"Somos la emergencia permanente"

Cinco organizaciones que trabajan con familias en exclusión social debaten juntos en una mesa y lamentan que no exista este foro en un marco institucional

Un momento del desayuno de trabajo con algunas de las ONG de la ciudad, el pasado jueves, en la hemeroteca de Diario de Cádiz.
P.i./M.m.a./J.a.h. Cádiz

12 de marzo 2016 - 01:00

"Los índices de pobreza y exclusión social en la ciudad de Cádiz son los más elevados de todas las capitales andaluzas. Es el grave problema del paro estructural en nuestra ciudad el que está en el origen de la pobreza y la exclusión hiriente que sufre la población gaditana y que denuncian informe tras informe, noticia tras noticia, todas las asociaciones de la capital relacionadas con la atención y el socorro a las personas más desfavorecidas". Este párrafo con el que se abre un informe de la Asociación de Derechos Humanos es motivo más que suficiente para que nos adentremos en una realidad permanente e "invisible" en su propia rutina. Un paisaje al que nos hemos acostumbrado. Diario de Cádiz reunió el pasado jueves a responsables de cinco organizaciones que trabajan de lleno en la exclusión social y que viven dentro de ese paisaje cada día.

Diario de Cádiz (DC): Empecemos por el estrato más bajo, los pobres entre los pobres. ¿Cómo está siendo el invierno de los sin techo?

Calor en la Noche (CN): Es un esfuerzo enorme. Se ha conseguido dar techo a todos en las noches más frías y difíciles, pero no camas, ni sillones. No había para todos. Caballeros Hospitalarios, que es sólo para hombres, tiene 16 plazas y el albergue municipal tiene 22. Es lo que hay para un censo de ciento y pico. El material que nos han dado ha sido bueno, aunque ha llegado un poco tarde, eso sí. Nosotros tenemos nuestras mantas y nuestro material y no tenemos protocolo. Si llega la ola de frío, nos ponemos en marcha inmediatamente con los coches.

Cruz Roja (CR): Hay dos perfiles de los sin techo en Cádiz. Está el que siempre va a estar ahí, que ya está institucionalizado y que no se figura una vida fuera de la calle. Ya los hemos sacado cuatro o cinco veces de la calle y siempre vuelven. Y luego está el recién llegado que no sabe cómo ha acabado de esa manera, que jamás pensó que acabaría así. Es más fácil trabajar con estos últimos, son más receptivos.

Derechos Humanos (DH): Es el reflejo último de una situación más global y estructural. Cádiz es la situación de emergencia permanente. Vivimos en una ciudad con un 36% de paro y con índices de pobreza en torno a ese porcentaje, que, además, engloba otro alto porcentaje de pobreza severa. Y se ve poco, no se observa porque la gente no accede a los recursos sociales, ya sea por desconocimiento, por vergüenza. Y no me equivoco si hablamos de unas 3.000 familias por debajo del IPREM (el índice español de la pobreza que sirve para el acceso a los subsidios y ayudas de emergencia). Hace falta un plan de choque con mucha inversión porque nosotros lo único que podemos hacer es poner parches. La situación sigue igual, no hay alternativas. Si no hay cambios importantes, vamos a seguir así toda la vida.

Banco de Alimentos (BA): Hay quien se ha acostumbrado a la asistencia, quien piensa que esto va a ser siempre así. Es lo peor, la desesperanza. Nosotros somos el primer parche porque el alimento es lo más básico, lo que te hace sentirte un poco impotente porque te gustaría ayudar, y lo hacemos en la medida de lo posible, con algo más que comida, ayudando a salir de esta situación. Veo a mucha gente que ha sido clase media que es incapaz de manejarse en esta nueva situación, desconoce por completo cómo funciona algo a lo que jamás pensó que iba a llegar.

CR: Todo acaba y empieza en el paro. El cambio ha sido brutal en estos años de crisis. Y no es que haya más personas en nuestros proyectos, sólo que antes eran principalmente inmigrantes y ahora, en un 90%, es gente de Cádiz de toda la vida. Y a estas alturas esa gente está perdiendo el subsidio de desempleo y las ayudas, se están acabando los ahorros, están envejeciendo los abuelos... Incluso los hay que encuentran empleo, pero son tan precarios, tan mal pagados, que no pueden salir de la red asistencial. Las personas que están dentro de nuestros proyectos y tienen trabajo ganan una media de poco más de 500 euros. Y con eso no se puede sacar adelante un hogar.

Cáritas (CÁ): Es el caso de los trabajadores pobres, que tienen algún tipo de ingreso pero que no les da para sostener la familia. Hasta 2007 había una bolsa de pobreza estable, a partir de ahí todo empezó a dispararse. De atender a 500 hemos pasado a 2.000, se han colapsado las parroquias, hemos agotado los recursos, el voluntariado no daba más de sí. Ha aumentado el número de intervenciones; personas que venían dos veces al mes ahora vienen cinco. Pero no somos nosotros únicamente, es la red familiar la que lo sostiene.

CR: Nosotros tenemos planes de empleo, pero no somos una agencia de contratación. Con la que está cayendo hemos conseguido emplear a un 28%, pero es complejo porque es un proceso muy largo. El chaval que venía del andamio con un buga, un piso y un sueldo le ha costado entender que las cosas habían cambiado. Tenemos a 138 empresas implicadas en este proyecto de empleo. Hacemos lo que podemos.

CÁ: Ya, pero como dices no somos agencias de empleo, aunque sepamos que ahí es donde radica el origen de todo. Nosotros hacemos un apoyo a la empleabilidad, intentamos concienciar a nuestros usuarios de que ahora su trabajo es encontrar empleo y no es tan sencillo porque cuando llevas mucho tiempo en la exclusión pierdes habilidades en cosas tan simples como levantarte temprano, tener cierta presencia...

DH: ¿Creéis que con la ITI va a servir? Hemos visto ya tantos...

BA: Es mucho dinero.

DH: En realidad no está en nuestra mano. No se creará empleo mientras no se cambien estas políticas de austeridad. Hacen falta políticas expansivas y que quizá Cádiz, por su peculiaridad, tenga pocas posibilidades, pero si se genera en la Bahía repercutrirá en el empleo en Cádiz. Pero lo cierto es que soy pesimista. Tiene toda la pinta de que esto se puede prolongar aún más.

CÁ: Es que está siendo muy largo en el tiempo. No se trata sólo de la ayuda social, sino de levantarles el ánimo a nuestros usuarios porque lo ven muy negro, se respira mucho pesimismo.

CR: Yo también noto ese desencanto, un nivel de deseperanza mayor.

BA: Claro, cuando ves las mismas caras... Llevan años con nosotros y parece como si ya no fueran dueños de su destino. Tienes la sensación de que se comportan como niños en un mundo de adultos. Si quiero llevar comida a casa tengo que esperar a que me la den y es en los cabezas de familia donde más se ve.

CR: Las familias monoparentales tienen una actitud distinta, de todas maneras. Y me estoy refiriendo a las mujeres, naturalmente, que tienen un mayor riesgo de pobreza. Es como si el hombre, como cabeza de familia, cuando cae en esa situación se quedara paralizado, abochornado por lo que se le ha venido encima. Todas estas situaciones afectan a las propios voluntarios, que tienen descargas emocionales muy fuertes. Como también contamos con psicólogos, muchas veces tienen que actuar no sólo con los usuarios sino con los propios voluntarios.

DH: Pues nos vais a tener que prestar algunos de estos psicólogos porque nuestros voluntarios también están afectados por la realidad que observan.

DC: ¿Existe coordinación entre las distintas asociaciones?

CR: Hay mesas de coordinación. Tenemos la mesa de mayores y la mesa del tercer sector, que lleva la relación con las instituciones. Yendo por libre no hay manera de trabajar.

DH: Pero en Cádiz estamos cojos. En el marco institucional se está fallando. Ocurría con el anterior equipo de gobierno y el actual, con el que es más fácil hablar, aún no ha puesto en marcha una mesa de coordinación. Teníamos el marco del consejo de inclusión social, que no se reúne desde 2014, cuando hacen falta pasos más decisivos. El Ayuntamiento ha sido muchos años un muro. Ahora sí hay posibilidades de esta relación. Hemos saludado este cambio, pero si el cambio son estos ocho meses no hace falta más cambio. A ver qué propuestas hay. Somos exigentes porque la acción social no se debe limitar sólo a la parcela asistencial. Lo hemos visto con el Plan de Personas sin Hogar, que sí, se hizo, pero han pasado tres meses y va muy lento. Sabemos que esto no se soluciona en tres días, pero es que hay 3.000 familias que van asiduamente a los servicios sociales, dependiendo de las ayudas y no existe un plan integral, cuando entre unas y otras cosas afecta a no menos de 20.000 gaditanos. Esto es una realidad diaria que no puede estar eternamente esperando.

CR: En fin, que nos coordinamos como buenamente podemos entre nosotros.

BA: Sí, nos ayudamos los voluntarios de uno y otro sitio, ya que, en muchos casos, trabajamos con las mismas personas.

CN: Claro, ves asociaciones de vecinos que, con toda su buena intención, reparten alimentos y tienen la parroquia encima de ellos y si que dices cómo se controla esto.

DH: Eso es un problema muy propio de las ONG. Estos son mis pobres y no te vayas a meter con mi pobre. En mi opinión, debemos ser más reivindicativos. Quisiéramos no ser necesarios, pero con la labor asistencial por sí misma no arreglamos la situación...

CÁ: Como entidad eclesial, ejercemos la denuncia profética, denuncia desde nuestra acción. Había un lema nuestro con el que yo no estaba muy de acuerdo. Era ser la voz de los sin voz. No, ellos ya tienen su propia voz y tenemos una responsabilidad que quizá no sea interpretar esa voz y ser sus interlocutores, quizá más bien sea animarles a que alcven su propia voz.

CN: La mesa de exclusión social sí funciona muy bien. Es la que mejor funciona.

DH: Pero eso es para los sin techo, sólo una pequeña parte del problema.

CN: Sí, es posible, pero hay que reconocer que en ese aspecto este Ayuntamiento está trabajando muy bien. Nos ha cedido un local en la antigua sede de Procasa de 128 metros cuadrados para que demos el desayuno a los sin techo y el alcalde ya nos ha donado dos veces parte de su sueldo.

DH: Vaya, qué suerte, a nosotros ninguna. Tenemos buena relación, pero nada de sueldo.

CÁ: No, si fluidez hay. Cuando hemos tenido que hablar sobre algún problema siempre nos ha atendido él o la concejal de servicios sociales.

BA: Yo hablo de reuniones donde se adopten decisiones, haya control y seguimiento. Eso lo tienen en Jerez.

CR: Lo que tienenen Jerez es un archivo unificado de familias

CÁ: La intervención social es difícil si cada uno va por su lado.

DH: Un fichero de pobres... hay que tener cuidado con etiquetar...

CÁ: Nosotros funcionamos con una autorización que todos nuestros usuarios firman en el que se autoriza poder cederlo a otras organizaciones.

BA: Y podríamos trabajar en red, que todo se vuelque en el mismo lugar.

DH: Yo sólo hablaba de ser prudentes.

CÁ: Claro, hay que ser muy cuidadoso. Nosotros siempre decimos: no es lo que des, es cómo lo das. La persona es el centro, nuestro terreno sagrado. No son un número, establecemos un tú a tú. Somos muy escrupulosos porque tememos que haya estigmatización que ponga ahora y en el futuro en riesgo esa dignidad.

BA: La dignidad hay que mantenerla intacta.

CN: Los carros de la compra puestos en cola, por ejemplo. Eso es tremendo. Claro, nadie quiere estar en esa cola, aunque tenga necesidades.

DC: ¿Y en este estado de cosas qué se hace para proteger a los niños?

CR: Nos preocupa mucho la pérdida del tren, si se pierde la educación básica, a ver cómo se engancha más adelante.Damos apoyo escolar, el niño que está en el umbral de la pobreza hay que apoyarlo. Hacemos quizá ese papel del padre que ayuda a su hijo a la tarea porque su padre no puede.

DH: En nuestro caso trabajamos con inmigrantes, apoyo escolar y clases de castellano. Con muy poquito cogen el carro.

CÁ: En 2012 nos dimos cuenta de que debíamos dar un paso adelante y sacamos nuestros programas de familia. Reforzamos la escuela de padres. El peligro es que se nos perdía una generación y se perdía el futuro. También damos ayudas para ópticas y dentistas.

BA: En épocas no lectivas reforzamos los comedores, aunque los niños no van a los comedores, que no tienen por qué vivir eso, pero preparamos comida para ellos, bocadillos y eso. Lanzamos esa campaña de ningún niño sin bigote, en referencia a la leche.

DC: La vivienda es otro de los grandes problemas de la ciudad.

DH: Pues sucede lo mismo que comentaba antes. No hay apenas dinero para la rehabilitación Aquí se ha distribuido un dinero que no llega para alquiler o rehabilitación, dos parchecitos más. Otra vez los parches. Aquí la Junta tiene que poner dinero. El equipo de gobierno ha adquirido una serie de compromisos que están blanco sobe negro cn una serie de medidas que son las adecuadas. Pero eso es hablar por hablar si no hay financiación. Y ahí tiene que entrar la Junta, pero la Junta no entra porque tiene abandonada a Cádiz.

CÁ: No es que la aportación de la Junta a nuestra organización fuera importante, pero en 2015 ha sido cero.

DH: Fíjate lo que ha pasado con lo poco que había. Se ha cerrado la oficina de la rehabilitación, del Cerro del Moro se han olvidado, había un compromiso con Matadero 2 que no se ha cumplido... La política de vivienda de la Junta en Cádiz ha desaparecido.

BA: Hay un plan de rehabilitación en suspenso, por lo que parece que se exige que sean los propietarios, los particulares, los que acometan esas rehabilitaciones. Pero esos propietarios en muchos casos son gente con ingresos normales que no pueden con esa carga.

DH: Admitamos que quitar toda la infravivienda de Cádiz ahora mismo es imposible. Se ha actuado sobre muchas viviendas, pero hacen falta muchas más. Por lo que nosotros sabemos, todos esos informes sobre fincas de Cádiz están en un cajón.

CR: Habría que lograr al menos el mantenimiento de un mínimo confort. Si hay mucha gente que tiene problemas para pagar el recibo de la luz, ¿qué hace si se le rompe la lavadora? Pues la lavadora se queda estropeada y una cosa y otra se va sumando, con lo que el resultado es un deterioro de la habitabilidad de esa vivienda.

DH: Pero mirad que con la vivienda está pasando algo parecido a lo que antes hablábamos del empleo. Antes la gente confiaba en que tarde o temprano le darían una casa, tenían los teléfonos de los concejales... Ahora no. Hay una sensación de que no hay solución, de que nunca van a tener una casa.

CÁ: En cualquier caso, yo sí observo por parte del Ayuntamiento una sensibilidad para combatir la pobreza energética.

DH: Es cierto que se está dando un paso en los recibos de la luz, aunque, curiosamente, el presupuesto para pagar recibos de los vecinos se ha reducido en comparación con los tiempos de Teófila Martínez. Pero bueno, eso son números. A saber. Sin embargo, en el caso del agua, que está gestionada por una empresa municipal, apenas se está haciendo nada.

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