El bar de Sopranis que responde a las ansias de comer caracoles
Coronavirus en Cádiz
El lunes, nada más anunciar la venta a domicilio, se cerraron todos los envíos de jueves a domingo:
80 tarrinas diarias
Temían los fans de los caracoles que el estado de alarma se prolongase tanto que les impidiese degustar estos moluscos gasterópodos una vez llegada la temporada. No será en una terraza, no habrá idílicos escenarios de noches de primavera, pero podrán disfrutarlos en casa. Eso sí, deben estar atentos porque la demanda es brutal. Y es que el bar Los Caracoles, en la calle Sopranis, comenzará a repartir este jueves a domicilio. Desde que anunciase en las redes sociales la puesta en marcha de esta iniciativa la respuesta fue inmediata. De hecho, ya no hay posibilidad de recibirlos ni jueves, ni viernes, ni sábado ni domingo. Dice Tamara Micea, empleada e hija del propietario, Ramón, que están “saturados” con los pedidos y “hasta el lunes que viene no podemos coger más”.
Los Caracoles repartirá 80 tarrinas diarias, 80 kilos. El propio Ramón Micea se encargará de las entregas en una moto adaptada para la ocasión, por lo que la logística está un poco limitada. Será esa cantidad, de momento. “Aunque el lunes ya hay demanda para 100 tarrinas”, apunta Tamara. “Ha sido un boom. No pensábamos tener esta respuesta tan grande”, reconoce. El lunes se agotaron todos los pedidos hasta el domingo.
Espera Tamara que este año vengan buenos los caracoles hasta el mes de julio, para así aprovechar el máximo tiempo posible esta oportunidad de mitigar las pérdidas económicas a causa del estado de alarma por el coronavirus. “Nos va a ayudar porque tener el bar cerrado es una ruina. Comemos tres familias del negocio”, admite Tamara. Su padre, un veterano hostelero, destaca que la venta a domicilio “será un leve respiro para las deudas y las pérdidas que supone el cierre. Lo de la hostelería con el coronavirus va a ser criminal”.
En la mañana de este miércoles han comenzado a poner el bar a punto, con una limpieza a fondo. Allí, a puerta cerrada, empezarán a cocinarse el jueves los caracoles “bajo las más estrictas medidas de higiene y seguridad”, según apunta Tamara Micea. Ramón y su mujer, la cocinera habitual del bar, serán los encargados de la elaboración.
El precio de cada tarrina es de seis euros. Refrescos y cerveza, a un euro. “Y sin gastos de envío, que sabemos que la cosa está mal económicamente y muchos de los que nos llaman son clientes de toda la vida”, dice Tamara. Los pedidos pueden hacerse en estos teléfonos, vía whathsapp o llamando directamente: 683533278 y 686159326.
Una historia detrás
El bar que regenta Ramón Micea es un referente en la elaboración de los caracoles, heredero del histórico La Palma del Hondillo que él mismo dirigía, en la esquina de las calles Marqués de Cádiz y Ruiz de Bustamante, hasta su cierre a finales de julio de 2015, y donde en estas fechas se despachaban entre 180 y 200 kilos al día. En Sopranis, cerca de su antiguo establecimiento, pudo seguir Ramón con su negocio. Ahora, acuciado por la circunstancias, se reinventa llevando a domicilio lo que para muchos es un manjar.
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