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El edificio de Náutica en Cádiz saldrá a subasta antes de fin de año

La Junta está en conversaciones con el Ayuntamiento para dar también solución a la finca de la calle Marqués de Valdeíñigo, que pasará a manos municipales o saldrá también a subasta

La antigua Náutica, en un edificio de la Junta referente para la ciudad. / Julio González

En el mapa de Cádiz que tiene la Junta de Andalucía sobre su mesa hay varios puntos negros; varias localizaciones, edificios, equipamientos y solares, que llevan años pendientes de definir un nuevo uso, de darles una solución. Muchos más años que los dos que cumple ahora Mercedes Colombo como delegada del gobierno de Moreno Bonilla en la provincia de Cádiz, muchos más de los que ha cumplido ya el propio Moreno como presidente de la Junta.

Uno de esos edificios es la antigua sede de Náutica, en Duque de Nájera. Uno de esos puntos negros que incompresiblemente, junto al Campo de las Balas, Valcárcel o el Castillo de San Sebastián, rodean un paraje tan particular y admirado como la playa de la Caleta. Después de década y media con el edificio cerrado a cal y canto y deteriorándose de manera progresiva, sin haber ideado ni una sola propuesta firme sobre nuevos usos y posibilidades, la Junta ha decidido desprenderse de esa propiedad a través de un proceso de enajenación que ya anunció la administración autonómica hace unos meses.

No se conocen, por ahora, los detalles que marcarán esa subasta de Náutica. Como referencias, sirvan las cifras de enajenación que últimamente se manejan en la ciudad, desde los 6,2 millones en los que está tasado el solar del Campo de las Balas hasta los 11,8 millones que obtuvo la propia Junta por Tiempo Libre, pasando por los 9,8 millones de euros que costó la tribuna del Estadio.

Lo que sí ha confirmado la delegada del gobierno andaluz en Cádiz, Mercedes Colombo, es que será antes de final de año cuando se realice la subasta por la que Náutica pasará a manos privadas, en un proceso similar al que hace unos años se llevó a cabo con la antigua residencia de Tiempo Libre, hoy a pleno rendimiento hotelero en el Paseo Marítimo. De hecho, la propia Colombo apuesta por esta fórmula “para poner en valor muchos inmuebles que tiene la Junta sin utilizar”.

Una solución también para un edificio del centro

De hecho, Náutica no es el único edificio de titularidad autonómica que antes de final de año podría salir a subasta en la ciudad. La delegada reconoce que se está trabajando en dar una solución a la finca de la calle Marqués de Valdeíñigo en su esquina a San Francisco.

En este caso, se trabaja en dos posibles vías. Y una de ellas son las conversaciones que Colombo reconoce que se están produciendo con el Ayuntamiento para plantear una permuta o alguna otra fórmula que convierta esa céntrica finca en municipal. Conversaciones que estarían enmarcadas en ese proceso de actualización del convenio urbanístico que ambas administraciones suscribieron en el año 2014 y que ahora, una década después, incorporará variaciones y nuevos suelos y espacios entre los que entraría este edificio residencial de Marqués de Valdeíñigo.

Colombo avanza que si finalmente el inmueble no es objeto de permuta con el Ayuntamiento, saldrá también a subasta antes de final de año, lo que hace pensar en un nuevo paquete de edificios a enajenar en toda Andalucía entre los que se incluirá Náutica y, según las conversaciones con el Ayuntamiento, Marqués de Valdeíñigo por parte de Cádiz capital.

Estos procesos de subasta enlazan con esa apuesta que la Junta viene mostrando por la colaboración público-privada para sacar adelante proyectos pendientes. “Prefiero eso a que se derrumben los edificios”, afirma Colombo al respecto.

Señala la delegada del gobierno que, en cualquier caso, esos procesos de enajenación no afectarán al uso futuro que esos inmuebles tengan establecidos. Es decir, que tanto Náutica como la finca de Marqués de Valdeíñigo tendrán que mantener el uso que el Plan General de Ordenación Urbana de Cádiz le otorgue. En el caso del primer edificio, el PGOU señala que tiene uso de equipamientos, lo que abre la puerta a mantener esa actividad universitaria que parece ser generalizada entre las administraciones de cara a ese cinturón de la UCA que potenciara Kichi en sus tiempos de alcalde con González Mazo como rector. Y en el caso de Marqués de Valdeíñigo, tiene fijado en el PGOU un uso administrativo como sede que fue de Consumo de la Consejería de Trabajo de la Junta.

Por tanto, no se busca variar ninguna utilidad ni funcionalidad de estos edificios sin uso, sino que la fórmula que ha encontrado la Junta como más factible para acabar con tanto abandono (hay que recordar que Náutica cesó su actividad en 2007 y que el último vestigio de vida en Marqués de Valdeíñigo tuvo que abandonar la finca en el año 2010, precisamente por una demanda judicial de la propia Junta contra el comercio de fotografía Segundo y Rosita para que desalojara el local de la planta baja) es esta de buscar otros inversores que apuesten por devolver a la vida estos espacios. Una colaboración público–privada que se manifiesta también mediante la concesión de obras como la de la Ciudad de la Justicia, que construirá una empresa privada para alquilarla después a la propia administración autonómica durante una serie de años hasta que pase nuevamente a manos de la Junta. 

El inversor privado al rescate del gigante público andaluz.

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