Zornoza: “Han quedado patentes nuestros límites y nuestra fragilidad”
Carta pastoral del obispo de Cádiz y Ceuta
El obispo hace un llamamiento a la caridad “con los cercanos y vecinos y especialmente a los enfermos” en estos días de confinamiento
“El dolor nos une más”, afirma en su carta pastoral con motivo de la Semana Santa
La epidemia del coronavirus es “una de las crisis más duras de cuantas ha padecido España”. Tanto, que “nos cuesta ver la voluntad de Dios en todo esto”. Pero en medio de esta situación, y ante la cercanía de la Semana Santa, el obispo de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza, ha publicado una carta pastoral que invita a la esperanza de los ciudadanos y en la que hace un llamamiento a que el terrible escenario actual sirva para una mayor unión y “un seguimiento más radical de Cristo”.
“Han quedado patentes nuestros límites, nuestra fragilidad, que somos caducos y débiles”, afirma Zornoza, reseñando especialmente “las dificultades para muchas familias, especialmente para los ancianos, y para los más frágiles”. “Pero el dolor, sin embargo, nos une más”, destaca haciendo referencia a palabras de San Juan Pablo II: “El sufrimiento está presente en el mundo para provocar amor, para hacer nacer obras de amor al prójimo”.
En este sentido, Zornoza ha lanzado una serie de llamamientos o recomendaciones a los fieles de su diócesis. Una especie de decálogo en esta Cuaresma del confinamiento. “Vivamos intensamente, en este momento crítico, la caridad entre nosotros en la convivencia del confinamiento domiciliario, con una especial solicitud por los cercanos y vecinos que necesiten consuelo y atención, cuidando especialmente a los enfermos. La dificultad del contacto físico requiere un especial amor creativo que invente nuevas formas de manifestar el amor, la cercanía y el apoyo afectivo que tantos necesitan, sobre todo con los que viven solos, ayudados por los medios tecnológicos actuales. No olvidemos a los más necesitados, colaborando en lo posible para ayudar a los enfermos e indigentes. Seamos ejemplarmente dóciles y sacrificados cumpliendo rigurosamente las indicaciones cívicas y sanitarias dispuestas por las autoridades”.
También ha pedido el obispo que durante estos días “intensifiquemos nuestra oración por los difuntos, por los enfermos, por el personal sanitario, por todos los servidores públicos; por los sacerdotes, consagrados, catequistas, familias y cuantos nos sostienen en la fe”. “La oración es el lenguaje de la esperanza y esperanza en acción”, ha referido, al mismo tiempo de ha querido poner de manifiesto la labor que están realizando muchos profesionales y voluntarios. “Cualquier aplauso es poco para agradecer a cuantos nos sirven y se desviven por nosotros haciendo que pueda superarse esta crisis, asistiendo con desvelo a las personas, dando lo mejor de sí mismos, aún con riesgo de su salud y de su vida, a veces heroicamente”, afirma Zornoza.
Del mismo modo, el obispo destaca el modo en que los diocesanos están viviendo la “dura prueba” que está resultando esta Cuaresma, llamando la atención el fortalecimiento “de las devociones piadosas más arraigadas” como el rosario, el vía crucis, la Liturgia de las Horas o la meditación de la Palabra de Dios. Pese a esta práctica hogareña religiosa, no esconde Zornoza que en estos difíciles días “quisiéramos estar más cerca que nunca de quienes peor lo están pasando, que sin duda son aquellas familias que sufren estos días la pérdida de un ser querido, acrecentado aún más si no han podido despedirse de ellos, y acompañarlas en su sufrimiento”.
Aplazada la Misa Crismal, sin una decisión sobre las procesiones
Zornoza invita a vivir este año las celebraciones de la Semana Santa por los medios de comunicación. “Hacedlo desde vuestra casa con piedad, evitad toda distracción, venerad alguna imagen o estampa que tengáis de Cristo y de María”, pide el obispo, que invita también a los fieles a que en las retransmisiones de las misas “orad con devoción y responded a los sacerdotes como si estuvieseis allí mismo en la iglesia”.
De estas celebraciones ha anunciado el aplazamiento de la Misa Crismal, que se celebra en Cádiz el Miércoles Santo. “Cuando pase esta tribulación, nos reuniremos para dar gracias a Dios y vivirlo con la grandeza litúrgica y espiritual que merece, experimentando juntos de nuevo la presencia victoriosa del Resucitado” afirma Zornoza, que no ha indicado nada sobre las procesiones suspendidas, después de que el Vaticano autorizara a celebrarlas en otra fecha.
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