La cultura, "tramoya de la democracia", se celebra en Cádiz con las Medallas de las Bellas Artes

Cádiz/La entrega de las Medallas de Oro al Mérito en las Bellas Artes, que ha tenido lugar este 3 de abril en el Palacio de Congresos gaditano, se ha convertido en una auténtica celebración del mundo de la cultura, "la tramoya de la democracia", para el ministro Ernest Urtasun, y, de forma colateral, también de la propia ciudad de Cádiz.

"La cultura es la tramoya de la democracia, todo ese trabajo y esa estructura invisible que están detrás. Por eso no hay democracia sin cultura. Como no hay función sin artistas, sin técnicos o sin público. Al igual que aquellos apuntadores que le soplaban sus líneas a los cómicos, la cultura le recuerda su texto a la democracia, la asiste en sus vacilaciones y en sus olvidos. Le dice por dónde se debe mover. Es la cultura quien enciende las luces, quien toca la melodía desde el foso, y se encarga del vestuario y del attrezzo. Es la cultura la que pinta los decorados, firma la escenografía, empapela la ciudad antes de cada función, pica las entradas, acomoda a los espectadores, sube y baja el telón...", ha desgranado el responsable de la Cartera del Gobierno de España durante un impecable discurso pronunciado ante la presencia de los Reyes de España, que han presidido la cita; el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno; y el alcalde de Cádiz, Bruno García, que también han intervenido en este acto institucional.

Unas palabras donde el ministro se ha ocupado de defender a los no siempre "comprendidos" artistas, a su voz "incómoda", a los tratados, en ocasiones, "como sospechosas, como sospechosos" porque, "sospechosamente", están "en el lugar de los hechos, siempre que la belleza y el arte han aparecido en escena", o porque "en la velada de los premios" han dicho "alto y claro #SeAcabó, cada vez que la injusticia, la guerra o las violencias de cualquier tipo han venido, impunemente, a tocar su canción".

Artífices de la cultura, cultura hecha carne, que en su denominación de origen Andalucía, ha querido glosar el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, al recordar que nuestra comunidad autónoma "es creatividad e inspiración, pero también valentía, sabiduría y esfuerzo, al mismo tiempo que la ha definido como un punto universal de encuentro que ha hecho de la cultura su marca, del arte su imagen ante el mundo y su forma de vivir y entender la vida".

De este modo, Moreno, autor también de una de las anécdotas más simpáticas de la jornada durante su intervención, ha señalado que Andalucía "ha sido, es y será siempre cultura, arte y talento" y ha subrayado que "lo seguirá siendo a través de los numerosos artistas que trasladan su talento a las mejores salas de los museos del mundo, a los mejores escenarios, a los libros, a los fogones, a los medios de comunicación y a todas las calles de Andalucía".

Artistas como la treintena de personalidades distinguidas este miércoles en Cádiz a los que también se ha dirigido el alcalde Bruno García - "para nosotros sois excelencia, sois referentes, sois cultura y, desde hoy, también sois Cádiz- que además ha expresado que "no hay progreso sin cultura y no hay cultura sin que haya personas excepcionales que pongan su creatividad, su talento, su esfuerzo y su alma al servicio del arte y de los demás".

El primer edil, que se ha encargado de hacer una completa carta de presentación de la raigambre cultural de nuestra ciudad, tampoco ha querido dejar pasar la ocasión para abrir las puertas de Cádiz, hoy y siempre a los premiados, lanzándoles este guante: "Si amáis la cultura, Cádiz también es vuestra. Aquí os esperamos siempre porque ésta también es vuestra casa".

Cádiz, la cantada anfitriona

Y es que Cádiz, la anfitriona de esta entrega de las Medallas de Oro al Mérito en las Bellas Artes 2022, ha tenido también su protagonismo en los diferentes discursos pronunciados por las autoridades, incluida las palabras del rey Felipe VI que ha destacado su luz como "la que alumbra el camino de artistas y creadores".

Bruno García, por supuesto, ha sido el primero en destacar al rincón al sur del Sur como "una ciudad abierta, humanista, inspiradora, iberoamericana y con una infinita vocación cultural descrita a lo largo de los 3.000 años de historia de nuestra existencia".

Desde Manuel de Falla a David Palomar, pasando por Chano Lobato, la Perla, Mariana Cornejo, Eduardo Guerrero, las letras de Carnaval, todos los festivales culturales de Cádiz, María Moreno, Salvador Viniegra, Abarzuza, Hernán Cortés, Carlos Edmundo de Ory y Fernando Quiñones (con cita incluida de La canción del pirata cuyo ejemplar firmado ha regalado el alcalde al Rey) han desfilado por la intervención del primer edil en un viaje por el "pasado, presente y futuro" de la cultura de Cádiz.

Pero no sólo la querencia del alcalde por la ciudad que dirige ha alzado la imagen de Cádiz en la entrega de la más alta distinción a los artistas y creadores de nuestro país. Así, el presidente de la Junta también ha querido citar también al recordado Fernando Quiñones ("vivir mucho en poco") y nombrar a Cádiz como la ciudad "que lo cambia todo" y como anfitriona "difícilmente mejor de encontrar".

Tanto es así, que Ernest Urtasun, cuyo ministerio organiza la entrega de estos galardones, no sólo cierra su intervención con versos de la poeta isleña Ana Rossetti ("hay sueños que no mueren, se empeñan en ser sueños") como agradecimiento a esos "sueños" que una vez tuvieron los condecorados con estas Medallas, sino que recuerda en su arranque la hermosa visión de Cádiz descrita por Jean Genet en Diario del ladrón porque "nos habla del asombro, de la fascinación, que es lo que sentimos al llegar a Cádiz y contemplar esta bahía". "Nos habla de comprensión y respeto, de cómo un espacio puede, por sí mismo, condensar tantas lecciones de civilización, diversidad y convivencia. Nos habla de cultura, en definitiva", ha desgradado.

*Para curiosos, aquí la cita del diario-novela del parisino: "Decidí ir a Cádiz, construida en medio del agua, pero unida al continente por un espigón muy largo. Cuando emprendí el camino, era por la tarde. Tenía ante mí las altas pirámides de sal de las salinas de San Fernando, y más lejos, en el mar, con la silueta recortada por el sol poniente, una ciudad de cúpulas y minaretes: en la extrema tierra occidental tenía repentinamente la síntesis del Oriente".