Los cruceros extreman las medidas en Cádiz para evitar que las ratas suban a bordo
Los roedores utilizan los cabos de los amarres para ascender al interior del buque, lo que supone un grave problema de salud de los pasajeros y tripulantes
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No es nada exclusivo del puerto de Cádiz, donde, por fortuna, no es tan habitual que se detecte la presencia de ratas, al menos en su dársena comercial, sobre todo porque ya son pocos los materiales y cajones que se acumulan en este espacio del puerto de Cádiz.
Distinto es ya en el muelle de contenedores del Reina Sofía o el del Marqués de Comillas, de donde salen los buques para canarias, a pesar de que las navieras hagan lo posible para que la limpieza esté siempre entre las prioridades y, por lo tanto, evitar la presencia de los molestos y antihigiénicos roedores.
Al parecer, según indican fuentes del entorno portuario, no ocurre así en La Cabezuela, donde por las razones que sea sí es más fácil encontrarse con ratas y ratones que se las buscan e ingenian para subirse a los buques atraídos por el olor a comida y porque les encanta vivir entre hierros.
Estos animales saben nadar pero no son capaces de ascender escalando el casco de los buques y es prácticamente imposible que se suban al barco, ya sea de carga o de pasaje, a través de la misma escaleria que utilizan los pasajeros y tripulantes para subir o abandonar la nave.
Lo es nada exclusivo del puerto de Cádiz y nada que últimamente haya adquirido una especial importancia ni que se haya elevado el nivel de peligrosidad sino que es una precaución histórica, por lo que las autoridades a bordo organizan las limpiezas siempre para evitar que un roedor suba y que, si sube, no sea localizado y exterminado lo suficientemente a tiempo antes de que muerda a alguien o simplemente que sea visto por los cruceristas atravesando los salones y restaurantes.
Para ello, desde hace mucho tiempo, hay empresas que trabajan exclusivamente en construir obstáculos que se colocan concretamente en las amarras del buque durante su estancia en el puerto ya que, sobre utilizan los cabos como puente para subirse a grandes velocidades y aprovechando momentos de quietud e incluso de nocturnidad para subirse a bordo de un buque, donde saben que no les va a faltar la comida y más si son capaces de dar con la zona en la que se acumulan los víveres tanto de la tripulación como de los cruceristas.
Así, ya se ha convertido en algo rutinario detectar barreras de distinto tipo colocadas de maneras estrategia en los cabos utilizados para el amarre del buque para evitar la escalada de los roedores al precio que sea.
Y si, por lo que fuera, la rata o ratón logra entrar a bordo. la tripulación no cesa hasta no acabar con ella para evitar no sólo que pueda procrear a bordo sino porque pueda contagiar a la gente enfermedades o simplemente evitar que los alojados detecten su presencia, algo que podría provocar un gran rebelión a bordo.
La propia Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz (APBC) colocaba estos días una fotografía en su web en la que se observan cabos y amarres con unos dispositivos que frenan el paso de la rata y si, por lo que sea, la logra escalar se encuentra una zona móvil del dispositivo que lo que hace es hacer que el roedor caiga al agua y muera ahogada a no ser que se encuentra muy cerca del cantil y pueda salir airosa de su intento de colarse como polizón en el buque.
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