"Nunca debí ser candidato para la Alcaldía por segunda vez"
Román asegura que advirtió a su partido que había que buscar un perfil más joven, lo mismo que debe haber para 2011 · El edil del grupo municipal socialista dice que vive un momento "dulce" en el aprecio de los ciudadanos
Rafael Román habla claro, "sin ataduras" como él mismo afirma. En el café Atlántida de la calle pelota conversa con la misma pausa y el mismo discurso bien construido de siempre. No rehúye de ninguna pregunta ni intenta dar rodeos, algo que no es muy frecuente en los políticos de turno
-Usted hace poco tiempo estuvo en el punto de mira de su partido por unas declaraciones en las que avisaba de que si no había consenso el Bicentenario iba camino del desastre. Después de la que le cayó, ¿qué siente al ver que se ha tomado nota del asunto y se vaya a firmar un pacto?
-A mí me tocó dar un toque de atención que quizás no fue muy bien entendido, porque lo que dije era para el conjunto de las administraciones públicas, no tanto para los partidos. Yo estoy muy contento de que vaya a haber un pacto. Si es preciso que un hombre muera para que todos se salven, es bueno.
-¿No llega tarde este pacto?
-Nunca es tarde si la dicha es buena. Sin duda es tarde, pero es mejor que se haga a que no. Lo importante es que vivamos los 1.000 días mirando hacia delante y no hacia atrás.
-¿Cómo es posible que la presencia de Luis Pizarro en el Consorcio haya cambiado el punto de vista de las cosas hacia el Bicentenario?
-Gaspar Zarrías ha sido muy buen consejero de la Presidencia con una enorme capacidad de trabajo, pero hablando desde el PSOE de Cádiz creo que no se acercó a conocer cuál era nuestra sensibilidad sobre esta materia. Eso es justamente lo que ha cambiado. Luis Pizarro es una persona que está muy implicada con este tema y con la ciudad.
-¿Se ha sentido solo cuando le llovieron las críticas?
-Creo que cuando uno recibe cierta desautorización por personas que además son amigos, te hace mella, pero estaba muy seguro de lo que decía y por eso lo repetí durante varios días.
-¿Ha erosionado este tema su relación con el secretario local y compañero de grupo municipal Federico Pérez Peralta?
-Ni con Pérez Peralta ni con Chaves. Es más, con éste coincidimos muchos y hablamos habitualmente. Desde que está ahora en Madrid lo veo mucho más. He recuperado la absoluta normalidad. Fue un episodio puntual y la vida sigue.
-Pero de su mala relación con Federico Pérez Peralta se ha hablado mucho.
-Mis relaciones con él son buenas. Él está un poco más centrado en el tema de Diputación, donde le han delegado muchas competencias y yo más de las institucionales del Ayuntamiento. Es una relación de muchos años en la que no va a haber ningún motivo para la ruptura.
-Algunas voces de su partido se empeñan en decir en privado que usted no va a acabar el mandato como portavoz del grupo municipal socialista.
-Si no me nombran ministro (risas), que no va a va a ocurrir, yo voy a continuar en mi puesto de concejal y de portavoz siempre que ellos quieran. Ahora bien, si el candidato a las próximas elecciones pertenece al grupo municipal, yo inmediatamente le cedo la portavocía. Eso es natural.
-¿Cómo cree que debe ser ese candidato?
-Yo ya le dije a la organización cuando me querían proponer por segunda vez que el candidato tenía que ser joven y significara un mensaje de renovación del PSOE gaditano y una llamada a las aspiraciones de la gente joven en Cádiz, porque lo tienen muy difícil. Debe ser joven y suficientemente preparado y afortunadamente de eso tenemos en Cádiz. Lo que no me gustan son los jóvenes arribistas, sino los que se plantean qué pueden hacer por los demás y por el partido, no lo que el partido puede hacer por ellos. A estos últimos los detesto.
-Pues no le hicieron mucho caso.
-Lo hablé con todos los cargos del partido e incluso con el añorado y amigo Alfonso Perales, con el que he discutido tantas veces que éramos amigos. A pesar de todo, se optó finalmente por mí.
-Las elecciones le terminaron dando la razón.
-Yo creo que no debía haber sido el candidato y así lo manifesté. Había hecho un importante trabajo de cuatro años, de presentar un equipo solvente, con propuestas muy destacables en el Ayuntamiento. Después de la victoria de Zapatero , aquí en Cádiz se tendría que haber elegido a una persona de su perfil y no del mío, que soy un veterano de mi partido. Ahora bien, mi agradecimiento al PSOE es infinito porque me ha permitido estar en muchos sitios.
-¿Por ejemplo Bibiana Aido puede encarnar ese perfil?
-No puedo entrar en nombres y además porque Bibiana actualmente es ministra. Me parece una mujer excelente. No todo el mundo es capaz de poner en marcha un ministerio nuevo. Sólo los que estuvimos en la Junta preautonómica sabemos lo que era eso y trabajar con sólo cuatro o cinco funcionarios en una Consejería. Sin embargo, este reto es mucho más importante y le doy mucho mérito a su trabajo.
-Hablamos de hipótesis, ¿no es posible que por esa exposición pública continua pueda acabar quemada antes de llegar a ser candidata?
-No lo creo. Yo creo que hay un ejercicio de cinismo muy grande por parte del PP con el tema de la Ley de Interrupción del Embarazo. Quizás haya algún aspecto que está mal explicado, pero estamos hablando de la despenalización de un acto que tienen que realizar las mujeres como último recurso. Le aconsejé a Bibiana que se hiciera una foto con mi grupo municipal, donde hay dos embarazadas.
-Habla de un perfil nuevo para el candidato, pero al frente del partido en Cádiz están las mismas personas desde hace muchos años.
-Hombre, yo creo que sí ha habido cambios importantes. Por ejemplo, la Comisión Ejecutiva provincial es muy renovada. Está claro que yo pienso que la juventud es un valor, pero la experiencia también.
-¿Cree realmente que hay posibilidades de cambiar de partido en el poder en 2011 partiendo de una mayoría aplastante del PP?
-Es complicado, pero un partido tiene que salir a ganar. En las elecciones que son estrictamente políticas hay un empate técnico. Creo que hay mucho que tiene poner de responsabilidad el partido. Este tiene que aparecer unificado a la contienda y dar un mensaje unívoco en la decisión de querer ganar.
-Sin embargo, ahora a la dirección de Federico Pérez Peralta le están saliendo algunos críticos. ¿Cree que esto puede perjudicar?
-Evidentemente bueno no es. Está claro que un partido es un ente vivo y no es un cuartel ni debe serlo nunca, pero el exceso de discrepancia espanta al público y suele tener consecuencias electorales en nuestro país. Aquí no se concibe que Obama lleve a Hillary Clinton, que ha sido su rival, en su equipo. A eso llegaremos un día en España pero lo que tenemos que hacer es un esfuerzo para que el mensaje del PSOE llegue lo más unanimemente posible a la opinión pública.
-Usted, entre otras muchas cosas, ha sido presidente de Diputación durante ocho años. ¿No echa de menos el poder?
-Para nada. Nunca creí que la Diputación fuera mía. Creo que soy un caso de supervivencia política y he cambiado mucho de banca y de banquillo. Te hace ver las cosas desde diferentes puntos de vista. Eso es lo que tiene que ver el equipo de Gobierno municipal, que en algún momento se verá en la oposición. En el poder no se está siempre.
-¿No es curioso que desde aquellas declaraciones polémicas, está siendo reconocido por muchas más personas?
-La verdad es que estoy acostumbrado a subir y a bajar y no me sorprende. Ahora mismo estoy viviendo un momento dulce en cuanto al aprecio de los ciudadanos y eso se agradece.
-Ha tenido una trayectoria política muy dilatada y ha ocupado numerosos puestos. ¿Hay algo que le hubiera gustado probar o desarrollar a nivel político?
-Creo que me quedó haber estado en la Junta un poco más de tiempo. Estuve en la época preautonómica con Rafael Escuredo de presidente y tuve que negociar con tres ministros diferentes las transferencias estatales para Cultura. Me tuve que ir de la Junta porque me cesó Rodríguez de la Borbolla, después de que Escuredo dimitiera. Allí creé un Instituto Cultural Andaluz que ya mis sucesores no quisieron desarrollar, pero que cuando lo puse en marcha tenía como objetivos estudiar la historia de Andalucía, su habla, el flamenco, etcétera. Me hubiera gustado desarrollarlo.
-Y cuando acabe el mandato en el Ayuntamiento de Cádiz, ¿qué hará Rafael Román?
-Eso ya se verá porque no lo decido yo, sino los órganos del partido. Ganas de continuar tengo desde luego.
-¿Sería usted alcalde si todos los que le dijeron que le iban a votar en las campañas electorales lo hubieran hecho posteriormente?
-Sin duda alguna hubiera ganado. Creo que la primera fue una campaña muy buena donde llenamos cada vez que quisimos los locales que hubiéramos querido. La segunda fue más en la calle. Tengo que reconocer que se me ha resistido el reto de ser alcalde. El partido te pone pero el que pierdes eres tú y los demás se quitan de enmedio. He dado la cara en dos noches electorales y en la última tuve que anunciar que no me volvía a presentar. A mí no me queda ningún tipo de amargura ni hacia mis adversarios políticos ni hacia los gaditanos. Peor fueron algunas malas artes que se utilizaron en campaña como los billetes con mi cara y propaganda sin firmar.
-¿No da la impresión de que ahora tiene menos pelos en la lengua?
-He cumplido ya 60 años y llevo a mis espaldas una vida política muy amplia. Creo que ahora hablo con menos ataduras y creo que eso lo da también la experiencia y también me tienen que admitir que pueda dar algunos consejos.
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