"Descongestionar Puerta del Mar pasa ahora mismo por crecer en San Carlos"

José Luis Guijarro, director gerente del hospital Puerta del Mar

El responsable del hospital de Cádiz defiende la necesidad de un nuevo centro por la falta de espacio, aunque también plantea como complementario el actual y futuro uso de San Fernando 

"Cádiz necesita un hospital porque el de ahora no tiene posibilidad de crecimiento; no cabemos”

"En el hospital Puerta del Mar hacemos miles de cosas muy bien"

"Creo que para dirigir un hospital no es lo mejor ni lo peor que se sea médico o economista"

José Luis Guijarro, director gerente del hospital Puerta del Mar, posa en la hemeroteca de Diario de Cádiz.
José Luis Guijarro, director gerente del hospital Puerta del Mar, posa en la hemeroteca de Diario de Cádiz. / Julio González

José Luis Guijarro nació hace 57 años en Villarrubia de los Ojos, un pequeño pueblo de Ciudad Real ubicado en las inmediaciones del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel. Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales y máster en Administración y Gestión de Servicios Sanitarios, es desde el pasado mes de marzo el director gerente del hospital Puerta del Mar en Cádiz. Llegó a Andalucía en 1993, a la provincia de Córdoba, y aquí echó raíces familiares, su mujer y sus cuatro hijos son andaluces, y laborales ocupando desde entonces puestos de responsabilidad directiva en el Servicio Andaluz de Salud. A Cádiz llegó, de hecho, desde la gerencia del hospital de Puerto Real. En su primera entrevista, Guijarro cuenta qué hospital se ha encontrado y cuáles son sus potencialidades y sus líneas de mejora, con la construcción del nuevo centro hospitalario de la capital siempre en el horizonte de los proyectos deseados.

Pregunta.–¿Cuáles serían, bajo su punto de vista, las potencialidades del hospital Puerta del Mar?

Respuesta.–Hombre, Puerta del Mar tiene muchísimas potencialidades, muchas. Tiene un colectivo de especialistas magníficos, prácticamente en todas las unidades. Hay otras unidades que son de referencia provincial; tenemos la cirugía cardiaca, la neurocirugia, la cirugía vascular, la plástica, la maxilofacial, la pediátrica... Es un potencial tremendo. Pero el principal potencial que tiene el Puerta del Mar son sus profesionales, es la gente. En nuestras manos tenemos a 300 médicos MIR formándose, desde el primer año al quinto año. Cada año tenemos a 300 personas que son el futuro, y esta gente es la que necesitamos fidelizar, que se queden con nosotros, que todo el conocimiento que se le ha prestado, que se le ha dado y que han adquirido en toda su formación lo devuelvan a la sociedad. Y ese es el reto que tenemos las organizaciones. En un hospital confluyen 60 categorías profesionales y todas son importantes, pero cada una en su papel. Tan importante es el médico como el pinche que hace la comida o el de mantenimiento que hace funcionar las cosas. Nadie es capaz de hacer nada solo por muy listo que sea, por mucha eminencia científica. La organización sanitaria de los hospitales, tal y como la conocemos, es un concepto moderno. Médicos y enfermedades han habido a lo largo de la historia, pero las organizaciones sanitarias tal y como las conocemos ahora las hay desde hace 50 años. Y eso es lo bueno: ser capaz de dar salud y asistencia sanitaria a una población inmensa independientemente del nivel de renta o de tu tono de piel.

P.–Universalidad.

R.–Esa es la universalidad. ¿Seremos capaces de pagarla entre todos? Ese es otro debate (ríe).

P.–Cuando habla de la necesidad de que los MIR se queden en el hospital o en la sanidad pública, es obvio que lo dice porque no se están quedando.

R.–Claro.

P.–¿Cuál es la causa, el problema, la raíz de eso? La sanidad privada...

R.–Cuando digo que se queden, me refiero a que no se vayan del sistema sanitario público, aunque ojalá se quedaran todos en el Puerta del Mar. Hacen falta profesionales, sobre todo, en zonas de difícil cobertura. Ese es un problema. Incluso los hospitales grandes sufrimos en algún servicio falta de especialistas. Por supuesto que la privada juega un papel importante, porque puede ofrecer contratos y sueldos que hoy por hoy la pública no puede ofrecer. Alguien tiene que hacer algo, y eso compete incluso a decisiones del Ministerio de Sanidad. Suelo poner el ejemplo de los pilotos, cuando en España hace años hubo un problema tremendo: se formaban con el ejército y al día siguiente estaban contratados por las aerolíneas. Aquí pasa una cosa igual. Cuando acaban los MIR, siempre les digo que no olviden que su formación es pública, y que hemos invertido dinero público para formarlos. A lo mejor hay que buscar mecanismos para que exista algún compromiso durante un tiempo, sin que sea agresivo. Yo creo que es de justicia; los tiros tienen que ir por ahí. Luego, también es muy importante que para poder captar a los residentes tengamos mejoras de contratos, contratos de más tiempo, que estén a gusto en el servicio; cuando uno está a gusto en un sitio, a lo mejor el dinero es muy importante pero si no hay mucha diferencia se lo puede pensar, porque cree que podría estar peor en la privada, que no tendría posibilidad e investigar... No se trata sólo de dar asistencia, sino de investigación, de formación, de docencia. Y eso lo hay en los hospitales públicos.

P.–Y además de esa huida de profesionales al acabar su formación, que según parece es común a la sanidad pública en general, ¿qué carencias más podría tener el Puerta del Mar; o qué necesidades?

R.–Puerta del Mar tiene ahora mismo una carencia brutal de espacios, no cabemos, no cabemos. Es un problema porque, en los seis meses que llevo, cada vez que alguien plantea una necesidad de crecer siempre es a costa de quitarle a otros; y eso no puede ser. Es el principal problema que tenemos ahora: estamos constreñidos, no cabemos, no tenemos espacios.

P.–De hecho, cuando se hace una obra o una reforma se van quitando cosas. Como cuando se cambió la atención al usuario y se eliminó la sala de espera de familiares de la UCI.

R.–Sí, sí. No hay sala de espera de UCI.

P.–En ese sentido, ¿qué papel está jugando San Carlos? No sé si es el respirador de este hospital con los traslados de Oftalmología y Dermatología.

R.–Allí está prácticamente completa Oftalmología, con algunas consultas en Vargas Ponce y las urgencias oftalmológicas en el Puerta del Mar. Todo lo demás está en San Carlos, y no creo que haya una unidad de Oftalmología en toda Andalucía como la que tenemos en San Carlos.

P.–¿Y Dermatología?

R.–Es más reciente y no está completa, pero también tenemos una parte importante en San Carlos. Y uno de los proyectos que está implantado y está funcionando muy bien es la teledermatología. Hay un programa con el que estamos llevando toda la dermatología al Campo de Gibraltar, con cero listas de espera, fuera de decreto, y resolviendo en 24 horas las consultas. Y desplazando equipos para operar. Tenemos que hacerlo porque dermatólogos hay pocos. Y tenemos que acostumbrarnos a trabajar así, con visión provincial, porque tenemos hospitales como los del Campo de Gibraltar con dificultades para captar profesionales. También están en San Carlos la neurorehabilitación y lesionados medulares; hay once camas. Y luego hay 44 camas de medicina interna, además del servicio de urgencias y varias consultas. Creo que la posible descongestión de Puerta del Mar pasa por crecer en San Carlos.

P.–¿Ahora mismo?

R.–Ahora mismo, debemos hacerlo.

P.–¿Está previsto trasladar más servicios allí?

R.–Tenemos algunos en estudio. Creo que lo primero que habría que montar allí, algo que no requiere muchos recursos, es una unidad de cuidados intermedios. No digo, en una primera etapa, una unidad de cuidados intensivos, pero sí intermedia porque eso nos permite subir la complejidad del hospital y hacer cosas que, ahora mismo, no se pueden hacer por garantía. Se podría llevar a San Carlos la unidad del dolor, que aquí está muy constreñido; también los tratamientos oncológicos para atender a la gente de San Fernando que se tiene que desplazar a Cádiz. Y para eso hay que tener una unidad de cuidados intermedios por si a alguien le pasa algo, para que se le pueda atender. Tenemos una serie de proyectos que están en estudio y cuyos profesionales están dispuestos a dar el salto. En San Carlos tenemos infraestructura y está vacío. Por ahí pasa el corto y medio plazo: incluso en los dos próximos años tenemos cuatro o cinco servicios que están dispuestos y se podrían montar allí.

P.–Eso descongestionaría el Puerta del Mar tanto física como asistencialmente. 

R.–Eso es.

P.–Así sería a corto y medio plazo pero hay que hablar también del largo plazo... ¿Qué hacemos con el nuevo hospital? No sé si esos traslados a San Carlos harían olvidar el proyecto del nuevo hospital de Cádiz.

R.–No. Cádiz necesita un nuevo hospital porque el que tiene, del año 1977, no es adecuado en infraestructuras, en circuitos y en posibilidad de crecimiento, en dar respuesta a las nuevas necesidades, a los modelos de la nueva medicina que va hacia zonas más amplias de ambulatorización, de hospitales de día... Y ahora no podemos. Claro que Cádiz necesita un nuevo hospital. Ahí está el plan funcional del nuevo hospital, que está hecho y que puede ir desde un hospital de 12 plantas hasta un hospital de 20 plantas; ¿de qué va a depender?: de los metros cuadrados del terreno. Si son muchos metros cuadrados, se puede diseñar un hospital más horizontal, y si tiene menos metros cuadrados, pues será más vertical. Pero la funcionalidad en los servicios prácticamente es la misma. Qué es lo que ocurre. Si llegase el momento, habría servicios que estén ya en San Fernando, en San Carlos, que formarán parte de aquí. Hay que tener claro que no es el hospital de San Fernando y el hospital de Cádiz, es un complejo hospitalario que da asistencia sanitaria a toda la zona y, en algunos casos, a toda la provincia. Así que si la Oftalmología funciona de maravilla en San Carlos, se queda en San Carlos y no hace falta llevarla al nuevo hospital.

P.–Serían compatibles, para entendernos.

R.–Hay que hacerlo compatible porque si no, tiraríamos recursos en un sitio para llevarlos a otro lado. Cuando están allí, están dando una prestación magnífica y la población, que es lo importante, el ciudadano, lo quiere y lo ha asumido bien.

P.–Desde esa complementariedad se puede entender mejor el proyecto, pero parece lógico que la sociedad y la opinión publica piense que el crecimiento de San Carlos pueda hacer que se olvide el proyecto del nuevo hospital.

R.–Creo que no.

P.–¿Cree que no?

R.–Espero que no.

P.–Espera, que es distinto.

R.–Espero (ríe).

P.–¿Ha visto alguna vez un plano del hospital nuevo?

R.–No hay planos. El plan funcional, que es lo que hay, hay que elaborarlo antes de hacer un hospital. Consiste en definir milimétricamente lo que queremos: queremos un bloque de UCI con, por ejemplo 40 camas, un bloque quirúrgico con ocho quirófanos de general, dos de robótica, dos quirófanos híbridos, que son los que incorporan resonancia o TAC, dos de cirugía pediátrica... Y una vez que hay un plan funcional, ese es el documento que sirve para cuando se licita un proyecto, antes de adjudicar la obra, y los que van a presentarse saben lo que se necesita. Y, después, los metros cuadrados para edificar y las plantas que se necesitan. Y ellos hacen el proyecto y hacen los planos. Ahora no hay planos, pero sí las necesidades de espacio de los servicios, que después, claro, podrán ser revisadas. Pero ese trabajo está hecho. Estamos preparados para cuando se anuncie la licitación.

P.–¿Simplificamos mucho el problema, el retraso, si decimos que al final la cuestión va a ser económica?

R.–Hombre, eso vale mucho dinero. Pero, bueno, creo que ahora mismo Cádiz está ahí. El proyecto está en la mente junto al nuevo hospital de Málaga; son inversiones de mucho dinero. Aunque depende de con qué se compare, para mí no es tanto. Vale mucho dinero, sí, pero estamos generando una riqueza tremenda; un hospital genera inversión. Y hay que hacer el hospital de los próximos 30 o 40 años. Hay auténticas maravillas en hospitales nuevos. Y yo, como gerente del hospital Puerta del Mar y como gestor de la sanidad pública, estaría deseando...

P.–¿Inaugurará el nuevo hospital José Luis Guijarro?

R.–No, inaugurar no, pero si tuviera la posibilidad de liderar el proyecto, estaría encantado.

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