La economía de Cádiz, tocada
Consecuencias de la epidemia del coronavirus en la provincia
La anulación de la llegada de cruceros al muelle y las cancelaciones en hoteles dibuja un panorama sombrío que también alcanza al comercio gaditano
La pandemia del coronavirus ha tocado de lleno a los sectores más importantes de la economía de la ciudad de Cádiz: el comercio y el turismo. El cierre de establecimientos hosteleros, la anulación masiva de reservas hoteleras y la prohibición del atraque de los cruceros en el puerto de Cádiz anuncia un periodo de crisis económica evidente de forma inminente en la capital.
Las fuentes consultadas en todos estos sectores coinciden en pintar un panorama extraordinariamente negro, aunque no se atreven a cuantificar hasta dónde pueden llegar las pérdidas y, sobre todo, cómo este hundimiento del día a día va a afectar al empleo, siempre tan delicado en nuestra ciudad.
Desde uno de los principales hoteles de la ciudad se lamentaba ayer como “nos estamos limitando a recibir llamadas para anular reservas, y muchos incluso reclamando la devolución de lo ya abonado”. Nadie se apunta para pasar unos días en Cádiz. Es una situación, asumen con pesar, única. Ni en los peores tiempos de la crisis económica, ni en los tiempos en los que la ciudad aún no tenía la proyección turística de la que ahora disfruta.
Al turismo le toca de lleno la cancelación de los cruceros, que sólo el año pasado trajeron a 470.000 turistas con un gasto medio de 40 euros por pasajero durante su estancia en la ciudad.
Este viernes se produjo la primera cancelación. El buque Europa 2, procedente de Lisboa con destino Málaga, canceló su escala hace unos días. Traía 367 pasajeros además de la tripulación.
Hasta el día 22 había previstas seis escalas más, además de esta, que también van a ser canceladas.
En principio, son siete escalas las afectadas por esta medida, sobre un total de 322 que había previstas a lo largo de todo el año. El impacto de momento es limitado y “esperamos que no vaya más allá e incluso que pueda recuperarse a lo largo del año una vez que se controle la crisis”, destaca la Autoridad Portuaria, que obtiene el 17% de su facturación anual con el mercado de los cruceros.
Lo cierto es que estos turistas que ahora no van a llegar por mar, ni los que han suspendido su estancia en los hoteles y en los pisos y apartamentos turísticos, podrían disfrutar de la ciudad, de sus calles y plazas y de sus vistas inigualables, pero de poco más.
Desde el jueves la avalancha de cierres y cancelaciones en equipamientos culturales ha sido masivo, en pura cascada. Hasta ha optado por cerrar la Torre Tavira, un centro de gestión privada que se sitúa entre los espacios más visitados de la capital y que a lo largo del año apenas se toma dos o tres días de vacaciones.
La falta de visitantes ya ha tocado de lleno al comercio. El Corte Inglés, antes de decidir su cierre en Madrid y en el País Vasco, reconocía una importante reducción en las ventas en su tiendas de la avenida de las Cortes de Cádiz aunque, por el contrario, constataba un incremento más que notable en Hipercor, como ha pasado en otros grandes supermercados, especialmente Mercadona, que parece que ha tenido una especial atracción para muchos usuarios que ya han llenado su despensa para varias semanas.
Peor lo está llevando el comercio tradicional, que en Cádiz siempre ha tenido una especial relevancia para el conjunto de la provincia.
Manuel Queiruga, presidente de Cádiz Centro, hablaba con este diario en la tarde del pasado viernes, poco antes de la ola de cierres de unos y otros y esperando el tsunami que va a llegar en la semana entrante.
“Entre los comerciantes hay mucha preocupación porque en estos primeros días (de crisis) ya estamos notando un descenso en la afluencia de gentes”, y por ello de ventas. Y la cosa va a ir a más sobre todo tras el impacto que ha supuesto el parón en la llegada de turistas.
Se ha mandado a los comerciantes las medidas higiénicas más importantes en la atención al cliente, como mantener una distancia prudencial, la limpieza de todas las zonas de contacto, etcétera. Queiruga constata que no hay problemas con los clientes. “Aceptan todas las medidas, y lo ven como lógico”.
Pero la educación de unos y otros no sirve para sustentar el negocio. “El impacto económico va a ser muy grande, porque un acontecimiento como éste no ha pasado nunca. Nunca un gobierno ha pedido a sus ciudadanos que no salgan de sus casas, como ya está pasando”. El viernes decía el dirigente del comercio “que nosotros vamos a seguir abiertos”, aunque habrá que esperar a los acontecimientos de los próximos días. O las próximas horas. Eso sí, deja claro que “no tenemos ningún problema de suministros”.
El gran miedo, en todo caso, es la incidencia que tendrá en el empleo del sector si persiste la crisis sanitaria. “Si esto se dilata en el tiempo y se produce un cierre habrá un impacto en el empleo e incluso podría provocar el cierre de aquellos que hoy apenas aguantan. Los autónomos tenemos que seguir pagando los impuestos, los alquileres, las nóminas. Debemos planificar lo que va a pasar en las próximas semanas para evitar despidos, adelantando vacaciones o cambiando horarios”, pero lo peor está por llegar. En este sentido, se lamenta que desde el Gobierno no se hayan aprobado medidas de apoyo al comercio, y sí al turismo.
La aprobación del estado de alarma, necesario para intentar parar la pandemia, deja aún más en el aire el futuro de nuestra economía.
3 Comentarios