Cuatro claves para recuperar el comercio de Cádiz
EL PASEANTE
Cumplida la premisa de contar con eventos que refuercen la campaña de Navidad, ahora el sector es el que debe dar un paso adelante como referente de la provincia
Tras la marcha de las grandes cadenas textiles hay que recuperar la histórica esencial de las tiendas gaditanas
Algunos comercios gaditanos son el 'grinch'
El comercio de Cádiz siempre ha reclamado de la administración local una programación con actividades de ocio y culturales especialmente en campañas como la de Navidad y Reyes. Siempre han afirmado que era el complemento ideal y necesario para reforzar sus ventas. Pues bien, los Reyes Magos se han adelantado por una vez y les han traído en estas fechas una ciudad profusamente exornada, con numerosos eventos para completar las fiestas, como siempre han pedido.
Cubierta esta premisa, cabe pensar que el comercio local habrá logrado una campaña con buenas ventas. Las estadísticas nacionales destacan que el consumo privado sigue al alza, mientras crece el empleo y se rebajan costes como los de las hipotecas. Junto a ello, el IPC se contiene tras las espectaculares subida de los precios del año anterior. Los bares y restaurantes están llenos y en muchos de ellos es complicado encontrar una mesa libre con escasa antelación. Y la hostelería siempre es un buen termómetro para medir el nivel de gasto de los ciudadanos, los residentes y los visitantes.
Este ha sido un paso en positivo para la ciudad, descubriendo la fuerza que puede tener la Navidad, hasta ahora relegada de nuestro calendario festivo. Queda por ver si el comercio gaditano concluye las fiestas dentro de esta misma línea de crecimiento. Y si no, habrá que analizar las causas. Adelántandonos en el tiempo, estas son algunas de las claves que se deberían de tener en cuenta para fortalecer un sector tan esencial para nuestra ciudad:
1- Una oferta amplia y variada: El cierre de todas las tiendas de Inditex (sobre todo Zara) hizo mucho daño en su día al centro comercial. No fue una salida por el nivel de ventas, que eran buenos en todos su locales, si no por una estrategia nacional de la empresa gallega. Por el contrario, se han mantenido fieles marcas de referencia como Mango o Cortefiel (esta con su amplia tienda en la Avenida), a la vez que han llegado firmas andaluzas de moda que han permitido recuperar algo el pulso, especialmente en vías esenciales como Columela y San Francisco.
Con todo, la salida de Zara y la apuesta de grandes marcas por el comercio por internet, debería de haberse aprovechado para planificar una apuesta comercial "más gaditana". Es cierto que hoy los centros comerciales en el país repiten las mismas tiendas, como si fueran fotocopias. Calles que han sido colonizadas por cadenas nacionales y franquicias, con la forzada salida de las tiendas de toda la vida. Y aquí es donde Cádiz podría tener una oportunidad, marcando diferencia y estilo. Durante décadas la ciudad ha contado con un potente comercio local. Desde zapaterías de primer nivel, a confección, decoración, regalos, librerías... Durante décadas la ciudad marcó una clara tendencia e incluso fue referente no solo en la provincia sino en los puntos más cercanos de la región.
Es, evidentemente, una apuesta arriesgada y, a la vez, complicada de sacar adelante. Arriesgada porque supone trasladar al visitante, y al propio ciudadano, un modelo comercial ya abandonado en muchas ciudades hace décadas. Es volver a traer al cliente a las tiendas de "toda la vida", aunque en su versión gaditana se contabla con el plus de firmas de referencia. Complicada, también, porque supone que nuevos emprendedores entren en este mercado. Y lo hagan, además, buscando la excelencia, con una oferta diversa y de calidad.
2- Los locales: Esta apuesta supone poner en uso muchos de los establecimientos que aún permanecen cerrados en distintas calles de la ciudad. Evidentemente aquí se choca con la libertad de la propiedad de estos locales a la hora de alquilarlos o no, y de imponer una renta mensual con un coste muchas veces sobredimensionado, como sigue pasando en muchos puntos de la ciudad. Habría que valorar la posibilidad de una intervención de la administración que facilitase este tipo de operaciones.
A la vez sería necesario realizar un estudio en profundidad de la realidad del comercio: qué oferta es la más deficitaria en la ciudad, cuál es la demanda del usuario, qué ofrece la competencia en localidades vecinas.
Debería de cuidarse al máximo el diseño de los establecimientos, especialmente de sus escaparates, para dar una imagen atractiva de la ciudad. Para completarlo, el Ayuntamiento debería reforzar el mantenimiento de las calles: cuidar el viario (cada vez más desgastado en calles como Columela o en plazas referentes como la de Catedral), mejorar sustancialmente la iluminación, ampliar allí donde se pueda las zonas verdes y todo lo referido a la señalética.
3-La accesibilidad: Todo lo dicho no alcanzaría los objetivos esperados si acceder al centro comercial fuese un suplicio. Esta es también otras de las peticiones históricas del comercio a su ayuntamiento: la necesidad de aparcamientos que faciliten la llegada de la clientela. Lo cierto es que este planteamiento chocará con la inminente puesta en marcha de la Zona de Bajas Emisiones, que no deja de ser la gran apuesta por la movilidad urbana: al fin y al cabo, nadie puede pensar hoy en la bondad del tráfico pasando por Columela, Ancha, Compañía... Con todo, el Ayuntamiento proyecta bolsas de aparcamiento en el entorno de la estación, mientras que la Autoridad Portuaria da los primeros pasos para un macroaparcamiento en la zona de desarrollo de la Punta de San Felipe.
Sí sigue siendo deficitario el servicio de autobuses, y más en una ciudad que tiene un elevado uso de este medio de transporte. Se dilata ya demasiado en el tiempo el nuevo servicio,que tendrá que ser la gran alternativa al vehículo privado.
Pero la mejora de la accesibilidad también va unida a la mejora de la trama urbana, el arreglo de calles en mal estado o la eliminación de aceras estrechas en favor de las plataformas únicas.
4-La promoción: Y por última, si apostamos por nuestro comercio, hay saber venderlo más allá de nuestras fronteras naturales. Como una unidad junto a la nueva iluminación (habrá que mantener esta apuesta en los próximos años, para afianzarla como uno de los referentes navideños) y seguir potenciando los festejos. Y más allá de estas fiestas, complementando la renovada oferta comercial con un programa cultural y de ocio potente.
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