La decadencia de las murallas de Cádiz: el Ayuntamiento busca cinco millones para salvar el frente de Puerta de Tierra
Ha pedido fondos de Patrimonio Histórico y del 2% Cultural para recuperar estas fortificaciones
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Mantener en condiciones un patrimonio como el que Cádiz posee en materia de antiguas fortificaciones militares supone un coste anual muy elevado. Mucho dinero que tiene, sin embargo, un importante retorno para la ciudad tanto de cara al turismo como por su proyección como capital cultural.
Esta apuesta, si proyectamos una ciudad con visión de futuro, debería de haber sido norma común de todos los gobiernos municipales desde que, hace unas décadas, se fue recuperando la propiedad de estas antiguas dependencias militares.
Sin embargo, desde hace cerca de una década la dejación municipal ha sido más que evidente, y sangrante, en este asunto tan importante para Cádiz. No se ha hecho casi nada (sí en el baluarte de la Candelaria), y este abandono se está haciendo notar en lo que debería de ser para todos uno de nuestros grandes tesoros.
Ahora, por lo menos sobre el papel, el ya no tan nuevo gobierno municipal de Bruno García, plantea una serie de actuaciones que tienen como objetivo recuperar de la desidia todo el frente de la Puerta de Tierra.
El acceso al casco histórico comprende la muralla exterior, con su torreón, flanqueado por los baluartes de San Roque y Santa Elena, así como el de Santiago. Un inmenso complejo que desde hace décadas tiene un uso disperso, en parte incluso privado, y que roza en algunas de sus partes un estado de conservación cercano al de la ruina.
En una entrevista con este diario, la concejala delegada de Patrimonio Histórico, Maite González, destaca que su departamento está trabajando en un proyecto de calado para recuperar todo este conjunto, utilizando fondos propios y, sobre todo, aportaciones estatales. En total, cerca de cinco millones y medio de euros.
Así, se está pendiente de un programa de Patrimonio Histórico por el que se han pedido 3 millones de euros.
La subvención está en fase de resolución, por lo que se espera tener una respuesta en breve plazo. Este proyecto fue presentado por el anterior gobierno municipal en abril de 2023, poco antes de las últimas elecciones municipales.
También se han pedido 2,3 millones de euros (de los que el 25% serían fondos municipales) con cargo al Plan 2% Cultural. Aquí el tiempo de decisión se puede alargar más, por lo que no se espera una decisión estatal hasta bien entrado el año. Este dinero se centraría en la zona de las murallas de la estación férrea.
En el caso de no obtener estos fondos estatales, o que se limiten a una sola de las propuestas presentadas, el Ayuntamiento asumiría con sus presupuestos la recuperación del frente de la Puerta de Tierra, al destacar Maite González que es uno de los equipamientos históricos de referencia de la ciudad.
Un plan alternativo si no hay dinero estatal
Si fuese necesario este plan-b, se le daría prioridad a la recuperación de todo el lienzo del baluarte de San Roque (en su día Costas arregló la parte que le correspondía hasta nivel de tierra) y el lateral del frente amurallado por el Paseo Marítimo, especialmente deteriorado, así como actuaciones puntuales en la balaustrada del foso del Pelícano, que hace unos años se tuvo que reforzar con una estructura de hierro para evitar su caída.
El primero de los planes, con una inversión prevista de unos 3 millones de euros, se centrará en los siguientes trabajos:
La mitad de esta aportación se dedicará a la recuperación de todos los lienzos de la muralla. Hay zonas donde la erosión de las piedras es más que evidente, a la vez que se ha perdido toda la mezcla de las juntas, lo que está provocando la entrada de agua en el interior de muchas de las bóvedas.
Se completará la operación de recuperación del torreón de la Puerta de Tierra y del paseo superior, donde hay que consolidar las cureñas, instalar nuevos cañones, reforzar la seguridad de la zona para los visitantes y ejecutar una limpieza en profundidad (para todo ello se prevé un gasto de 350.000 euros).
En el caso del torreón, el anterior gobierno municipal dejó sin terminar un proyecto audiovisual sobre la historia de las fortificaciones de la ciudad. Ahora se está trabajando en la mejora del mismo, tras detectarse algunos errores históricos, mientras que se redacta un ambicioso proyecto museístico para la zona que se ejecutará en una siguiente fase. Este futuro plan ampliará la zona expositiva y museística.
El Ayuntamiento ya está trabajando en la reforma de los aseos, que ha supuesto un complicado trabajo técnico y administrativo, al ubicarse en un edificio BIC.
Igualmente hay una partida destinada para terminar el acondicionamiento de las bóvedas que quedaron sin rehabilitar en el baluarte de San Roque, se procederá a mejorar la iluminación ornamental y se arreglarán los fosos, especialmente el del Pelícano (un espacio abierto, totalmente desaprovechado y que hoy tiene un uso casi totalmente dedicado al paseo de los perros).
También se pretende actuar, en este primer plan, en las bóvedas de San Roque más cercanas al Museo Litográfico. Hay algunas en estado muy precario, como ya denunció en su día este diario. Otras, en mejor situación, funcionan como trastero de diversas delegaciones municipales. En las bóvedas de Santa Elena queda por eliminar la humedad que afecta a la planta baja del Museo de los Títeres y acondicionar la antigua farmacia autonómica.
Todas estas bóvedas, ya arregladas, tendrán un uso cultural aún pendiente por definir.
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