Los cruceristas que llegan hoy a Cádiz tienen prohibido entrar en las tiendas

Esa luz que los comerciantes veían ya al final del túnel parece haberse fundido con demasiada antelación.

Llevan tiempo tachando en sus almanaques los días que quedaban para la llegada del primer crucero después de la suspensión de los atraques impuesta por el coronavirus a la espera de volver a ver las calles de la ciudad repleta de cruceristas. Pero tendrán que esperar algo más de tiempo porque, de momento, el protocolo impuesto por la Junta de Andalucía para que puedan darse estas escalas indica que los turistas del Mein Schiff 2 que quieran bajarse del barco este lunes para conocer la ciudad tendrán que hacerlo con una excursión previamente contratada con la naviera y siempre desplazándose en grupos burbuja.

Este protocolo impide que los pasajeros que abandonen el barco puedan mantener ningún tipo de contacto físico con nadie del exterior del buque, de manera que no podrán entrar ni en comercios ni en establecimientos de la hostelería.

Así que ni de compras ni de tapas. Los comerciantes tendrán que esperar al menos hasta el 5 de julio que será la fecha en la que empezarán a llegar ya buques con trayectos internacionales que no tendrán que regirse por estos protocolos tan estrictos sino que se prevé que la situación se habrá normalizado y podrán ya bajarse del barco por libre y, por supuesto, entrar en los comercios y bares de Cádiz.

Toda las compañías aplicarán estrictos protocolos de seguridad para evitar contagios. De ese modo, la tripulación se someterá a test y cuarentena antes de operar. Las excursiones se realizan en grupos burbuja, los pasajeros serán monitorizados a través de geolocalización y a todo aquel pasajero que se salga de la burbuja se le puede denegar el embarque.

En principio, el plan parece muy bien coordinado entre la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz (APBC) que gestiona la terminal de cruceristas, así como por la consignataria, que en este caso es Tui España Turismo, y la propia naviera. Así, el plan inicial es que el Mein Schiff 2 llegue con sus 1.800 cruceristas y sus 600 tripulantes a las ocho de la mañana o incluso algo antes de esa hora procedente de Cartagena, y que en hora u hora y media comiencen a descender del buque aquellos cruceristas que hayan contratado alguna excursión a bordo para conocer algo de la ciudad de Cádiz o bien para desplazarse hasta algún municipio cercano.

El protocolo dicta que, como norma general, se aplicarán las medidas necesarias para impedir el embarque de personas infectadas, disminuir la probabilidad de transmisión a bordo, detectar de forma temprana los casos y manejarlos adecuadamente hasta su desembarco e identificar y someter a cuarentena a sus contactos estrechos.

Al mismo tiempo, se adoptan medidas para limitar el contacto entre las personas, estableciendo grupos de pasajeros y tripulantes, con horarios diferentes de comida, embarque y desembarque, así como participación en actividades del barco, de tal forma que se produzca la menor interacción posible entre los grupos.

Respecto a la operativa de embarque y desembarque, el operador controlará la temperatura, además de la documentación sanitaria y de hacer un control visual de signos compatibles con la enfermedad. Se discriminarán los casos sospechosos.

Para asegurar la distancia social y evitar aglomeraciones en las terminales, se establecen salidas y entradas escalonadas, y la señalización de los circuitos de flujos de personas tanto para garantizar la seguridad de los pasajeros como de los ciudadanos del puerto que visitan.