Pero el crucerista, ¿gasta o no gasta?
Autoridades portuarias, ayuntamientos y colectivos de comerciantes buscan estudios e informes que convenzan de que los turistas que llegan por mar dejan dinero en la ciudad
Entre comerciantes y portuarios pulula un dogma de fe en el que unos creen y otros no. "El otro día vi en calzados Mari Paz a un crucerista comprándose tres pares de zapatos", dicen los más optimistas. "Pues en mi tienda, ayer, no entró ni un turista", dicen los menos.
Se ha convertido en un cálculo matemático en el que la leyenda urbana la pintan distintos estudios que dibujan el perfil de un crucerista que, dicen, gasta en torno a 65 euros en aquellos puertos en los que realiza alguna escala. Pero el comerciante de la botella medio vacía insiste: "Pues lo mío se lo habrá gastado en otra tienda".
Pero estas mismas cuestiones no sólo se plantean en el puerto de Cádiz. Los comerciantes de las ciudades portuarias quieren ver cifras para decidirse sobre si abrir sus establecimientos cuando atracan cruceros en su ciudad.
En Cádiz todavía se manejan estudios en los que se habla de que los cruceristas gastan una media de 60 euros en cada puerto que visitan. A esta cifra, ahora, se añaden unos 7 euros que van a parar a las arcas de la Autoridad Portuaria y otros 7 que entran en el bolsillo común de la, para muchos mal llamada, comunidad portuaria.
Desde la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz añaden ahora también el gasto que hacen en una ciudad de amarre, en la que el barco no está más de ocho horas, de 20 euritos de los tripulantes de la nave en su paseo por la ciudad.
Estos trabajadores del buque aprovechan esos ratitos libres para solucionar sus problemillas telefónicos, para ir al supermercado a por ese quitamanchas que les salve el uniforme in extremis o para conectarse al wifi del kebab de turno mientras consumen. Pues de ahí salen esos 20 euros de media que, realmente debe ser más dinero contando con que una buena parte de la plantilla se queda en el barco trabajando mientras el pasaje disfruta.
Saltando unos kilómetros en el mapa, los comerciantes valencianos se manejan también con esos 65 euros de gasto medio de los cruceristas, aunque una peculiaridad: hablan de que la cifra es ligeramente inferior si se toman como referencia las tiendas del centro histórico. Allí, en tierras levantinas, cuantifican que el turista que les llega por mar se gasta entre 2 y 12 euros, de lo que se deduce que poco gastan en restaurantes. Los comerciantes alegan que no pasan del agua, refresco y, como mucho, el bocata.
Y tirando para otro punto lejano en el mapa, nos ubicamos en A Coruña, donde responsables políticos municipales hablan de entre 50 y 60 euros, siempre hablando de buques de paso, puesto que en los embarques la cifra puede alcanzar los 100 euros.
Y otro saltito, ahora hasta las Islas Afortunadas. Allí, en Canarias, un grupo de comerciantes difundió un informe realizado por su Gobierno en el que se destaca que el gasto medio diario por crucerista en las islas durante la temporada 2011-2012 fue de 38,20 euros y que ascendió a 67,08 para quienes contrataron una excursión.
Pero si de estudios está el mundo lleno, no digamos de observatorios. Uno americano, de publicación vía internet: el Cruise Market Watch. En este observatorio en el que, por cierto, Cádiz no existe sino que el puerto gaditano aparece como Seville Spain, se calcula que un crucerista se gasta de media 180,75 euros al día pero, ojo, incluyendo el pago del billete. Así, dice que de esos 180 euros, casi 140 corresponden al pago del pasaje, mientras que el resto, 41 euros, es lo que cada turista se gasta a bordo del crucero, tanto en los bares, casinos y restaurantes del barco como en las excursiones. Sumando, sumando, según Cruise Market Watch, en un crucero de siete días de duración, el pasajero se gasta de media 1.264 euros.
Pero algo más cerquita nos topamos con un estudio elaborado por la Junta de Andalucía, concretamente por la Empresa Pública para la Gestión del Turismo y del Deporte de Andalucía. Dejan caer algunas perlas curiosas. Por ejemplo dice que en 2011 la composición media del grupo de viaje era de 2,3 personas, lo que se traduce en que, en su mayoría, van por pareja o, como mucho, en grupitos de cuatro amiguetes o familiares.
Y exprimiendo la infinita red de redes, muchos más informes, muchos más observatorios y más cifras, mientras tanto, que cada uno calcule de motu propio si la botella sigue medio llena o medio vacía.
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