Fase 0: El comercio de Cádiz, a verlas venir
Coronavirus en Cádiz
Los establecimientos de la capital, entre las citas previas y los preparativos para abrir el lunes 11
Con toda la incertidumbre del mundo y bajo estrictas medidas preventivas, buena parte del comercio tradicional de la capital gaditana ha comenzado a desesperezarse después de 50 días de inactividad a causa de la epidemia del Covid-19. Unos establecimientos ya funcionan con su cita previa, según marca esta Fase 0, otros se ponen a punto para el lunes 11, cuando dará comienzo la Fase 1 y podrán abrir sus puertas con las consabidas restricciones. No son artículos de primera necesidad lo que venden en su mayoría, de ahí las dudas de sus propietarios en cuanto a las posibles ventas. Además, el añadido de los maltrechos bolsillos de los clientes. Pero había que dar el paso. Nadie puede sostener un parón económico tan largo.
En Friking Cádiz, de la calle Corneta Soro Guerrero, una tienda de camisetas especialmente para seguidores de series y sagas de películas, empezaron el lunes con la cita previa. Su gerente, Emilio José García, decía este martes que “la cosa está flojilla, pero hemos abierto porque teníamos de todas formas que preparar la tienda y organizarnos para la semana que viene, que puede, esperemos, mejorar la cosa”. “En nuestro caso, desde el lunes estamos con restricciones de espacio, una sola persona por cada turno”, añade. Muestra cierto optimismo al decir que “se supone que para el verano tendremos buenas ventas, pues es una época fuerte por las camisetas”. La central de esta franquicia, con nave en Puerto Real, donó 60.000 camisetas para confeccionar mascarillas.
“Hemos mantenido el reparto a domicilio durante el confinamiento, pero el 11 podremos abrir la terraza, que es nuestro fuerte, al 50 por ciento, o sea, nueve mesas en lugar de 18”. En la Marisquería San Francisco, en la plaza del Santísimo Cristo de la Vera-Cruz, Francisco Alfaro, copropietario, explica que están “pintando la fachada, arrancando las máquinas que han estado desde marzo sin uso, poniéndolo todo a punto”. También ofrece un punto de vista esperanzador. “El marisco es un producto que gusta mucho y que no se ha consumido mucho durante el confinamiento. Esto, unido a la relación calidad-precio que tenemos, el agradable lugar de la terraza y las ganas que tienen los clientes, nos hace ser optimistas, tenemos buenas vibraciones. Con terraza, despacho y venta a domicilio tenemos ilusión”.
Francisco Alfaro. Marisquería San Francisco.
“El marisco es un producto que gusta mucho y que no se ha consumido mucho durante el confinamiento"
María José Enríquez se afanaba en la mañana del martes limpiando y desinfectando a conciencia su tienda de ropa y accesorios para niños y bebés, llamada Bolita y ubicada en la calle José del Toro. “Estoy limpiando después de tanto tiempo de cierre para abrir el próximo lunes. Y preparando mamparas, geles, mascarillas y guantes. Mucha seguridad y más de dos personas no creo que puedan estar dentro a la vez”, declara. De mercancía está “a tope” porque “había comprado la temporada de verano antes del cierre y la tengo al completo porque no dio tiempo a vender nada. A ver cómo sale esto, porque la gente no tiene un duro pero yo tengo que pagar la mercancía”. No será fácil. “Yo trabajo mucho con bodas, bautizos y comuniones. Y todo eso se ha suspendido”, lamenta. Pero ahí está, al pie del cañón. ¿Quién dijo que iba a ser fácil?
Un lugar tan añejo, histórico y especial como la Taberna La Manzanilla, en la calle Feduchy, también tiene su relación con la desescalada y con esta pesadilla que se vive desde mediados de marzo. Pepe García, tercera generación en la gestión de este singular establecimiento, ha tirado de modernidad pese a que entrar en el local es como hacerlo en épocas pretéritas. “Hemos estado enviando paquetes a toda España en el confinamiento. Y desde el lunes despachando por la reja los pedidos que nos hacen los clientes por teléfono, email, whatssap, Instagram o Facebook. Recogida entre 10.30 y 12.30. Botellas para casa de moscatel o manzanilla, entre otros productos”, destaca.
García ha tenido que estar muy pendiente del negocio a pesar de estar cerrado. “He estado ventilando botas de vino, que se apulgaran, y aireando el local de cuando en cuando”, apunta. Dice que “el próximo lunes abriremos, pero con el salón cerrado. Será complicado, a ver cómo sale la cosa”. Claro, porque las tertulias con distancias son menos tertulias.
Pepe García. Taberna La Manzanilla.
“Durante el confinamiento he estado ventilando botas de vino, que se apulgaran"
Manuel Aragón, de Confecciones Manolito, en la calle José Cubiles del barrio de La Viña, abrirá el lunes 11, “aunque si a algún cliente le hace falta algo se lo sirvo con cita previa”, según señala. Este martes estaba poniendo a punto el negocio. “Podremos atender a una persona por cada mostrador, más no caben aquí”, admite. Hasta entonces cuelga carteles que ruegan esperar turno y piden distancias de seguridad. O que eviten tocar las prendas expuestas. “Tengo todo el género de verano comprado y las facturas viniendo por el banco”, apostilla.
Quorum Libros, la librería de la calle Ancha, anunciaba en sus redes sociales que la web está de nuevo operativa. En esta Fase 0 atenderán a los pedidos para entregarlos con cita previa. El lunes 11 será la reapertura “con las distancias y limitaciones marcadas por la autoridad sanitaria”. Muy cerca, en El Taller de Coqui, una tienda de complementos de la calle Barrié, han estado repartiendo a domicilio durante estos 50 días. Ahora avisan en las redes: “Volvemos a la carga. Eso sí, a medio gas y con medidas de seguridad e higiene muy estrictas”. Se puede pedir cita en eltallerdecoqui@gmail.com, por Instagram y por Facebook. De 10.00 a 14.00 para recoger pedidos, hacer consultas o realizar compras. Un cliente por turno, imprescindible el uso de la mascarilla, un metro de distancia por cliente y preferible el pago con tarjeta.
Con estas premisas tan excepcionales y restrictivas deberán comenzar estos comercios a desempolvar sus actividades, tan castigadas desde el 18 de marzo por el cierre. Reinventarse, trabajar duro, tener paciencia. Un nuevo escenario, un nuevo reto. Por si no tenían ya bastante antes del estado de alarma.
¿Y los bares que no tienen terraza?
Uno de ellos es el Alver, frente a Urgencias del hospital Puerta del Mar, en la calle Ejército de África. Su propietario, José Manuel López, iba a esperar a la Fase 3 de la desescalada, para comenzar a funcionar desde el 7 de junio. Pero la circunstancias económicas mandan y será el 26 de mayo, recién estrenada la Fase 2, cuando retome la actividad de su local “con las pocas mesas que podamos atender y con desayunos a domicilio, aunque sin poder abrir la barra, que será más adelante. Sin terraza y sin servicio a domicilio es complicado subsistir, pero tenemos que intentarlo”. Podrá, eso sí, ir rescatando trabajadores del ERTE a medida que se avance de fase. A su cargo están cinco empleados más él y su mujer, que son autónomos.
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