Un Cádiz relanzado

Edificios públicos

En los últimos tiempos se suceden las noticias de apertura de establecimientos, reactivación de proyectos y recuperación de fincas en la ciudad

Interior de la casa palacio de Veedor.
Interior de la casa palacio de Veedor. / José Braza

Hubo un tiempo, no muy lejano, en que las grandes fincas de oportunidad de la ciudad estaban cerradas a cal y canto, sin que se supiera del más mínimo movimiento para hacerse con la propiedad y darle uso. Un tiempo en el que las noticias al respecto de la ciudad eran sobre el cierre de comercios y negocios de cierto renombre o importancia. En el que la apertura de una cadena internacional de hamburguesas se convertía en todo un acontecimiento, cuando llevaba años operando en otras ciudades del país. Pero los síntomas del Cádiz de los últimos meses, incluso algunos años atrás, es que todo eso es cosa de otro tiempo.

En una ciudad que sigue padeciendo enormes problemas para prosperar y mejorar algunos índices desalentadores, es una noticia más que positiva que se estén desbloqueando algunos de los grandes proyectos, al menos en lo que al Urbanismo y los inmuebles con posibilidades se refiere.

La finca de San Agustín es un ejemplo claro. Cerrada desde 2005, con una operación de compra que se truncó y en manos de los bancos hasta hace algo más de un año, la rehabilitación y cambio de uso ha sido bien aceptado por tres firmas distintas que se han hecho con la ocupación total que permite la antigua casa palacio.

Una suerte parecida van a correr otras históricas fincas como la del Almirante, en El Pópulo, el palacio de Veedor, o las fincas señoriales de Sagasta esquina a Tinte y Manuel Rancés, que después de años cerradas a cal y canto están siendo rehabilitadas (o tienen ya la licencia, como la Casa del Almirante) para darles un uso hotelero o de alojamiento.

En el plano hotelero hay que mencionar también el aparente desbloqueo del proyecto de Puerto América con las obras que se quieren empezar cuanto antes para construir el nuevo complejo hotelero.

El Garaje América, que también llevaba años en manos de los bancos, está tramitando ya una intervención que lo convertirá en un edificio de garajes y trasteros en plena Avenida principal de la ciudad. A pocos metros, el enorme local que ocupó El Corte Inglés va a ser ocupado por un supermercado (Aldi).

Supermercados y tiendas de alimentación de todo tipo, precisamente, están ocupando un buen número de locales que habían quedado sin actividad tanto en el centro como en extramuros.

A esto se suma también la llegada de grandes firmas de restauración que están eligiendo Cádiz para abrir nuevos negocios, como las dos que están en San Agustín (La Mafia se sienta a la mesa y Tradicionarius), la hamburguesería Goico Grill (en la calle Novena), la pizzería Domino’s (en la avenida Cuatro de Diciembre), o la taberna Volapié (en San Juan de Dios). O también otro tipo de comercios que están incluyendo Cádiz dentro de sus sitios con presencia.

Proyectos de rehabilitación de vivienda o construcción de nuevas promociones, empresarios gaditanos que se lanzan a la aventura dando vida a determinadas zonas de la ciudad (ahí está la calle Nueva y su resurgir en materia de hostelería con negocios muy personales), y otras noticias vienen demostrando este relanzamiento de Cádiz.

Y todo ello sin el impulso necesario por parte de las administraciones públicas, que siguen manteniendo la larga lista de actuaciones pendientes y desarrollo de proyectos en más de una decena de grandes solares e inmuebles desocupados y abandonados desde hace años; y en algunos casos, sin idea alguna de qué hacer con el edificio o el solar en cuestión (ahí están, por ejemplo, el edificio de Náutica o la antigua Casa Cuna en Tolosa Latour).

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