La crisis del Covid lleva a la locura: cruceros a ninguna parte
Marítimas
Mientras Cádiz y el resto de puertos andaluces luchan por convencer a las navieras de que cuenten con sus destinos como alternativa, muchas compañías tratan de reinventarse ideando cruceros sin tocar tierra
Una cosa es reinventarse y otra, tirar la capacidad inventiva por la borda, nunca mejor dicho.
Vale que las navieras estén perdiendo cientos de millones al día por tener sus cruceros fondeados sin poder entrar en actividad por culpa del parón provocado por el coronavirus, pero es conveniente centrar los objetivos y poner los pies en el suelo.
Mientras que puertos como el de Cádiz o los del resto de Andalucía debatían hace unos días en Sevilla sobre opciones, siempre lógicas, para reactivar el sector de los viajes en crucero, parece que el mundo le ha dado tantas vueltas de tuerca a la cabeza que, la rosca de la tuerca parece que se le ha pasado.
"Cruceros a ninguna parte". Así lo venden. En esta ocasión ha sido Singapur la que ha anunciado esta idea, pero meses antes ya lo estaba haciendo Escocia. Pero es más, parece que la idea es copiada porque algunas aerolíneas ya habían inventado esto de volar sin destino. Es decir, tanto en un caso como en el otro, se trata de salir en barco o en avión desde, por ejemplo, cualquiera de los puertos o aeropuertos andaluces, permanecer a flote durante unos días viajando sin rumbo definido y sin tocar tierra y, después de un par de semanas, volver al punto de partida.
En el caso de las aerolíneas no puede responder a otra cosa que no sea acabar con la ansiedad de muchos adictos a los viajes que no pueden pasar más de un mes sin pisar un aeropuerto. Pero el caso de los cruceros parece que lleva otro derrotero.
Las navieras se han cansado de perder millones y millones de euros y de ver sus barcos fondeados en medio de las bahías de medio mundo sin posibilidad de reiniciar sus rutas habituales cargados de turistas. Mientras esta normalidad paralizada por el Covid llega, parece que se trata de sobrevivir y así evitar que muchos navíos queden para el arrastre y se vean abocados al desguace por la falta de movimiento.
En Singapur, las navieras Genting Cruise Lines y Royal Caribbean Internacional serán las encargadas de organizar estos viaje pilotos de ida y vuelta, sin atracar en otros puertos y con un aforo limitado al 50 por ciento de la capacidad del crucero, apunta a Efe el Departamento de Turismo de Singapur.
El objetivo es dar la posibilidad a los singapurenses de aprovechar los cruceros como si fueran hoteles a flote, aprovechando sus restaurantes, teatros, piscinas, atracciones, y del resto de atractivos que ofrecen los grandes buques de crucero de las principales navieras.
Pues en Escocia no han visto esta idea con malos ojos y la compañía británica St Hilda Sea Adventures, con sus St Hilda, Seahorse II y Gemini Explorer, En cuanto a los precios de estos viajes a ninguna parte, van desde los 227 euros por noche en el buque St Hilda para 6 pasajeros, hasta los 441 en el de mayor capacidad, el Seahorse II, un antiguo ferry noruego reconvertido para alojar a 11 personas, se puede volver a sentir la emoción de ser un pasajero.
Estos cruceros a ninguna parte ofrecen por ese precio el uso de todas las instalaciones del buque durante diez o doce días con la plena garantía del control de la limpieza y de las medidas necesarias para sentirse aislados, confinados de manera voluntaria y a flote.
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