"Nunca dejen de leer": cierra en Cádiz la librería Alpa
Dice adiós por jubilación después de varias décadas abierta, con un paréntesis de cierre a principios de siglo
Extramuros pierde un comercio de referencia donde se vendían libros, prensa y revistas
El último capítulo de la novela del librero
“Nunca dejen de leer”. En el escaparate de la librería Alpa, de la calle Brasil, puede leerse este mensaje para rematar un texto de agradecimiento a clientes, vecinos y amigos que han perdido un establecimiento de referencia en extramuros.
El lunes dijo adiós este negocio por jubilación. Abrió en 1982 y cerró durante unos años “para descansar y cuidar de nuestros hijos”, explica la propietaria, Paulina Llorente de los Santos. Reabrió en 2010. “Aquella reapertura fue por la nostalgia de echar de menos los libros, una vez recuperada la fuerza y la ilusión”, destaca esta profesora que decidió que su vida serían los libros.
En todos estos años se ha producido “la magia entre clientes y librería. Hay un libro para cada lector y para cada momento de su vida”. “Siempre nos gustó documentarnos sobre los libros que vendíamos. Porque no se puede vender un libro como cualquier mercancía. El consejo y la complicidad con el cliente es fundamental en una librería”, añade Paulina.
“Adoro los libros y los quiero con toda mi alma”. Paulina es así de contundente cuando habla de su pasión. “Hay que darle a cada libro su valor, que detrás hay un trabajo de mucho tiempo”, expone. El último libro vendido fue ‘El mapa del nuevo mundo’, de Luis Zueco, uno de los autores favoritos de Paulina.
Cuenta que por Alpa (nombre que se debe a las iniciales de los nombres de su marido Alfonso y de ella) han pasado escritores como Eduardo Galeano o José Calvo Poyato y menciona algunas de las grandes ventas de todos estos años: ‘Patria’ de Fernando Aramburu, ‘El asedio’ de Pérez-Reverte, ‘La sombra del viento’ de Ruiz Zafón o ‘Cien años de soledad’ de García Márquez. Y destaca a algunas de sus autoras favoritas como María Dueñas, Julia Navarro, Matilde Asensi o Isabel San Sebastián.
Los últimos días Paulina ha recibido llamadas y visitas, y mucho cariño recibido de clientes, vecinos y amigos. “Más que pena tengo nostalgia. Pero hay un momento para todo y tocaba descansar. Acaba una etapa y empieza una más tranquila. Tenemos una nieta que requiere de nuestros cuidados", admite.
Por último, Paulina quiere destacar “la colaboración de Alfonso Martínez Bohiga, marido y compañero de toda una vida. Que sin ser librero y de profesión aparejador, siempre me ha apoyado y desde la retaguardia siempre ha sido una inyección de sabiduría en todos los aspectos”. Siempre agradecida “a mis padres, que me inculcaron la lectura, la música clásica y el arte”.
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