“No hay duda de que es un cierre encubierto”

Algunos trabajadores de Altadis creen que la empresa “está maquillando el definitivo final de la factoría de Cádiz”

Joaquín Benítez / Cádiz

20 de junio 2008 - 05:00

Cádiz siguen siendo la ciudad que más y mejor sonríe. Prácticamente lo ven como una liberación. Los trabajadores de Altadis que saben que cumplen con el perfil idóneo para engrosar el grupo de los 240 que verán la calle de aquí a finales de 2009 son los que sonreían, y los que aparecen como los perdedores son los que se quedan.

“Son 33 años en esta empresa y muchos ERE a nuestras espaldas. Creo que ya está bien. Con 52 años ya nos merecemos algo mejor que quedarnos aquí”. Con una inevitable sonrisa, una trabajadora de Altadis que prefería no dar nombre, se expresaba así. Y algo parecido pensaba otra chica que iba con ella hacia el interior del supermercado Supersol, cercano a la factoría: “No es para reírse, sin duda, pero ya hemos dado todo lo que teníamos que dar”. Sin embargo, otra mujer que iba con ellos, algo más joven que las dos primeras se expresaba de forma muy distinta y con un talante algo menos sonriente: ella sí se queda en Altadis. “No sabemos qué va a pasar con nosotros cuando llegue enero de 2010 y eso es peor”.

A la cafetería de Supersol iban llegando a ‘picotazos’ obreros de Altadis aprovechando su ratito del café de por la tarde. Guillermo llegaba al lugar para comprar algo para comer. Guillermo también se queda en Altadis. “Se trata de un cierre encubierto con toda seguridad. Están maquillando el cierre de Cádiz”. Guillermo, al igual que las tres chicas que minutos antes accedían al super, decía sorprenderse de manera especial ante el anuncio del cierre de la planta denominada del PPL (Planta de Preparado de Ligas) porque “es el corazón de la factoría y si desaparece es porque de aquí a 2010 muere esta fábrica”. José Antonio atendió a este medio con su hija pequeña en brazos que miraba a su padre mientras éste expresaba su descontento. José Antonio se queda en Altadis. “Al estar tan castigada esta zona no se han atrevido a cerrarla como han hecho con Alicante.” 48 años de edad y 25 en Altadis. “Los que se van lo están celebrando porque se van bien y, además, estaban deseando irse”. Y recuerda que ya han sido cinco los ERE que han ‘castigado’ a Altadis y “cada ERE es un trauma más en nuestras vidas” . José Antonio teme que ahora lleguen los traslados porque “sesenta son muchas personas para una única planta y yo me tendría que ir buscando la vida pero, ¿dónde me voy a colocar con la edad que tengo?”.

Santiago parecía también muy desanimado: “si pudiera me iría esta misma tarde”. Según afirma, sentado frente a la barra de la cafetería, con las primeras regulaciones de empleo empezaron a someter a los trabajadores a muchas presiones. “Yo me llevé 20 años fijo en el turno de tarde y llegaron los nuevos jefes y empezaron a pasarme a la mañana, a la noche, al fin de semana. Me han ido destrozando poco a poco”. Santiago sabe que “los que se quedan o los que nos quedemos estamos totalmente vendidos y en cuanto puedan nos echan y nadie se enterará. Ya no sé cómo podremos aguantar”.

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