La crisis demográfica pone en riesgo el propio futuro de Cádiz
La pérdida de población, el envejecimiento, el limitado reemplazo generacional... los indicadores auguran malos años para la ciudad
Cádiz retrocede (en población) a 1958
Las claves por las que Cádiz pierde población
El futuro más inmediato de Cádiz capital, o el propio presente en algunos casos, está marcado por la crisis climática, la crisis económica influenciada por la conflictividad internacional, y la crisis social en la que confluyen los dos primeros problemas. Pero a todo ello, Cádiz une una tercera gran crisis que, tensando la cuerda, puede poner en riesgo su propio futuro como ciudad: la crisis demográfica.
Desde hace tres décadas la ciudad, constreñida en sus 12 kilómetros de superficie y de espaldas, como todos los municipios, a un desarrollo mancomunado en su Bahía, ha ido perdiendo población a un paso acelerado, dejándonos hoy en apenas 113.000 vecinos, 43.000 menos que en nuestros mejores tiempos. Una tendencia a la baja que se mantiene año tras año y que pone en riesgo el índice de 100.000 vecinos, que podríamos perder en el plazo de poco más de una década. Y que afectaría a las aportaciones que recibe del Estado e incluso reduciría el pleno municipal a 25 concejales.
Esta pérdida de población se debe fundamentalmente a una falta de vivienda adecuada, y a precio asequible, a una demanda muy variopinta: no sólo de la clase media sino también de una clase adinerada que busca espacio allí donde lo hay, que no es el caso de Cádiz, mientras que en la ciudad quedan, entre otros, los que no tienen capacidad económica para marcharse.
Junto a ello, la búsqueda de un empleo más especializado, mejor remunerado y con futuro, ha provocado también la marcha de una generación de jóvenes bien formados, que no encuentran en Cádiz lo que ellos demandan para su futuro laboral. Este, en todo caso, es un problema extensible a la Bahía y a la propia provincia, por lo que el éxodo se extiende más allá de nuestras fronteras provinciales.
La pérdida de población ha generado una serie de tasas demográficas que aportan una visión muy clara de nuestra realidad, que asustan, y un adelanto igualmente contundente de cuál puede ser nuestro futuro inmediato. Datos estadísticos cuya reversión debería de marcar la agenda de quienes nos gobiernan.
Hay que asumir que el problema demográfico de Cádiz no es nuevo. Incluso va más allá de cuando a mediados de los años 90 el padrón comenzó a descender. Décadas antes, ya se hablaba del punto de colapso de la ciudad (en los años 50 se situaba para treinta años después), mientras se buscaba desde espacio para un nuevo cementerio hasta para construir más viviendas, siempre cruzando la Bahía. Entonces nada se hizo para estar preparados para un problema que hoy tiene complicada solución.
Envejecimiento de la población
La pérdida de población ha ido pareja a un envejecimiento de la que ha permanecido en la ciudad. Hoy Cádiz tiene, según el último padrón, 17.944 vecinos con menos de 19 años de edad. Frente a ello, hay 28.411 que han superado los 65 años de edad y que, por lo tanto han entrado en edad de jubilación, con lo que todo ello conlleva para la gestión económica y de recursos de la ciudad.
Estas dos cifras contrastan con las que se dan en todos los grandes municipios de la provincia. En todos ellos hoy los más jóvenes superan en número a los más mayores. Menos en Cádiz. Incluso ciudades con menos habitantes, como San Fernando y Chiclana, tienen más vecinos menores de 19 años que la propia capital.
Jerez, la ciudad más poblada de la provincia, cuenta con 45.127 jóvenes: más que el doble que Cádiz. Y Algeciras, la segunda en censo, ya tiene 10.000 más.
Todo ello afecta al dinamismo de la propia ciudad. El problema que ahora se plantea en muchos puntos del país, noticia de los telediarios en las últimas semanas, respecto al cierre de aulas escolares por falta de niños, se viene produciendo en Cádiz desde hace años. Y ejercicio tras ejercicio, siempre hay un colegio público con un futuro incierto por falta de alumnos, que son al fin y al cabo los que marcan el ritmo de una ciudad.
En este sentido hay un dato muy elocuente: ¿Cuántos menores de 4 años tiene cada ciudad? Son los que hoy están en Infantil y los que, se supone, sustentará el desarrollo de sus ciudades a labor plazo. Pues bien. De todas las grandes ciudades de la provincia, sólo Puerto Real y La Línea tienen menos empadronados de esta edad: Cádiz tiene 3.086, La Línea llega a 2.835 y Puerto Real se queda en 1.555. El resto ya tiene más pequeños que la capital, doblándonos Jerez con 7.944.
Este envejecimiento implica que el 25,13% de la población de la capital, uno de cada cuatro vecinos, tiene más de 65 años de edad. Son ocho puntos más que la media provincia y la misma diferencia que la media andaluza. Pero el relato tiende más a negro si nos comparamos con las grandes ciudades: Jerez y El Puerto, tienen ocho puntos menos de envejecimiento; siete en San Fernando y nueve en Sanlúcar y Algeciras. Pero es que la diferencia con Puerto Real es de casi diez puntos que llegan a los once con la ciudad más dinámica de la Bahía y de la provincia: Chiclana.
Este dato de envejecimiento marca el resto de los parámetros sobre los que los demógrafos basan sus estudios.
La tasa de reemplazo
Así, la tasa de reemplazo: la comparación entre la población de 20 a 29 años con la población entre 55 y 65 años, es también clara: en Cádiz apenas llega al 58,88%, lo que significa que hay menos ciudadanos "jóvenes" que podrán reemplazar a quienes se acercan a la jubilación. El resto de las localidades que nos sirven de comparativa con la capital rondan entre el 67,55% de Puerto Real al espectacular 84,05% de Algeciras y el no menos destacado 77,25% de Chiclana.
Igualmente pasa con el índice de Renovación de la Población Activa. Aquí el INE compara la población entre 15 y 24 años de edad, que incluye quienes comienzan o pueden entrar ya en el mercado laboral, y los que están a punto de salir del mismo, entre los 55 y 64 años. Es un dato igualmente importante, pues fija el dinamismo laboral de la sociedad a corto y medio plazo.
En Cádiz este indicador apenas llega al 60,19%. Algeciras se dispara con treinta puntos más, mientras que Jerez llega al 82%, El Puerto al 83,9% y Chiclana al 85%. Sanlúcar, el más bajo entre esta "competencia" aún le saca 13 puntos a la capital.
El último dato hace referencia a la tasa de dependencia. La demografía y la estadística unen aquí a los vecinos de menos de 15 años con los mayores de 64 que, se supone, son los que dependen de otros para su supervivencia. En Cádiz es el 56,49% de la sociedad; en el resto se oscila entre el 43% y el 49%, fundamentalmente al contar con un mayor número de menores.
Esta pérdida de habitantes, en una ciudad, no olvidemos, súper poblada (poco suelo para tanto habitante le da una densidad de 10.624 habitantes por kilómetros cuadrados, un dato desorbitado), no ha terminado de colapsar económicamente la ciudad por varios motivos.
Por una parte, su carácter de capital hace que tenga una masa de funcionarios muy elevada, con lo que ello supone de ingresos mensuales y, sobre todo, con lo que ello supone de jubilados con pensiones más elevadas que la media de la sociedad (hasta el punto que Cádiz supera al resto de la provincia en renta per cápita); y por otra, mantiene un sector comercial con buena salud y sector turístico emergente, que generan empleo e ingresos para salvar el déficit económico de una sociedad envejecida.
Todo ello le sustenta económicamente, pero no le garantiza un crecimiento continuado a corto y medio plazo.
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