El día en el que Vargas Llosa quiso visitar la redacción de Diario de Cádiz
El escritor recorrió las dependencias del matutino, preguntando y hablando con todos
En Cádiz había recibido el Premio Libertad Cortes de Cádiz
Vargas Llosa: "A mi gustaría morir con la pluma en la mano"

En junio de 2014 Marío Vargas Llosa recibió el Premio Libertad Cortes de Cádiz. Vino a la ciudad y junto a una extensa lista de visitas oficiales, quiso expresamente recorrer las instalaciones de Diario de Cádiz. Y aquí vino.
No fue una visita de cortesía, de recorrido rápido, de saludos urgentes. El escritor vino, vio y visitó todas las dependencias del periódico con calma y con mucha curiosidad. Y saludo a todos los compañeros que aquel día estaban en las distintas dependencias del diario. Y se hizo todas las fotos que se le pidieron. Y muchas más. Nos trasladó a todos su profunda simpatía y su sencillez. Y su curiosidad.
Cuenta la crónica que escribió de la visita Tamara García: "Leyó y preguntó. Miró y preguntó. Escuchó y preguntó. "¿En qué fecha se fundó el periódico?". "¿Y es de los más antiguos de España, no?". "¿Es parte de un grupo de comunicación?, ¿cómo funcionan?"... Siempre cortés, siempre educado, con ese aire de hombre tranquilo que parece libre de la dictadura de los relojes. Vargas Llosa no acribilla con sus interrogantes, los deja caer, reposar, respetando los espacios entre preguntas y respuestas, creando un clima de interés y confianza. Vargas Llosa no olvida las enseñanzas de sus tiempos de periodista".
"No sólo las estanterías preñadas de la historia de la ciudad fueron objeto de su atención, desde las paredes los antiguos carteles comerciales de la imprenta médica (que pertenecía a Diario de Cádiz) le hablan de buques que partían desde nuestro puerto a su continente. "Ese barco iba a Perú, fíjate, pasaba por tantos lugares..."
Vargas Llosa también regaló algo al rotativo. Su firma. Una agradecida dedicatoria llena de buenos deseos en el libro de honor del periódico: "Es un honor visitar el Diario de Cádiz, que desde hace un siglo y medio viene ejerciendo un periodismo libre e independiente. Os deseo muchos otros aniversarios y cada vez mayor número de lectores. Muchas gracias por la cariñosa hospitalidad".
A pesar de su agenda apretada, arañaba los minutos sin moverse de esta casa, como si quisiera sentarse en una de las mesas de la redacción, y ponerse a escribir. Así que, cuando la comitiva que le acompañaba le invitaba a seguir el viaje, se paró y preguntó si "¿sería posible visitar la redacción"? Bajar (subir, en este caso) a las trincheras, al corazón de todo periódico. Donde late. "Qué poco ruidosa y qué limpia", se asombraba el literato que confesó que las redacciones donde trabajó eran "más bulliciosas y más sucias". Los compañeros presentes en este especial mediodía le explicaron que la mañana suele ser más tranquila porque los periodistas están en la calle. Las tardes son las de las pulsaciones aceleradas. Las tardes (y las noches) hacen ruido", le contó solícita Tamara García, mientras escuchaba con atención. Y antes de marcharse, esta vez, sí, se paró a hacerse fotos con todo el mundo. Con todos.
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