El Olivillo, centro de cariño de referencia para sus mayores, en Cádiz

Navidad en una residencia de mayores | Una experiencia terapéutica y festiva

Médicos, enfermeros y residentes del centro de salud cantan, acompañan y abrazan a sus pacientes de Matía Calvo con una sesión de musicoterapia

“La musicoterapia es beneficiosa para mejorar alteraciones conductuales, la ansiedad y la agitación de pacientes con demencia”, explica Ana Ortuño, médico residente

Imágenes:Trabajadores del centro de salud El Olivillo celebran la Navidad con los mayores de la residencia Matía Calvo en Cádiz

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Una médico interna residente de Medicina Familiar y Comunitaria y una trabajadora de El Olivillo con una de sus pacientes de Matía Calvo.
Una médico interna residente de Medicina Familiar y Comunitaria y una trabajadora de El Olivillo con una de sus pacientes de Matía Calvo. / Jesús Marín
J. M.

21 de diciembre 2024 - 10:44

Cádiz/A lo largo de todo el año son quienes velan incansablemente y de manera preferente por su salud, quienes les atienden de sus variadas dolencias, ya sean crónicas o sobrevenidas, quienes les prescriben puntualmente sus medicinas y quienes vigilan por que sobrelleven con la mayor calidad de vida posible esa cosa llamada vejez, que con algo de suerte viviremos todos. Siempre desde la cercanía, desde el trato personalizado y con el máximo cariño. Pero el pasado martes los médicos, enfermeras, trabajadoras y residentes del Centro de Salud de El Olivillo salieron de su escenario laboral habitual y brindaron a sus 60 veteranos pacientes y vecinos una entrañable sesión de musicoterapia en forma de concierto navideño con el que despertaron su alegría y sus recuerdos de aquellas fiestas que vivieron cuando eran niños, de las que siguieron disfrutando cuando se convirtieron en adultos y que continuaron compartiendo con sus familias mientras crecían los hijos, los nietos, los sobrinos y los sobrinos-nietos...

Así que los sanitarios no se lo pensaron dos veces: se lo propusieron a la dirección del centro, ensayaron todo lo que pudieron y, llegado el día, agarraron la guitarra, las panderetas y las botellas de anís; se coronaron con gorritos de Papá Noel, astas de reno y otros tocados navideños –uno de los médicos residentes iba de pastorcillo bailarín– y delante de un público ya perfectamente acomodado interpretaron un amplio repertorio de villancicos populares. Villancicos de los de antes, de los de siempre, dentro de un concierto que culminó, claro está, –estamos en Cádiz– con coplas de Carnaval, no sin antes revisar algún éxito de la tuna.

Disfrutaron de lo lindo tocando las palmas, marcando compás en las mesas y, lo que es más importante: recordando y cantando letras que quizá habían olvidado. Tirando del hilo de la memoria. De ese hilo blanco, rojo y verde que les conecta con la primera vez que montaron un belén, la primera vez que cantaron Los peces en el río, la primera vez que enseñaron a sus hijos la letra de Ya vienen los Reyes Magos... o el primer día que sus nietos oyeron aquello de 25 de diciembre fun, fun , fun... y todo lo que pudo rodear aquellos momentos de fiesta y alegría...

“Entre las estrategias no farmacológicas para tratar los problemas de conducta en el deterioro cognitivo destaca la intervención con la música”, explica Ana Ortuño, una de las residentes de Medicina Familiar y Comunitaria de 4º año, que ha hecho de portavoz de la experiencia.

“Según la Federación Mundial de Musicoterapia, la musicoterapia es el uso profesional de la música y sus elementos como una intervención en ambientes médicos, buscando optimizar su calidad de vida y mejorar su salud física, social, comunicativa, emocional e intelectual”, añade.

"La musicoterapia es útil en todas las fases de la demencia"

“La musicoterapia, generalmente se utiliza en combinación con el tratamiento farmacológico y es útil en todas las fases de la demencia, aunque no se conoce como actúa. Según la evidencia, la parte del cerebro donde se almacenan los recuerdos se ve afectada en las fases más tardías de la demencia y escuchar música puede traer recuerdos de la propia persona y producir relajación”, agrega la médico residente.

“Por sus características no verbales, la musicoterapia puede ser usada en todas las fases del tratamiento de las personas con demencia ya que, aunque haya un gran deterioro cognitivo, las respuestas ante la música se mantienen hasta los estadíos más avanzados de la enfermedad”, aclara.

“El tratamiento con musicoterapia es beneficioso para mejorar las alteraciones conductuales, la ansiedad y la agitación en pacientes con demencia”, concluye la MIR.

Al final de la actuación, Nuria Cifuentes, doctora de cabecera de todos los residentes de Matía Calvo, explicó a este periódico que “nos planteamos que podíamos hacer una actividad de musicoterapia con nuestros pacientes, con nuestros queridos mayores, con la idea de hacerles recordar y rememorar momentos de sus anteriores Navidades, favoreciendo así su capacidad de recordar”.

Los pacientes que van perdiendo la memoria siempre van a recordar sonidos y olores que les hacen rememorar tiempos pasados, tiempos familiares, canciones... Han aplaudido mucho y han cantado; les hemos sacado un ratito de la rutina les hemos acompañado, así que objetivo cumplido”, añadió la doctora.

“La música, aparte de ser útil para el recuerdo y el desarrollo cognitivo de las personas mayores con enfermedades neurodegenerativas de tipo alzheimer y demencia, también son capaces de despertar emociones”, apunta Luis Utor, otro de los residentes. “Y eso es importante sobre todo en estas fechas de familia, que suelen traer recuerdos bonitos. Esa era la intención”.

"Esta es nuestra comunidad, nuestra gente, nuestros mayores"

“En nuestra especialidad, la Medicina de Familia y Comunitaria, es muy importante tener en cuenta la comunidad. Y esta es nuestra comunidad, nuestro cupo, son nuestra gente, nuestros mayores, porque aunque yo no soy de aquí, lo siento así”, sostiene Laura Medrano, una residente de Estepona. “Además de nuestro trabajo diario en el centro de salud son muy importantes este tipo de actividades para reforzar la comunidad”.

“En el centro de salud no solo vemos muchas patologías, sino también muchas realidades: vemos al paciente en un entorno, en una familia, con unas dificultades, o con unas facilidades”, apunta el MIR Carlos Valseca. “La comunidad no es solo el centro de salud, sino también el colegio, y la residencia de ancianos. No solo vemos depresiones y resfriados sino que lo vemos todo en un contexto y desde una visión integral. No es lo mismo una paciente de 20 años que otra de 80, que igual hay que visitarla en su domicilio, dándole todas las facilidades del mundo”, añade.

“Al final es la persona y su entorno. Vienen con dolores de pecho, de barriga, con tos. Se trata de echar un rato y romper la soledad del día a día. Porque los hijos trabajan fuera y ellos pasan el día a día solos con sus vecinos. El centro de salud es una manera de contacto con la sociedad y de sentirse más acompañados. A veces es un refugio”, subraya Alicia Morales.

"Atesoran nuestra historia, nuestras alegrías del pasado"

“Este tipo de actividades se deben hacer más porque realmente los mayores son quienes atesoran nuestras tradiciones, nuestra historia, nuestras alegrías del pasado y no nos podemos olvidar de ellos”, subraya Valseca. “Cuando una persona se hace mayor empieza a encontrarse cada vez más… sus funciones se van desgastando, en una sociedad que sigue adelante y frente a la que se ven estancados y al final se pueden sentir abandonados. Y no podemos olvidarlos. Tenemos que darles su función. Ellos siguen cuidándonos a nosotros igual que nosotros los cuidamos a ellos”.

“En la carrera se nos dice que pocas veces curamos y que sobre todo acompañamos Esto es un ejemplo de eso. Aunque sea un ratito de distracción, de sacarlos de su rutina y que rememoren esos tiempos bonitos”, apunta Laura Medrano, otra compañera.

“El acompañamiento también es cura. Les hemos hecho recordar, reírse y emocionarse”

“El acompañamiento también es cura. A través de las canciones les hemos hecho recordar, reírse, emocionarse y no nos cuesta nada”, añade otro MIR.

“Yo también tengo a una mayor: mi madre”, apunta Toñi Jiménez, trabajadora en la limpieza de El Olivillo. “Y si ella me ha cuidado a mí, ahora nosotros tenemos que cuidarlos a ellos. Eso es así. Es ley de vida. Tenemos que estar para ellos, lo mismo que ellos han estado por nosotros. Ahora decimos: qué pesados, pero nosotros también lo fuimos. El abuelo, la abuela, son una parte fundamental de la familia”.

Su compañera, Mari Santa María cuenta que lleva “40 años en el centro de salud como limpiadora. Los he visto andar muy rapidito y ahora los veo sentaditos y me da mucha pena. Y por eso hemos venido con todo el cariño para hacerles este homenaje, que se merecen eso y más. Porque los abuelos lo han dado todo por nosotros. Y estamos aquí encantados de estar con todos ellos”.

“Son nuestra historia y tenemos que estar con ellos. Todo lo que se pueda hacer por ellos, bienvenido sea”, agrega Charo Duarte, administrativa del centro.

Agradecimientos al centro de salud, el distrito sanitario y la Diputación

“Agradecemos muchísimo esta actividad, porque la función de El Olivillo es fundamental. Están absolutamente a nuestro servicio”, manifiesta Luisa Soto, médica de la Residencia de Mayores Matía Calvo. “Les damos muchísima lata porque estamos todo el día acudiendo a ellos para todas las necesidades que tenemos, tanto de medicamentos, porque son ellos los que nos los tienen que suministrar y cargar las tarjetas sanitarias de los residentes, como para cualquier otro tipo de cosas (absorbentes, material para curas). Siempre están a nuestra disposición. Como somos vecinos, estamos siempre de aquí para allá y de allí para acá. Y nada más que me ven ya me están recibiendo y hasta cortándome el tráfico. Somos como una familia nosotros con ellos”.

“La doctora Cifuentes sigue la evolución de todos ellos, todos van a su cupo. Esto es un trabajo de equipo. Yo le doy la lata, le escribo un domingo por la noche y le digo que me hace falta que me meta tal medicamento”, explica Luisa Soto

“Trabajamos en equipo y somos como una gran familia”, recalca la doctora Cifuentes.

“Agradecemos a la Diputación el esfuerzo que hace por mantener este centro tan bien instalado, con tanto personal y con tan buen servicio que da a los residentes. Tenemos 60 residentes y una plantilla de más de 130 trabajadores”, dice Luisa Soto. “Este servicio y esta atención tan directa solo se puede dar con este personal y eso se lo agradecemos a la presidenta, Almudena Martínez del Junco, a los anteriores, y al equipo de Gobierno actual, que está empeñado en darnos todo lo que necesitamos, tanto de aparataje como de comida. Que tenemos fama de ser de los mejores que damos de comer y eso los residentes lo valoran y lo agradecen mucho. Algunos vienen de sus casas o de otros centros, pero sobre todo de sus domicilios, y llegan desnutridos, deshidratados y enseguida cogen peso. Se agradece mucho de el esfuerzo de la Diputación por mantener esto que cuesta mucho dinero”, subraya la doctoras Soto.

“También trasladamos nuestros agradecimientos a la dirección del centro de salud y al Distrito Sanitario Cádiz-Bahía-la Janda, que nos apoya y nos facilita los horarios de consulta para atender todas las necesidades del geriátrico. Tenemos asignado uno específico para que lo tengamos más fácil y que yo no tenga que estar esperando”, concluye.

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