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Dos décadas del gigante del comercio en casa

Comercio

El Corte Inglés llevaba años con la idea de abrir en Cádiz

Se ha tenido que adaptar a la idiosincrasia del gaditano

Teófila Martínez e Isidoro Álvarez, en la inauguración del centro en 2002. / D.C.

Cuando en la calle Hermosilla de Madrid, sede de las oficinas centrales de El Corte Inglés, se dio el visto bueno en 1997 a la construcción de una tienda en Cádiz, participando en una subasta municipal para la adquisición de un suelo en los antiguos terrenos de Astilleros, hubo más de un consejero que mostró sus dudas sobre la viabilidad de esta operación y la posibilidad de conseguir beneficios en un plazo relativamente corto.

Sin embargo, la empresa, presidida entonces por el mítico Isidoro Álvarez, siguió adelante. La compañía, que duramente décadas fue muy comedida en su desarrollo, llevaba ya unos años en plena expansión especialmente tras comprar a su principal competidor, Galerías Preciados, y varias tiendas de la británica Mark & Spencer.

Proceso de construcción del centro comercial. / D.C.

Lo cierto es que, al final, la entrada en Cádiz fue a lo grande.Se pagó por el suelo 2.350 millones de pesetas, cuando el precio de salida de la subasta estaba en 1.500 millones. Y levantar el imponente centro comercial supondrían otros 18.000 millones de pesetas. Fue, hace veinte años ahora, el mayor centro de la cadena en el sur de España, junto al de Marbella. El mismo Álvarez asumió que se tardarían años en lograr la rentabilidad.

En todo caso, El Corte Inglés cerraba una apuesta por la ciudad en la que quería ubicarse desde unos años antes, cuando incluso se negoció con el alcalde socialista Carlos Díaz ocupar la vieja fábrica de Tabacos o situarse en la Avenida principal de la ciudad.

La empresa manejaba datos que le invitaban a cierto optimismo: a través de su popular tarjeta sabía de las compras de cientos de familias gaditanas en El Corte Inglés de la plaza del Duque en Sevilla, que acostumbraba a dar la bienvenida a la clientela de Cádiz cuando ésta aprovechaba la festividad del Rosario para hacer sus compras en este centro.

El Corte Inglés abría en un barrio de nueva creación, a pie del acceso del futuro puente de la Constitución de 1812. Este equipamiento, estratégicamente situado a escasos metros de la puerta de la tienda, era esencial en el plan de negocio de la cadena pues reducía de forma notable el tiempo de entrada a la capital, evitando cruzar toda la Avenida.

Sin embargo, el puente tardará en entrar en funcionamiento: hasta 2015. A todo ello se le unió que al gaditano le costó acercarse al nuevo centro comercial, lo que en 2003 ya había extrañado a los directivos.

Así que hubo que esperar a que El Corte Inglés se adaptase a la idiosincrasia del gaditano y que el gaditano se adaptasen al centro, que fue evolucionando en contenidos y en la forma de presentarlos.

Un ejemplo ha sido La Plaza, un recinto dedicado a la gastronomía en la gran zona acristalada del edificio con vistas al puente y a la Bahía, al que se llegó tras varios experimentos. Igualmente, la conversión de una parte de este espacio como receptor de exposiciones temporales abrió las puertas del establecimiento al conjunto de la ciudad, con especial éxito de las muestras organizadas durante los carnavales.

Hoy los departamentos de moda, informática, decoración, regalos... cuentan con más de un millar de marcas, además de las que se ofertan en Hipercor y Bricor, dos firmas del Grupo que en los últimos años se han ido integrando en El Corte Inglés, además de Viajes, Seguros y Óptica o la proliferación de los denominados córner, donde se ofertan productos nacionales o internacionales.

La adaptación a la realidad de la ciudad llevó hace unos años a potenciar la tienda Gourmet, especialmente gracias a la demanda de los turistas que llegan a bordo de los cruceros. Para el resto, entre los diez departamentos con más ventas en Cádiz se encuentran los electrodomésticos, electrónica, moda y alimentación.

El Corte Inglés de Cádiz fue uno de los primeros centros en España que cambió el diseño arquitectónico. La tienda en vertical, a veces con siete u ocho plantas de altura, dio pasó a la tienda en horizontal, con menos plantas pero con una superficie de venta muy superior por cada una de ellas. Los techos más altos, la amplitud de las escaleras, los ventanales al exterior (ausentes en los locales más veteranos como los de Preciados en Madrid, plaza de Cataluña en Barcelona o la de Sevilla).

La llegada de El Corte Inglés a Cádiz provocó dudas al comercio tradicional, temerosos de que la clientela que acudía al casco antiguo se fuese al nuevo equipamiento. No se produjeron protestas como sí paso con el proyecto de Proinsur en la Telegrafía, unos años antes. Más aún, la llegada del gigante español, y en especial cuando se abrió el segundo puente, ayudó a afianzar las ventas en toda la ciudad, hasta la pandemia.

La tienda cuenta hoy con 671 empleados, más 150 de servicios externos. El 96% es personal fijo. Una parte de sus beneficios se quedan en la provincia, donde cuenta con 261 empresas proveedoras.

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