Las monjas del convento de Santa María de Cádiz regresarán en seis meses

Ahora sí, parece. La tortuosa lucha de las monjas concepcionistas por volver a su casa de Santa María tiene ya los meses contados. Seis, en concreto, son los que distan para que la comunidad regrese al convento del que salió hace más de quince años por el mal estado de conservación que presentaba y por unos planes liderados por las administraciones públicos que sonaban a gloria y han sido luego todo un infierno. Así lo ha anunciado la asociación de amigos del Monasterio de Santa María, que ha informado de la reanudación de las obras en la Casa del Capellán.

Esta casa es una estancia que se ubica dentro del monasterio y que va a ser rehabilitada para adaptarla como convento provisional de las monjas, que de este modo podrán regresar a Santa María. Se dotará con media docena de celdas y las estancias necesarias para una estancia que, conviene recordar, es de 24 horas al día los 365 días del año, al tratarse de una congregación de clausura.

Las obras que se van a iniciar ahora, cuyo contrato ya se ha firmado con la empresa Corsantec, supone una segunda fase que continúa con el proyecto desarrollado en el año 2018. En aquel momento se invirtieron 163.579 euros en unas obras que vinieron a garantizar la estructura de la Casa del Capellán. Así, se realizaron demoliciones de forjados, saneamientos, impermeabilización de las cubiertas y cerramientos de las zonas abiertas para impedir la filtración de agua.

Culminada esta fase, la asociación que trabaja sin desánimo en la recuperación del monasterio y la propia congregación religiosa concepcionista han tenido que esperar este impasse de tres años hasta volver a reunir la cantidad económica necesaria para ejecutar esta segunda fase. Una financiación en la que ha sido fundamental la habilitación del columbario en la iglesia de Santa María, que poco a poco va ocupándose a razón de 2.000 euros por nicho (por un depósito de las cenizas de 50 años).

Estas nuevas obras, y definitivas, en la Casa del Capellán tienen un coste de 257.000 euros, que asumen en solitario las monjas y los amigos del monasterio, ante la absoluta inacción de las administraciones públicas (especialmente la municipal y la autonómica) que siguen mirando para otro lado en lo que al presente y al futuro de este enorme edificio enclavado en Santa María se refiere. Con esta partida, se habilitarán las distintas estancias necesarias para el regreso de las monjas; un pequeño convento con una decena de celdas con baño, un refectorio, una sala de estar, la cocina, una capilla, la sala capitular, un despacho, una biblioteca, el torno, un locutorio, una sala de visitas, la lavandería, un pequeño huerto y un patio. En total, 660 metros cuadrados construidos para devolver la vida al monasterio y también a las monjas que hace más de quince años tuvieron que marcharse por el mal estado del edificio.

La actuación de futuro

Esta rehabilitación de la Casa del Capellán supondrá el regreso de las monjas a un convento provisional, ya que el objetivo tanto de la orden concepcionista como de la asociación creada en 2012 es recuperar la totalidad del monasterio, que abarca nada menos que 4.400 metros cuadrados. Esta actuación de gran calado se ha valorado en unos tres millones de euros, que es la cantidad necesaria para rehabilitar todas las dependencias de la totalidad del monasterio. Llegado ese momento, las monjas volverían a su casa natural, pasando el convento provisional que se va a habilitar en la Casa del Capellán a hacer las veces de hospedería, en un recurso que servirá para que las monjas sigan obteniendo fondos con los que se seguir atendiendo y restaurando esta parte importante de la historia y el patrimonio de la ciudad.

De hecho, la rehabilitación y puesta en uso de la Casa del Capellán corresponde a la segunda de las cinco fases diseñadas por la orden concepcionista y la asociación de Amigos de Santa María cuando iniciaron la labor conjunta de intervención en el monasterio, allá por el año 2012. Tras una primera fase dirigida a frenar el deterioro del edificio, en el plazo de seis meses se estima que culminará la habilitación del convento provisional para el regreso de las monjas. Y a partir de ahí, quedará por delante una tercera fase que rehabilitará el núcleo central del monasterio, incluido el gran claustro de enorme valor histórico y patrimonial; una cuarta fase en la que se actuará en distintas dependencias que dan a las calles Mirador y Santa María; y una última en la que se rehabilitarán las dependencias que dan a la calle Teniente Andújar.

Estas dos últimas fases darían como resultado instalaciones y servicios que pueden tener usos compatibles con la clausura, lo que unido a la hospedería de la Casa del Capellán otorgarían en el futuro un enorme edificio en pleno barrio de Santa María que mantendría su función histórica como monasterio al mismo tiempo que permitiría el uso ciudadano, no solo a nivel turístico sino también cultural y social.