Dos cruceros arrancan de cuajo dos noráis del puerto de Cádiz
Este suceso pone en evidencia la falta de mantenimiento que sufren algunas estructuras portuarias
La terminal de contenedores del puerto de Cádiz ganará 100.000 metros con su segunda fase
Cádiz/El mítico JJ Síster, rebautizado en los últimos tiempos como el Melillero, pesa unas 3.000 toneladas. Uno de los cruceros Aida de los muchos que atracan en Cádiz cada mes registra un tonelaje en bruto de unos 30 ó 40.000 toneladas, es decir, ha multiplicado por diez lo que pesaba ese gaditanísimo ferry que hacía la ruta entre Cádiz y Canarias y en el que muchos matrimonios pasaron sus primeras noches de boda en sus viajes de novios.
Y más aún, el Oasis of the Seas que, a día de hoy, y hasta el próximo 21 de octubre se encuentra en una varada convencional en la factoría gaditana de reparaciones de Navantia en Cádiz pesa 225.000 toneladas, es decir unas 75 veces más que el Síster.
Pues muchos de los noráis o bolardos del puerto de Cádiz llegaron a servir para el amarre de ese JJ Síster que ahora cumplía 30 años desde el día en el que fue incorporado a la flota de Trasmediterránea.
Eso hace pensar que esos bolardos en los que se amarran los cabos de los barcos que llegan al puerto de Cádiz están construidos y anclados en el Muelle gaditano para aguantar los tirones de buques que no pasan de las 5.000 toneladas.
Y este hecho ha quedado en evidencia a lo largo de lo que llevamos de mes de octubre, ya que en cuestión de más o menos un mes, dos noráis del puerto de Cádiz han sido arrancados de cuajo de sus anclajes por sendos barcos de crucero.
El último caso se dio este martes y fue concretamente el crucero MSC Orchestra, cuyo peso no llega a las 95.000 toneladas el que, en una de sus operaciones ,pegó un tirón del noray durante su estancia en el Muelle de Cádiz y éste quedó tal y como muestra la fotografía que ilustra esta información.
Según fuentes del ámbito portuario, ya es el segundo bolardo que tiene ese mismo final y ambos siniestros fueron provocados por barcos que superan el tonelaje que realmente aguantan estas sujecciones, como ha quedado ya demostrado.
Este mismo miércoles, fuentes del puerto de Cádiz denunciaban que, había vuelto a ocurrir y que, por fortuna, no había que lamentar daños personales, ya que es unas circunstancias así, el noray podría salir disparado sin saber contra qué o contra quién podría estamparse.Pero en esta dos últimas ocasiones no ha ocurrido así y no ha habido heridos, aunque estas mismas fuentes destacan que no se sabe si la próxima vez se va a correr la misma suerte, ya que la tensión que aguantan estos bolardos es mucha y que se suelte un cabo de repente podría causar daños inimaginables.
Pero lo ocurrido ha servido para que la comunidad portuaria vuelva a reivindicar la falta de mantenimiento que tiene el puerto de Cádiz, ya que esos noráis no cuentan, según estas fuentes, con el cuidado que requieren y con el refuerzo que necesitan estos amarres a la vista del brutal aumento del tonelaje de los barcos que llegan al puerto de Cádiz.
Y no sólo reivindican eso sino que advierten que ya han llamado la atención del equipo de Teófila Martínez sobre el rejuvenecimiento que necesita, por ejemplo, el Muelle de Zona Franca, que soporta fuentes embestidas del viento y que sirve de amarre de multitud de barcos que han sido confiscados y que quedan allí amarrados durante mucho tiempo.
Y algo similar ha hecho con el resto de Muelles, a pesar de que el arranque de cuajo de los dos últimos noráis han tenido lugar en el Alfonso XIII (el último ha sido el bolardo 8 y el anterior el 11). Aun así, la reclamación de más mantenimiento y rejuvenecimiento de las infraestructuras portuarias las han hecho extensivas al resto de cantiles como los del Marqués de Comilla que regenta Armas Trasmediterránea o el Reina Sofía, que ve llegar a sus estancias a grandes buques portacontenedores cuyos pesos son cada vez menos soportables para estos viejos noráis.
Así, la comunidad portuaria clama al cielo y reclama a la APBC, y más a Teófila Martínez, que, al parecer, escuchó ya durante el último pleno de su Consejo de Administración advertencias sobre el mal estado de muchas de sus instalaciones que ven pasar los años sin apenas mantenimiento.
Así le han hecho llegar la necesaria y urgente actuación en muchos de los cantiles y paramentos de los muelles “ a los que te asomas a las paredes y dan miedo”, según fuentes consultadas por este periódico. Y a eso le añade la necesidad que tiene el puerto de Cádiz de que se lleve un dragado generalizado no sólo de mantenimiento sino incluso de recuperación, sobre todo en la bocana y en ciertos puntos de la canal de acceso al puerto.
De hecho, estas mismas fuentes indican que hay zonas cercanas al cantil del Muelle Marqués de Comillas que perdieron hace ya muchos años varios metros de calado debido a un depósito de material de obra que tras endurecerse ha dejado inutilizado parte de sus cantiles al no poder ser utilizado por barcos de mucho calado.
Estas fuentes consultadas comentaron que se está elaborando un informe sobre el estado de los noráis del muelle Alfonso XIII, específicamente en los tramos que abarcan del número 4 al 45, donde, según sus observaciones, todos los noráis excepto los números 5, 7, 25 y 32, que han sido sustituidos recientemente, muestran signos evidentes de deterioro. El bolardo número 25, por ejemplo, ubicado en el muelle Marqués de Comilla, fue arrancado en su momento por el cable del Oasis of the Seas, uno de los cruceros más grandes del mundo.
Cabe recordar que, después del Marqués de Comillas, cuya ampliación corrió a cargo de Trasmediterránea hace no tantos años, el Alfonso XIII data de 1916, el Reina Sofía, de 1974 y el Muelle Ciudad, ni más ni menos que de 1952, es decir que tiene ya 72 años, de ahí que su vejez le provoque achaques que hay que subsanar con un buen mantenimiento.
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