"Teníamos una deuda con Cádiz"

La Oficina de Rehabilitación del Casco Histórico cumple los diez años; no habrá celebraciones pero es el momento de hacer memoria de una década de obras

Ángeles M. Peiteado / Cádiz

29 de marzo 2009 - 01:00

78/1999. Estos guarismos han cambiado la vida de muchos gaditanos que se hacinaban en partiditos sin lo básico. Es el nombre propio del decreto andaluz que, el 30 de marzo del 99, creó la Oficina de Rehabilitación y las herramientas para transformar el ajado casco histórico. Para Luis Pizarro, vicesecretario general del PSOE andaluz, fue la forma de pagar "la deuda que teníamos con la ciudad de Cádiz". A diez años vista, se siente "orgulloso" de haber participado en la creación de este decreto.

La decisión de hacerlo estaba "en línea con los compromisos" contraídos con la capital gaditana desde que el PSOE llegó a la Alcaldía. Los objetivos eran los mismos: crear una política social que consiguiera dignificar la vida de las personas que habitaban infraviviendas y asentar la población del casco histórico. Y realizar una "inversión pública muy importante que moviera la economía de la ciudad". Pero entonces, el Ayuntamiento socialista "no tuvo medios ni recursos" para acabar con unas infraviviendas que tenía incluso catalogadas.

Un estudio del arquitecto y ex concejal socialista Juan José Jiménez Mata fue determinante en la creación de este decreto, al exponer esas consecuencias de la rehabilitación y ligarlas a la filosofía de izquierdas. "Fue el germen de la decisión que nos llevó a crear la Oficina", explica.

Esta comenzó a funcionar en la calle Sánchez Barcaiztegui el día 5 de abril de ese mismo año con Pablo Lorenzo al frente. No fue bien recibida por el Ayuntamiento, ya entonces popular, que amenazó con recurrir a instancias como el Defensor del Pueblo porque veía mermadas sus competencias. El gobierno municipal, a día de hoy, sigue sin estar conforme con la actuación de la Junta. Esporádicamente surgen entre los populares las quejas por lo que aún considera un "decretazo" que le "excluyó" de la rehabilitación del casco histórico.

"Hubo mucha resistencia porque no aceptaban que la Junta de Andalucía con medios propios pudiera poner en marcha este proyecto. No creyeron que pudiera ser la realidad que es hoy, pensaron que era un anuncio más que no se iba a cumplir pero al final el tiempo ha demostrado que era una empresa firme", dice Pizarro. Pero, "a pesar de la resistencia y los obstáculos", está convencido de que el programa autonómico acabó haciendo que el Ayuntamiento creara sus propias iniciativas en el mismo sentido, en referencia a la actuación concertada en casi cien viviendas de junio de 1999 a 2002 y la Ordenanza de la Infravivienda aprobada en 2007.

Luis Pizarro asegura que los ediles no fueron los únicos en dudar de que las palabras se harían ladrillo. "En aquella etapa, en el 99, sabíamos que iba a haber mucho escepticismo, que la gente no iba a empezar a creérselo hasta que no volvieran a sus casas rehabilitadas los primeros vecinos desalojados. Hasta ese momento no se lo iban a creer de verdad, no se iban a dar cuenta los ciudadanos".

Ahora, la situación ha cambiado y el de Cádiz es "uno de los programas de la administración que ha dado gran credibilidad y confianza a la Junta de Andalucía tras un tremendo esfuerzo". Así, indica que "muchos ciudadanos de Cádiz se ven identificados con una actuación que mejora sus condiciones de vida".

El responsable socialista describe este programa como "complicado", aunque apoyado en una inversión "muy fuerte" y que resultó ser "un gran acierto", un ejemplo de la "actuación política para solventar los problemas a los ciudadanos". Si a día de hoy no se ha cumplido "al cien por cien", sí que se "ha arreglado los problemas a los ciudadanos de Cádiz, ha sido una buena decisión política asumida por el presidente de la Junta, Manuel Chaves, como una política propia".

Pizarro cree que ha sido "un ejemplo" para otras localidades andaluces que tuvieron en el casco histórico de Cádiz el referente "pionero". El modelo ha viajado más allá de las fronteras españolas y se ha exportado, por ejemplo, a ciudades cubanas.

Esto forma parte del "legado" que la Oficina de Rehabilitación dejará en Cádiz y que irá más allá de este decenio. "Merecía la pena", resume el vicesecretario general del PSOE andaluz.

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