Cádiz, ciudad fantasma
La crisis del coronavirus
Las principales calles comerciales de la ciudad se encuentran desiertas en el primer día laborable con el estado de alarma
Algunos supermercados han implementado medidas de protección para los empleados y clientes
En la película 'Abre los ojos' de Alejandro Amenábar se comenzaba con una escena en la que el protagonista soñaba con una Gran Vía madrileña absolutamente desierta. Algo de eso se ha podido ver en la mañana de este lunes en la capital gaditana. La ciudad está absolutamente paralizada en el primer día laborable al que nos enfrentamos desde que se decretara el estado de alarma.
Si hay algún lugar de movimiento son los supermercados. En el Mercadona de la avenida de la Ilustración la actividad no era tan frenética como en el pasado lunes pero igualmente había bastante público comprando. Lo que sí se pueden ver son las medidas de seguridad para los empleados y para los propios clientes. Así, los trabajadores están todos con mascarillas y en las puertas de entrada hay dos personas que advierten a todo comprador que accede al establecimiento que ha de salir por el mismo sitio.
En los lugares donde hay que hacer espera, como por ejemplo en la pescadería, han puesto unas líneas amarillas en el suelo para que la gente guarde la distancia de seguridad entre unos y otros, algo que también se ha hecho en la línea de cajas. En estas, además, hay empleados en todas para que el tiempo de permanencia sea el mínimo posible.
En el Carrefour que está junto al Mercado Central, había una larga cola fuera del establecimiento con dos metros de distancia entre cada uno de los clientes esperando para acceder al interior, ya que no se permitía un número elevado de personas en el interior del supermercado.
En el contiguo Mercado Central en una frutería la dependienta aparecía ataviada de guantes y mascarilla para atender a los escasos clientes que en ese momento, a primera hora de la mañana, estaban por las instalaciones. Si un lunes suele ser bastante flojo en el mercado al no haber pescado, en una situación excepcional como la que estamos viviendo, se encontraba aún más desierto.
A pesar de que es un día laborable y que la gente puede acudir a sus centros de trabajo, el tráfico en la Avenida principal de la ciudad era muy escaso, nada que ver con cualquier día. Los autobuses urbanos van apara arriba y abajo de la avenida prácticamente vacíos.
En el Ayuntamiento de Cádiz hay varios carteles que indican el cierre de las instalaciones e instan a las personas que lo necesiten a realizar sus gestiones de manera telemática. En la cercana plaza de la Catedral, que todos los días es un hervidero de gente con las numerosas terrazas de los locales de hostelería parecía aún más grande de lo que era con el aspecto desértico que presenta y con una rampa que no se usará este año para los desfiles procesionales.
Columela, Ancha, San Francisco... La ciudad está está recluida en sus domicilios. De vez en cuando te cruzas con gente con mascarillas y guantes, un repartidor que lleva los productos a tiendas que se encuentran cerradas y los ciudadanos que si se encuentran a alguien conocido, mantienen las distancias, como las que hemos mantenido el fotógrafo y el redactor que firman esta información.
En el centro se pueden ver muchas tiendas y bares que han puesto carteles en sus escaparates advirtiendo del motivo del cierre. Algunos que comparten la venta de comida y bebidas con el de un bar o una cafetería, como el Molero's, en la plaza de San Agustín, un biombo separa el lugar que es un almacén, que sí pues estar abierto, de la zona de bar, que es la que debe permanecer cerrada.
En el Parque de Varela hay operarios que están trabajando en los jardines con las medidas de seguridad pertinentes, pero el recinto se encuentra totalmente cerrado con un candado en sus puertas de acceso.
En La Paz es un lunes distinto porque no hay Piojito pero el Paseo de la Bahía y el Campo del Sur siguen siendo lugares en los que algunos desobedecen las indicaciones de las autoridades y se les ven en atuendo deportivo andando a paso ligero. La playa, tras los avisos realizados por la Policía Local y los vídeos que circularon ayer por todos los medios y redes sociales, se encontraba totalmente vacía. A ello contribuía el hecho de que han bajado de manera sensible las temperaturas.
Llama también la atención que muchos de los que se puede ver en la calle es gente mayor, precisamente la población que es la que tiene un mayor riesgo si resulta infectado por el coronavirus.
El barrio de Astilleros es una zona fantasma. El Corte Inglés se encuentra cerrado salvo el Hipercor y la zona de recogida de pedidos. En la parte más industrial, en el recinto fiscal de la Zona Franca sí se podía ver una mayor actividad de trabajo, aunque tampoco es la habitual de todos los días.
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