Debate sobre el estado de la ciudad en Cádiz: Enfangados en el fango
El alcalde, Bruno García, centra su balance en la herencia recibida de Kichi y en meras aspiraciones de futuro, al tiempo que anuncia siete medidas que implantará estos meses
La oposición pasa a la hipérbole de la crítica con denuncias desconcertantes
El fango a la gaditana, políticamente hablando. Los partidos políticos han dado este martes una buena muestra de eso que a nivel nacional tanto se estila ahora respecto a la crítica y los ataques al adversario, con mayor o menor fundamento, en un debate sobre el estado de la ciudad en el que lo que menos ha relucido es eso, el análisis de cómo está la ciudad y de qué se ha hecho en ella en este tiempo (un año) que suma ya el PP al frente del Ayuntamiento que reconquistó tras las municipales del pasado año.
Ha abusado en su tiempo de debate el alcalde, Bruno García, de mirar hacia el pasado más allá de mayo de 2023, con referencias a la herencia recibida del anterior gobierno, liderado por Kichi; y ha mirado al futuro planteando medidas y señalando proyectos, algunos de ellos asentados en absolutamente ninguna certeza a día de hoy, que a priori se escapan del objeto que tenía la sesión extraordinaria de este martes, que era el de debatir sobre el estado de la ciudad (que, como bien recordó el propio García, dicho sea de paso, no se celebraba desde el año 2021 y que en la era Kichi solo se convocó tres veces, a pesar de que la normativa establece que tiene que celebrarse una vez al año).
Esta exposición basada en el pasado antes de Bruno y en el futuro que está por venir en busca del porvenir de la ciudad, se ha encontrado de frente con una oposición que ciertamente ha llevado por momentos su crítica al extremo, a la hipérbole. Hasta tal punto, que el alcalde centraría su segunda intervención en responder a la oposición, en intentar contrarrestar cada ataque, cada crítica, cada cuestión analizada o mencionada por los portavoces de Adelante Izquierda Gaditana y PSOE. Enfangado en el fango.
Porque sí, es fango denunciar en el pleno que en Cádiz ahora hay gente “que duerme a la intemperie”, como si hasta mayo de 2023 no los hubiera, como también los había hasta junio de 2015. Y es fango igualmente denunciar que a las personas sin hogar que ocupan las 24 horas del día los bajos del Ayuntamiento “se les echa a manguerazos”, por el mero hecho de tener que limpiar y desinfectar ese suelo público. Por no hablar de la chirriante denuncia realizada por la concejala de Adelante, Helena Fernández, de que el Ayuntamiento “ha sido condenado por hostigamiento”.
La oposición ha querido ejercer tanto, que en ocasiones parecía pasarse de frenada. Como cuando también Helena Fernández criticó que el gobierno del PP mantuviera los proyectos de vivienda que diseñó Kichi y su equipo (del que ella misma formaba parte como concejala), o criticara ahora, en 2024, la reforma del albergue que se remonta al año 2011 (obviando que en los ocho años de Adelante no se realizara ninguna). O como cuando el portavoz del PSOE, Óscar Torres, ha rechazado el traslado de la Escuela de Hostelería al antiguo IES Rosario y apostara por mantener la actual sede en el recinto fiscal de Zona Franca para buscar otro uso al edificio de la calle San Francisco (lo que conllevaría a mantener sin proyecto un edificio que la Diputación, bajo sucesivos gobiernos del PSOE, no ha sabido ocupar desde que el instituto cerrara sus puertas en el año 2007).
Antes de entrar al fango, Bruno García ha tenido una primera intervención en la que ha mezclado pequeñas dosis del trabajo realizado en el último año, que es su primero al frente de la ciudad, con constantes referencias al Ayuntamiento que encontraron en junio de 2023 por la “inacción” del gobierno de Kichi. Y ha aprovechado la ocasión, aunque el motivo del pleno fuera otro, para avanzar lo que va a hacer en los próximos meses; y peor aún, para apuntarse como logro lo que a día de hoy no dejan de ser meros propósitos o ensoñaciones, como recuperar la expropiación de fincas (sin haber iniciado aún un solo proceso), asegurar que en este mandato verá la ciudad el Portillo levantado (justo después de que la primera licitación haya quedado desierta) y lanzar igualmente campañas al vuelo con el hospital, Valcárcel o la Ciudad de la Justicia. Porque en este debate tampoco faltó, como era de esperar, la Junta de Andalucía; buen recurso siempre para escurrir responsabilidades y meterse en fango...
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