Las divagaciones del Pleno del Ayuntamiento de Cádiz
Los concejales emplean excesivos esfuerzos en cuestiones alejadas de los límites municipales con un Salón de Plenos muy concurrido por colectivos
El PP tumba las cuatro propuestas de Adelante antes de empezar la sesión
El Pleno del Ayuntamiento de Cádiz tiene un problema que no es nuevo, sino que se repite en el tiempo una y otra vez: gasta demasiadas energías en intentar arreglar aquello para lo que no tienen competencia, y pierden demasiado tiempo en debatir y analizar la situación política, las siglas andaluzas o nacionales y cuestiones relativas al panorama autonómico, nacional e internacional que si bien está bien departir al respecto no tendrá ningún efecto sobre la ciudadanía gaditana, que es la que -en definitiva- pagan con sus impuestos las sesiones plenarias, los sueldos de concejales y asesores y demás estructura política municipal.
Los concejales han vuelto este mes de noviembre a gastar excesiva energía en recriminar o defender lo que se escapa a las manos de la política gaditana, lo que tiene que ver con sedes, personas y administraciones mucho más allá de Cortadura. Así, ya no sólo los debates de las distintas mociones, que están plagados de referencias externas a todo tipo de partidos, ayuntamientos, comunidades, gobiernos y personajes que nada tienen que ver con la ciudad (empezando por Moreno Bonilla y pasando por Rajoy, Aznar, Teófila Martínez, Kichi, Pedro Sánchez, Puigdemont y todo un listado de políticos ajenos al Ayuntamiento); sino que esta práctica es cada vez más habitual en las propias mociones, convertidas en constantes ataques meramente políticos a otras administraciones.
Así, en el Pleno de noviembre buena parte de las propuestas escapaban a la labor de los concejales o del equipo de gobierno. Y por eso, la sesión (que ha acabado pasadas las tres de la tarde) ha empleado demasiados minutos para hablar de la situación de las PTIs (que mantienen un conflicto que debe resolver la Junta de Andalucía, en el que nada tiene que hacer el Ayuntamiento), el bono joven de Vivienda (que concede sola y exclusivamente la Junta), la amnistía incluida en el pacto de gobierno que ha permitido repetir como presidente nacional a Pedro Sánchez, o el conflicto de Israel y Palestina.
Lejos de asumir que todas esas cuestiones se escapan de las capacidades, competencias y obligaciones de un ayuntamiento, los concejales defienden este tipo de propuestas, que llegan de parte de todos los grupos. Así, el portavoz de Adelante Izquierda Gaditana reconocía que con su propuesta de apoyo al pueblo palestino “sabemos que no vamos a acabar con el genocidio, porque no es ningún conflicto, es un genocidio; como ustedes tampoco van a alterar el pacto de gobierno con la propuesta de la amnistía” (en referencia a la propuesta presentada por el PP). Pero en caso defendía que “ante la vulneración sistemática de los derechos humanos y el exterminio de una población no podemos permanecer indiferentes”, justificando así un posicionamiento en este tipo de cuestiones “más allá del Río Arillo”.
Como el debate eleva la mirada por encima de los límites geográficos de la ciudad, los concejales se convierten en portavoces de sus respectivos partidos a nivel autonómico e incluso estatal, desvirtuándose así la labor a la que deberían atender y para la que fueron elegidos el pasado mes de mayo. Así, por ejemplo, la concejala de Vivienda gasta sus energías en enumerar los proyectos que la Junta de Andalucía (donde ella concretamente no gobierna ni gestiona) ha hecho, está desarrollando o va a ejecutar en la ciudad; pero no dice una sola palabra de cómo iba cada una de las cien viviendas prometidas por el alcalde ni de esas ayudas de Procasa para la reforma de viviendas municipales ni de ningún otro asunto relacionado con la gestión municipal que le ha sido conferida.
A esta realidad respecto a las cuestiones a debatir se le ha sumado una inusitada presencia de colectivos (convocados todos por Adelante Izquierda Gaditana) que acuden a la sesión de debate a defender sus movilizaciones y a poner voz a sus conflictos y que han llenado el Salón de Plenos de pancartas y banderas, de un permanente runrún, de aplausos varios y de alguna que otra llamada de atención por parte del alcalde. Así, han tenido visibilidad los PTIS, la ayuda a domicilio, la plataforma de apoyo a Palestina y entidades de la Memoria Histórica.
En paralelo a todo esto, las cuestiones ejecutivas para la que está llamada el Pleno se han resuelto en cuestión de minutos, y en la mayoría de casos sin debate siquiera entre los grupos. De este modo se ha aprobado la prórroga de un año del servicio de limpieza y mantenimiento de las zonas verdes de la ciudad, el traspaso del Portillo al IMD para iniciar el proyecto de construcción del nuevo polideportivo, la extinción definitiva del Patronato del Carnaval, o la actualización del Plan de Sequía.
En menos de una hora se tomaron todos esos acuerdos, se leyeron hasta tres declaraciones institucionales (de la violencia contra la mujer, las personas sin hogar y las personas con discapacidad) y se guardó uno de los dos minutos de silencio que tuvo ayer la sesión. El resto, hasta más allá de las tres de la tarde, han sido divagaciones del Pleno.
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