa de las personas usuarias para que tengan espacio suficiente para respetar la distancia recomendada entre personas por las autoridades sanitarias a fin de intentar evitar la propagación del coronavirus”, establece el Plan de Contingencia del Ayuntamiento. No obstante, desde Policía Local se traslada que hasta la fecha no se ha dirigido ninguna comunicación ni ha habido indicaciones sobre esta nueva misión policial para el verano. Es más, fuentes consultadas afirman tajantemente: “No estamos capacitados, facultados y formados para medir el aforo de las playas”, reconociendo la sorpresa con la que se enteraron “por los medios de comunicación” que les tocaría controlar el aforo en las playas. “Policía Local no tiene conocimiento del control”, concluyen al respecto.

Vigilancia desde las azoteas

Una de las cuestiones respectivo al control del aforo de las playas que más llamó la atención era la vigilancia desde las azoteas de edificios del Paseo Marítimo para saber si se cumplían o no los números fijados para cada playa. Este extremo del que informó en su día el Ayuntamiento es negado en rotundo por la Policía. “Es ridículo. De risa. Y no lo vamos a hacer porque no es nuestro cometido”, aseguran. Entre otras cuestiones, plantean las fuentes consultadas lo que supondría localizar los edificios a los que subirse, solicitar permisos a las comunidades de propietarios o hacerse con las llaves para acceder a las azoteas de esos bloques. Gestiones todas que hasta la fecha -que se sepa- no se han realizado.

Accesos cerrados

El cierre de los accesos de Santa María del Mar también ha generado una gran incertidumbre respecto al Plan de Contingencia. La medida pudo aplicarse en una playa ciertamente acotada y con accesos muy limitados. ¿Qué habría pasado si la medida hubiera que haberla tomado en la Victoria? ¿Cómo controlar todos los accesos de esa playa? “Sería imposible, no habría efectivos suficientes para controlar todas las entradas, y además haría falta más agentes en la arena para impedir la llegada de más usuarios por la orilla desde Cortadura o la propia Santa María del Mar”, explican.

Los vigilantes de la Junta

La falta de agentes para hacer efectivo el plan de contingencia cuando sea necesario puede verse compensada con la incorporación de 686 vigilantes contratados por la Junta de Andalucía, que ahora se esperan a finales de junio. Pero la Policía advierte: la efectividad de la labor de estos auxiliares dependerá en buena medida “de la colaboración de la gente”, teniendo en cuenta las limitadas potestades en materia de seguridad y orden público que tendrán esos trabajadores temporales.

Medidas tecnológicas

Ante un escenario como el del pasado domingo, que parece que se repetirá en más ocasiones a lo largo de este verano, desde la oposición municipal se han venido planteando medidas que apuestan por hacer uso de la tecnología para controlar el buen desarrollo de la temporada de playas este año tan peculiar. Así, Domingo Villero ya dijo en su día que debía recurrirse al big data para controlar el número de personas que hay en la playa en cada momento. Y el Partido Popular ha planteado la puesta en marcha de una aplicación móvil que se encarga de ese control y esa información, recordando que la Junta de Andalucía va a destinar una partida económica precisamente dirigida a inversiones para la temporada de playa (por lo que la financiación de esa aplicación móvil no sería un obstáculo).

El turismo

La situación que se ha dado y se puede repetir en las playas preocupa también por los efectos que pueda tener para el turismo. Sobre esto se ha pronunciado ya Horeca, que ha pedido que los clientes del hotel más próximo a Santa María del Mar tuvieran un espacio asegurado en la playa (para 200 personas) si se alcanzara el 100% del aforo permitido. Otras voces se preguntan qué pasará si las excursiones tan habituales durante el verano llegan a la ciudad y se encuentran con que no pueden acceder a la playa. “¿Se ha informado de esa posibilidad a las empresas de autobuses y las agencias que organizan esas excursiones?”, preguntan. El temor es que la situación pueda tener un efecto negativo en un turismo que rechace venir a la ciudad por el temor de no acceder a la playa, o que no repita destino si se encuentra con esos problemas.

Un verano difícil

Todo este escenario augura un verano complicado para los responsables de cuidar el cumplimiento de los aforos en las playas. Sobre todo teniendo en cuenta que lo del domingo pasado en Santa María del Mar ocurrió en Fase 2 -cuando sólo podían desplazarse a la capital residentes en la provincia- y en una playa que no suele ser destino de visitantes y turistas -que se dirigen directamente a la Victoria-. “Se augura un verano difícil, porque esto es un despropósito, una improvisación tras otra”, concluyen las fuentes consultadas.

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