Cómo un convento pasó a ser sede del primer instituto de Cádiz
La capital obtuvo permiso para contar con un centro de secundaria en dura competencia con Jerez
En 1962 se abrió el edifico junto a la muralla
Discrepancia sobre el traslado de la placa dedicada a Rubio y Díaz
En 1857 la Ley de Instrucción Pública, conocida como Ley Moyano, auspiciaba la instalación de centros de enseñanza secundaria en todo el país. La norma limitaba a un equipamiento por provincia, a ubicar en la capital. Sin embargo, a pesar de los intentos de Cádiz, Jerez se adelantó en la apertura de este centro, dificultando la puesta en marcha de uno similar en nuestra ciudad.
El complicado proceso de obtención de este instituto de secundaria para Cádiz, relatado por José Pettenghi en su libro sobre la historia del Instituto Columela, se salva en primer término con la definitiva aprobación de este equipamiento en la capital, en 1863, aunque limitado a Instituto 'Local', lo que obligaba al Ayuntamiento a financiar su funcionamiento. Una categoría local que limitaba el sueldo de sus profesores.
El segundo paso era encontrar un edificio donde ubicar el instituto. Y como siempre ha sido en esta ciudad, el Ayuntamiento terminó aportando el inmueble.
Relata Pettenghi que fue en la etapa como alcalde de Juan Velarde cuando se plantó usar para este fin el antiguo convento de los agustinos, en la calle San Francisco.
Este inmueble, datado en 1658, fue utilizado por la propia orden como colegio de la misma "rayando a gran altura su fama y prestigio", contando con una destacada biblioteca, parte de la cual se conserva en el Seminario Diocesano de la calle Compañía.
Con la Desamortización de Mendizábal, el edificio del convento pasa a manos del Estado, que instaló allí diversas dependencias, entre ellas la Diputación Provincial y la administración de Correos.
En 1864 se cede al Ayuntamiento para su uso como centro educativo. Será una aportación económica de los ciudadanos la que permita ejecutar las obras de mejora y adaptación del edificio. El 27 de septiembre de 1863 se inaugura el primer curso académico. Tras la constitución del claustro de profesores será elegido director Vicente Rubio y Díaz. El primer año estuvieron matriculados 398 alumnos.
La ampliación de la matrícula y la obligación de la separación de sexos en las aulas, provoca que tras terminar la Guerra Civil, ya a mediados de los años 40 del pasado siglo, se busque una alternativa a la complicada ampliación del edificio de la calle San Francisco.
Por su coste se descarta utilizar, para la sección femenina, una finca de la calle María de Arteaga. Así, al final de aprueba construir un inmueble de nueva planta. El Ayuntamiento ofrece un solar vecino al Campo de la Mirandilla, en extramuros. Se solventaría así el histórico problema de la falta de espacio en el instituto para la práctica de la gimnasia. El Ministerio de Educación Nacional ignora esta propuesta y se enfría el plan de la nueva sede.
Falla también la propuesta de ocupar el solar del antiguo Colegio Alemán, en Bahía Blanca, hasta que el Ayuntamiento cede, en 1953, un solar a la altura del foso de Puerta Tierra. Habrá que esperar casi una década, hasta el 27 de octubre de 1962, para que el nuevo centro abra sus puertas.
Este llevará el nombre original de Columela y estará ocupado por los chicos. Ellas se quedarán en el viejo edificio de San Francisco, hasta su cierre en 2006.
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