Ellos también reclamaron febrero
Un Carnaval 'alegal' en la Historia
En los últimos años de las Fiestas Típicas, en mayo, las agrupaciones reclamaron el Carnaval y su mes natural
Cádiz/Era, lógicamente, otro escenario y muy distinto. Pero a mediados de los 70 ya se reivindicó el Carnaval en febrero. Que ahora se solicite que la fiesta no pierda su sentido y su mes responde a una situación de pandemia, que motivó el cambio de fecha a mayo-junio por parte del Ayuntamiento de Cádiz en previsión de una sexta ola que llegó. Una decisión controvertida que provocó muchas reacciones desfavorables. Como la decisión, también municipal, de trasladar las Fiestas Típicas de febrero a mayo en 1967, aunque entonces, como es obvio, sin la oportunidad de quejarse públicamente. Ya saben, la implacable e incontestable dictadura. Bajo la excusa del mal tiempo que deslucía las fiestas en febrero, el Consistorio decidía desarrollarlas en primavera.
La comparsilandia, sobre todo los veteranos autores y componentes, no acogió de buen grado el cambio, pero no podía hacer otra cosa. El plante ni se pensó, pues demasiado había costado recuperar a finales de los 40 las fiestas -aunque fueran un sucedáneo del Carnaval de siempre- como para renunciar a una afición tan arraigada. Mas con los últimos estertores de la dictadura y soplando ya aires de cambio, los protagonistas de la fiesta poco a poco fueron insinuando su reclamación, dejándola caer en entrevistas a la prensa y acabando por materializar sus reivindicaciones en sus tipos y repertorios.
Es curioso que la comparsa de Pedro Romero y Aurelio Real, ‘Carnaval 76’, haya quedado como exponente más notorio de las ansias de los comparsistas en esas fechas. Por el nombre de la comparsa y por la categoría del grupo: el que un año después fue ‘Nuestra Andalucía’. Pero no se debe olvidar que, con Franco todavía vivo, Ramón Díaz ‘Fletilla’ se atrevió a sacar en las Fiestas Típicas de 1974 la chirigota ‘Lo que el tiempo se llevó’. Con un tipo de pierrots la agrupación rememoraba los antiguos carnavales perdidos. En el pasodoble de presentación la chirigota cantaba “Pierrot, vuelve con tu Carnaval y devuelve la alegría a esta tierra mía que llorando está”, mientras que el estribillo decía “vuelvan los plumeros con el antifaz, y el mes de febrero con el Carnaval”. Asimismo, el popurrí era un recordatorio “de aquella fiesta que nunca volverá”, aunque aquí, afortunadamente para él y para la ciudad, se equivocaba el autor de El Mentidero. Y con la música de la canción ‘Había una vez un circo’, de los payasos de la tele, el grupo cantó “aquel Carnaval bonito que alegraba siempre el corazón debe de volver, de nuevo otra vez con toda su gracia y esplendor”. Y la despedida: “Hasta otro año si Dios lo quiere pero que sea en Carnaval”. Finalmente, fueron tres años los que hubo que esperar.
Ya en 1976, con Franco muerto meses antes, concretamente en noviembre del 75, ya se toleraban licencias como la del siempre valiente Pedro Romero con ‘Carnaval 76’. El estribillo lo decía todo: “Fiestas Típicas Gaditanas, eso no nos dice ná, nosotros lo que queremos: “¡carnaval!”, ¿cómo? Carnaval, carnaval, carnaval”. La presentación ya era una declaración de intenciones: “Esta fiesta se lleva tan dentro del alma, que por mucho que intenten no podrán matarla”. Igualmente ese año Miguel Villanueva, que firmaba el libreto como Óscar Iradi, era el autor de la letra y la música de ‘Ilusión carnavalesca’, una comparsa dirigida por José Moreno. Esta agrupación dedicaba prácticamente todo el repertorio a pedir el Carnaval y en febrero.
Y no faltaron las voces a título particular que se posicionaron en contra de las fiestas de mayo y a favor del Carnaval en su fecha natural del segundo mes del año. Marcos Zilbermann, dentista y estudioso de la fiesta, lo hizo de la manera más carnavalesca posible. Lo contaba en Diario de Cádiz el periodista José Joaquín León en abril de 2016, dentro de su sección ‘Gaditanos de perfil’: “Una tarde de febrero de 1976, se disfrazó de mamarracho con una gabardina, capucha, barbas blancas, gafas de bucear, botas de pescar, un paraguas del que colgaban bolas de nieve, y un cartel donde se leía: “Llueva o truene Carnaval en febrero”. Y por detrás: “Tonto el que lo lea”. Salió de casa de su novia Loli y se paró en la esquina de Ancha y San José. Allí lanzó una arenga para que se recuperara el Carnaval en sus fechas de febrero. Después siguió y volvió a pronunciar discursos en varias esquinas. La gente se reía. Decían que era un majara, aunque la mayoría opinaba: “El muchacho tiene razón”. En parte, lo hizo para entrar disfrazado en una fiesta de la Peña La Estrella”.
El cambio era imparable. Ese 1976 fue el último de las Fiestas Típicas y el último con la celebración en mayo. Ya en 1977, volvía el Carnaval y volvía febrero. Costó mucho recuperarlo, pero llegó para quedarse y solo ha faltado a la cita natural por culpa del coronavirus en 2021. En 2022 estará, pero de momento es una incógnita. Y en 2023, si el Covid quiere, volverá de nuevo a su mes de siempre.
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