Salvado por los pelos
Un tripulante de Pullmantur de Cádiz vive las consecuencias del coronavirus para el sector de los cruceros
El gaditano Mariano Pastrana, director de crucero del ‘Horizon’ de Pullmantur, vivió el estado de alarma en Dubai, a punto de partir en una ruta de 14 días que le podría haber dejado tirado en altamar al menos dos meses
Salvado por los pelos. Mariano Pastrana ha ejercido hasta el inicio de la pandemia como director de crucero en la compañía Pullmantur. Pero con covid o sin él, Mariano ya lo tenía más que pensado y comunicado a su empresa: este sería su último trayecto. A sus 45 años ha considerado ya que era momento para poner los pies sobre la tierra y dedicarse de pleno a su familia. Su esposa Pamela, una cantante brasileña que conoció a bordo hace ya varios años, y su pequeña Sofía de apenas cuatro años.
Y no miente Mariano Pastrana porque a finales de 2017, durante una estancia en Navantia del buque en el que trabajaba en aquel momento, el Sovereign, respondía a una extensa entrevista mantenida con Diario de Cádiz. En ese momento ya hablaba de su intención de saltar por la borda y tomar tierra para dedicarse también a otra pasión: el alojamiento turístico.
Compró una finca frente a la Casa del Almirante, en la calle San Martín, para intentar levantar algún día un edificio de apartamentos turísticos.
Pero se podría decir que últimamente la suerte no ha corrido de su parte, pero sería mentir. Es cierto que dos meses antes de cumplir su último contrato, su empresa Pullmantur, perteneciente al 49% a Royal Caribbean, ha presentado concurso de acreedores y sus buques van ya camino del desguace.
Para colmo, llega a Cádiz con la intención de meterse ya mismo en obras para levantar su ansiado edificio de apartamentos y se encuentra con que el alcalde de Cádiz habla de frenar la licencias para este tipo de obras y establecimientos.
Ahora está en tierra, pero respira profundamente después de lo vivido a raíz de la pandemia mundial que ha dejado al mundo congelado y sumido en una crisis de incalculables consecuencias.
Concretamente para Pullmantur, el coronavirus ha sido fulminante y lo ha sumido en una quiebra que hará que su nombre pase a la historia como una de las navieras más españolas que ha existido en el panorama del sector de los cruceros.
Ya sólo le quedaban tres buques, el Horizon, el Monarch y el Sovereign y todos preparan sus bártulos para pasar ya mismo por desguace.
Y mientras que el alcalde José María González Kichi se piensa si frena el desarrollo de los hoteles y bloques de apartamentos turísticos para la ciudad de Cádiz, Mariano Pastrana no puede frenar su vida así que anda buscando, con 7 idiomas a sus espaldas, gran experiencia en el sector turístico y con la costumbre de trabajar al ritmo de un crucero, o sea, casi sin descanso, un trabajo en algún hotel de la provincia o en algún lugar en el que sepan valorar lo que ha aprendido durante estos años en Pullmantur. "Además, me da igual empezar de nuevo aunque sea cargando maletas en un hotel". Él confiaba, primero, que la ciudad acogería bien su proyecto de alojamiento turístico, cosa que no ha sido del todo acertado por culpa del Ayuntamiento, de momento, y, en segundo lugar, que con ese bagaje a las espaldas sería fácil encontrar en una provincia como Cádiz que vive prácticamente del turismo, pero no ha sido así. De momento, intenta seguir adelante y aprovechar los mejores momentos que le brinda una pequeña de cuatro años.
Pero la pandemia le ha brindado a Mariano la última de las historias que podrá contar como viejo lobo de mar, ya que se escapó por los pelos de verse a bordo del Horizon varado durante dos o tres meses frente a las costas de Atenas muy lejos de su familia.
Pero finalmente, una acertada decisión por parte de Pullmantur evitó lo peor e hizo que tanto Mariano como su mujer y su hija, que casualmente viajaban con él, terminaran todos en Cádiz, con coronavirus, pero en Cádiz.
Este ya ex director de cruceros de Pullmantur estaba embarcado a bordo Horizon en una maravillosa ruta llamada Dubai Leyendas de Arabia, en la que se recorrían distintos puertos de dos exóticos países como Emiratos Árabes Unidos y Omán.
"Nos empezaron a llegar noticias de lo que ocurría en China pero aún parecía que todo nos pillaba muy lejos". Pullmantur, en principio lo acogió con paciencia y optó, de momento, por endurecer algunas medidas de seguridad. Ya desde Royal Caribbean, que tiene voz y mando en la naviera española, determinó que todos los barcos que estaban en Asia tenían que pasar a un protocolo denominado OPP2. Se trata de un plan de prevención ya protocolizado para cualquier tipo de pandemia o plaga.
Esto les llevó a adoptar una serie de medidas basadas, sobre todo, en intensificar los protocolos de higiene tales como esterilizar las áreas públicas con mayor frecuencia o el uso de utensilios de materiales de un uso.
Pero ya en Italia se empezaron a detectar los primeros casos y ya las reuniones a bordo se volvieron diarias, según narra Mariano Pastrana. Omán, uno de los puertos de escala, prohibe ya las escalas de cruceros en sus puertos, así que el panorama se volvió mucho más tenso.
La intención era, tras la última ruta, permanecer en Dubai hasta el 14 de marzo y, desde allí, tirar para Antenas haciendo un trayecto pasando por Jordania, Egipto hasta llegar a la capital griega, donde Pullmantur tenía planeado iniciar su temporada europea.
Mariano ya soñaba con llegar Atenas porque allí empezaría la cuenta atrás de sus últimas dos semanas antes de poner rumbo a su Cádiz.
"Ya se lía la cosa, la gente se empezaba a plantear si íbamos a seguir o no y se decreta el estado de alarma y una vez que se decreta, la compañía (una decisión que inicialmente no entendíamos) aún optó por seguir adelante con la idea de retomar la travesía". Era una ruta de 14 días hasta Atenas con unos mil pasajeros a bordo, por cierto, con mucho pasaje español e incluso un grupo de Cádiz. Junto a ellos, muchos italianos que ya tenían noticias más que frescas de lo que estaba ocurriendo en su país.
Pedro Sánchez decreta el estado de alarma, con lo que ya Pullmantur tenía cada vez las cosas más claras ya que el día 13 seguían llegando pasaje a bordo con la intención de encerrarse en el Horizon hasta el día 25. Ese plan ya no fue posible gracias a la sabia decisión de la ya casi extinta Pullmantur. "De hecho, si hubiera ocurrido nos habríamos tenido que quedar varados frente al puerto de Atenas un par de meses porque ya estaba todo cerrado", aclara el gaditano Mariano Pastrana.
La orden era desembarcar a todos los pasajeros y comprarles pasajes de avión para que volvieran lo antes posible a sus países de origen. Pero a Mariano le preocupaban sus pasajeros pero algo más su esposa Pamela y su hija Sofía, que viajaban con él gracias a una opción que les ofrece Pullmantur que se denomina Family on boat. "Les tuve que busca un vuelo para volver a casa al día siguiente, a través de Barcelona hasta Sevilla, para ellas dos porque yo me tenía que quedar para ver qué iba a ocurrir en los días siguientes". Por fortuna, todos los pasajeros no habían llegado. Casi la mitad fue lo suficientemente responsable como para no moverse de sus casas.
De vuelta a Cádiz
"La vuelta a casa fue otra aventura. Me encontré en Madrid con mi mascarilla y con un aeropuerto fantasma”
Finalmente el 17 de marzo "nos comunicaron que se iba un grupo en el que yo estaba incluido. La vuelta fue otra aventura, me encontré en Madrid con un aeropuerto fantasma". Lo peor es que, preguntado por este periódico, Mariano se vino desde Dubai con una mascarilla y sin que nadie, desde allí hasta que llegó a Cádiz, le tomara ni siquiera la temperatura o le pidiera explicaciones sobre su viaje, lo que demuestra que muchas cosas no se hicieron en aquel entonces del todo bien.
Y llegó a Cádiz. Pero su mente estaba aún en Dubai, a bordo del Horizon. "Me iban llegando informaciones. Cientos de tripulantes se contagiaron con el covid, casi toda la tripulación que iba conmigo, de hecho un músico estuvo muy grave y el jefe de pastelería, con unos 50 años de edad, falleció por culpa del coronavirus".
Mariano está convencido de que tanto él como Pamela como su hija Sofía pasaron el covid en su casa. "De hecho al principio la pérdida del gusto y del olfato no se contemplaban como síntoma y ya nosotros lo padecíamos".
En cuanto a los pasajeros que llegaron a estar a bordo del Horizon en Dubai, no hay quien le quite a Pastrana que muchos llegaron con covid o se marcharon a su casa con covid. "Hubo una parte del pasaje que sólo estuvo un día y no sé que habrá sido de ellos".
Mariano sabe que si el barco hubiera salido rumbo a Atenas esta historia podría haber sido un peor final. "Afortunadamente la decisión que tomó la compañía fue la correcta, tal vez más tarde de lo deseado, pero fue acertada".
Mariano Pastrana no se imaginaba una despedida de su profesión como director de cruceros como la que vivió. Él soñaba con una celebración a bordo con sus cientos de compañeros. "Me salve por los pelos y acabar diez años así es realmente triste". Ahora le toca esperar que alguna empresa del sector turismo le de trabajo y sepa aprovechar lo mucho y bueno que tiene Mariano que ofrecer (de hecho, pide a Diario de Cádiz que airee su situación insistiendo sobre sus siete idiomas, amplia experiencia y total solvencia y profesionalidad) mientras que Kichi y compañía no se aclaran qué hacer con los apartamentos turísticos. Mientras tanto, la pequeña Raquel, a sus 4 años, la hija de Mariano, ya tiene una historia en mente que podrá contar a lo largo de toda su vida, que su padre se salvó por los pelos del infierno del covid.
Mariano Pastrana:"Hay miedo pero no tardará en desaparecer"
Sobre la nueva normalidad en el sector de los cruceros, Pastrana se muestra convencido de que nada va a cambiar de lo que había antes. "Puede tardar más o menos pero creo que finalmente el modelo de crucero será el mismo. El crucero se popularizó para quedarse y ya no va a volver ese producto elitista que antes era. Esa demanda queda ahí latente".
Si bien es cierto, según este tripulante de crucero, que se aprenderá a convivir con unas normas de higiene mucho más estrictas. A esto habría que sumar el miedo que habrá a meterse ahora en un crucero. A este respecto, Pastrana mantiene la tesis de que "el ser humano sabe siempre seleccionar los buenos recuerdos y olvidar los malos, de manera que todo volverá a ser normal. Mira si no las playas de Chiclana sin ir más lejos. Parece que nunca ha pasado nada. Es cierto que hay miedo pero creo que no tardará en ir desapareciendo".
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