Pablo Iglesias o Marx para sustituir a Silos Moreno
Historias de Cádiz
Durante la Segunda República el monumento al obispo fue atacado en varias ocasiones
Propuesta para colocar estatuas de Pablo Iglesias, Salvochea, Marx y Ferrer Guardia
La Segunda República española vino acompañada de una tremenda política antirreligiosa. En Cádiz grupos de extremistas y elementos incontrolados procedieron a incendiar y saquear iglesias y conventos en dos ocasiones, mayo de 1931 y marzo de 1936 . Junto a las iglesias asaltadas, ya relatadas en varias ocasiones en estas mismas páginas, se encuentran los reiterados ataques a la estatua de Silos Moreno que se encontraba en el centro de la plaza de la Catedral.
Fray Domingo de Silos Moreno era un monje benedictino que fue nombrado obispo de Cádiz en 1824. Logró terminar las obras de la Catedral y gozaba del respeto y admiración de todos por su modestia y piedad. Muy humilde, en su lápida mortuorias hizo inscribir la frase “indigno monje benedictino y más indigno obispo de Cádiz”, nunca quiso homenajes ni estatuas y así lo dejó escrito en varias ocasiones. Sin embargo, nada más fallecer, un grupo de gaditanos encargó el escultor Baglietto una soberbia escultura para colocarla delante de la Catedral.
Sin explicación alguna, durante la Segunda República el bueno del monje benedictino, que jamás causó daño alguno y que siempre ayudó a los más desfavorecidos, fue objeto de toda clase de agresiones por parte de los extremistas, que lograron, finalmente, el derribo de su estatua.
La primera agresión llegó en la trágica madrugada del 12 de marzo de 1931, una de las noches más tristes de la historia de nuestra ciudad. Las turbas arrasaron el convento de Santo Domingo, mientras San Francisco, San Agustín, el Carmen y la Residencia de los Jesuitas sufrieron asaltos y saqueos. Un grupo de unos veinte incontrolados decidió acudir a la plaza de la Catedral con objeto de derribar a Silos Moreno. Al no poder efectuarlo decidieron apilar maderas junto al pedestal del monumento y prender fuego. Pese a ello, solamente causaron unos insignificantes daños en la estatua del obispo benedictino.
A partir de entonces, los grupos y partidos de izquierda exigieron continuamente la desaparición de la estatua, por considerarla incompatible con el carácter laico que debía tener la República. Al Ayuntamiento de Cádiz llegaron por esas fechas numeroso escritos y peticiones en ese sentido. Pero verdaderamente existían otros problemas más graves en la ciudad y el pretendido derribo no llegaba.
La segunda agresión tuvo lugar en abril de 1933. La ciudad vivía unos días de gran agitación social con huelgas en diversos sectores. En la madrugada del día 3 un numeroso grupo de extremistas decidió el derribo del fraile benedictino. Varios sujetos provistos de una escalera subieron al monumento para derribar la figura, pero ésta resistía los empujes. Los exaltados decidieron colocar unas cuerdas en el cuello del obispo para tirar desde abajo, pero tampoco lograron su objetivo. A continuación buscaron dos camionetas para tirar de las cuerdas, pero el monumento de Silos Moreno estaba hecho a conciencia en la Carraca y tampoco fue posible echarlo a tierra. Los exaltados finalizaron su ataque golpeando la figura con unos martillos, pero sin éxito ya que llegaron los serenos y se dieron ala fuga.
En la madrugada del 14 de septiembre de ese mismo año de 1933 desapareció el busto de fundador del PSOE, Pablo Iglesias , de un pequeño monumento que se había colocado en el Campo del Sur, que pasaba a llevar el nombre del padre del socialismo mayor. El monumento no estaba aún inaugurado. En lugar del busto colocaron un tubo de hierro. La escultura apareció poco después en la muralla cercana a su ubicación.
Con tal motivo hubo reunión en la Casa del Pueblo de todas las organizaciones obreras y de izquierdas, en la que se arremetió contra Silos Moreno. Parecía que las en la figura del monje benedictino querían representar a las derechas y a los enemigos de la República.
En dicha reunión quedó acordado dirigir escrito al Ayuntamiento solicitando el derribo de Silos Moreno y la colocación en la plaza de la Catedral de otro monumento con las efigies de Pablo Iglesias, Fermín Salvochea, Carlos Marx y Ferrer Guardia (anarquista fusilado por su relación en la Semana Trágica de Barcelona de 1909). Solicitaban también que la estatua de Silos Moreno no volviera a ningún lugar público de Cádiz.
Nada de los solicitado se llevó a cabo hasta la llegada del frente Popular. El 29 de abril de 1936 los concejales del equipo de Gobierno municipal señalaban que “sin duda esta estatua ha contado con la asistencia de alguna fuerza divina, ya que resistió a la fuerza del pueblo y a la de dos camiones que no pudieron moverla”. El Ayuntamiento, poco después, aprobó la retirada definitiva del monumento y “para que no se molesten los católicos, pueden ellos mismos moverla y llevarla al interior de la Catedral”. En el centro de la plaza de la Catedral la intención municipal era la de colocar un estanque.
El derribo definitivo llegaría el 4 de julio de 1936 apenas doce días antes del comienzo de la Guerra Civil. Operarios municipales se encargaron de ello ante la presencia de numeroso público que aplaudía y coreaba el derribo de la estatua. Diario de Cádiz señala en su crónica que “fue un espectáculo lamentable, indigno de la historia de Cádiz”.
La reposición del monumento se llevó a cabo el 30 de agosto de 1936, en una ceremonia muy solemne y con discursos a cargo del obispo de la diócesis, Ramón Pérez Rodríguez y del alcalde de Cádiz, Ramón de Carranza.
Muchos años más tarde, la estatua sería trasladada a su actual ubicación, en un lateral de la Catedral de Cádiz.
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