El embarque de la Galeona, en la última flota de galeones 1706 y su pérdida 1708

Con la próxima salida del ‘Juan Sebastián Elcano’, y la subida a bordo de la Galeona, se rescata una de las narraciones más emblemáticas sobre el embarque de esta venerada imagen

A su regreso de la feria de Portobelo el 8 de junio de 1708, la flota fue atacada por cuatro barcos ingleses cerca de Cartagena de Indias
A su regreso de la feria de Portobelo el 8 de junio de 1708, la flota fue atacada por cuatro barcos ingleses cerca de Cartagena de Indias
José Luis de la Rosa Barrasa

07 de enero 2025 - 06:00

Cádiz/En plena Guerra de Sucesión al trono de España, iniciada en 1701, y tras varios intentos fallidos en los cinco años anteriores, finalmente la Flota de Tierra Firme logró zarpar para realizar la feria de Cartagena y Portobelo. Su objetivo era traer recursos esenciales para sostener el esfuerzo bélico. El 19 de enero de 1706, los galeones se alinearon frente a la ciudad tras partir del Puntal. La flota estaba compuesta por cinco buques de guerra y diez mercantes rumbo a tierra firme, además de tres buques de guerra y trece mercantes con destino a Veracruz, que los acompañarían en la primera etapa del viaje.

El general José Fernández de Santillán comandaba la flota a bordo del legendario galeón San José, mientras que su gemelo, el San Joaquín, estaba bajo el mando del almirante Agustín de Villanueva. El tercer galeón destacado, el Santa Cruz, era comandado por el gaditano Nicolás de la Rosa, gobernador del Tercio de Galeones y jefe de la Infantería de Marina en la flota.

Estos tres galeones representaban la última generación de grandes embarcaciones que España poseía para sostener su imperio. Con 1.200 toneladas de desplazamiento para los dos primeros y 800 para el tercero, habían protagonizado importantes hechos de armas, como la defensa de Cádiz en 1702 contra la armada anglo-holandesa y el combate de 1708 en la isla de Barú, cerca de Cartagena de Indias.

El embarque de la Galeona

Con la próxima salida del buque escuela Juan Sebastián Elcano el 11 de enero de 2025, y el embarque de la Galeona, se rescata una de las narraciones más emblemáticas sobre el embarque de esta venerada imagen. La descripción proviene del dominico parisino Fray Jean-Baptiste Labat, quien, tras llegar a Cádiz desde Martinica, presenció la salida de la flota en febrero de 1706 y publicado en su libro Viaje por Andalucía 1705-1706.

Según Labat, el 6 de febrero de 1706 la flota partió de Cádiz y el embarque de la Galeona se llevó a cabo con una ceremonia solemne y profundamente simbólica. La imagen de Nuestra Señora del Rosario, que residía en la capilla del Tercio de Galeones, fue trasladada en una procesión que involucró a todas las cofradías y cuerpos principales de la ciudad. La ceremonia comenzó en la iglesia de la Orden Dominicana, donde el gobernador, los oficiales principales y los capitanes se reunieron junto a la guarnición, formada en dos filas desde la iglesia hasta el lugar de embarque.

Tras una misa solemne, el prior del convento entregó la imagen al vicealmirante Nicolás de la Rosa, quien juró devolverla. La imagen fue llevada en unas andas magníficas, acompañada por los disparos de salvas de artillería desde la ciudad y los buques.

Finalmente, la Galeona fue embarcada en el galeón Santa Cruz, donde sería custodiada durante el viaje.

La Galeona
La Galeona

La Pérdida de la Galeona

La Virgen del Rosario, conocida como la Galeona, por residir la imagen de Nuestra Señora del Rosario, en la capilla del Tercio de Galeones, había realizado 26 viajes sin contratiempos en el último medio siglo. Sin embargo, esta vez el destino sería diferente. A su regreso de la feria de Portobelo el 8 de junio de 1708, la flota fue atacada por cuatro barcos ingleses cerca de Cartagena de Indias. El San José exploto a la hora de combate y el San Joaquín desapareció del combate, dejando al Santa Cruz y a Nicolás de la Rosa enfrentándose en solitario a los cuatro barcos ingleses.

Tras diez horas de combate, durante las cuales el galeón recibió 25 descargas cerradas, unas 600 balas de cañón, muchas de ellas por debajo de la línea de flotación, los supervivientes de la tripulación, un tercio fallecidos y otro tercio heridos, pidieron rendirse. Los ingleses abordaron el galeón y, en su registro, despojaron a la Virgen del Rosario y al Niño Jesús de todas sus joyas, pedestal y vestimentas. Ante el clamor de los soldados y capellanes españoles, Nicolás de la Rosa negoció con los oficiales ingleses para que la imagen fuera tratada como un prisionero de guerra noble. Finalmente, tras ser valorada su libertad en diez mil escudos de plata, la Virgen fue devuelta junto con su manto y coronas, aunque las joyas y otros adornos nunca se recuperaron.

Un legado que Perdura

Nueve años después, en 1717, Alonso de la Rosa, hijo de Nicolás, fue uno de los primeros guardiamarinas en la historia de España. Hoy, 427 promociones después, su tataranieto Nacho Brome de la Rosa embarcará como guardiamarina junto a la Galeona en el buque escuela Juan Sebastián Elcano. Este emotivo acontecimiento será también acompañado por SAR la Princesa Leonor de Borbón, recordando y honrando una historia de valor, fe y sacrificio que une pasado y presente.

stats