'En fin' en South Series: "El mundo se va a acabar, pero al final no, es una idea que nos enamoró desde el principio"
David Sainz, cocreador, director y guionista de la serie, y su protagonista, el jerezano José Manuel Poga, presentan la producción en el festival de Cádiz
Es el primer proyecto para una plataforma de envergadura, Amazon Prime, de los responsables de series como 'Malviviendo' y 'Grasa'
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Cádiz/Una buena, y aparentemente loca, premisa inicial, un estupendo plantel de actores, una plataforma de renombre y recursos suficientes para "subir el escalón" que tienen enfilado desde hace 15 años son los ingredientes con los que David Sainz y su equipo, responsables de artefactos tan frescos y originales como Malviviendo y Grasa, continúan profundizando en su ácida y salvaje comedia, que no se parece a la de nadie. En fin, la serie con la que este miércoles han presentado en el II South International Series Festival de Cádiz y que ya se puede ver en Amazon Prime Video, se llama esta apocalíptica propuesta que no puede empezar mejor. "El mundo se va acabar, pero al final no, es una idea que nos enamoró desde el principo".
Lo cuenta el propio cocreador -junto a Enrique Lojo-, director y guionista de la serie y su protagonista, el actor jerezano José Manuel Poga, en un encuentro con este periódico donde dejan claro que, aunque el camino "no ha sido fácil", siempre defendieron "el tipo de comedia que queríamos hacer, que no es otra que la comedia que nos hace gracia".
Así, durante 6 capítulos, mientras que el espectador cree que asiste a las consecuencias de un apocalipsis fallido -la vida en la tierra está a punto de desaparecer ante el choque con un planeta que, al final, se queda orbitando alrededor del globo sin tocarlo- en realidad es testigo de la desintegración de una familia común y corriente. Es decir, Sainz y Lojo le dan la vuelta a los tópicos del cine sobre el exterminio de la civilización para sacar los peores instintos del ser humano siempre en clave de humor y de una sátira más que necesaria.
"Cuando hablamos del tema Enrique y yo estuvimos bastante de acuerdo en que en una situación en la que, de repente, te das cuenta que hagas lo que hagas no existen las consecuencias ni familiares, ni personales, ni policiales, porque todo se va a acabar, el mundo se convertiría en un caos", explica el creativo que sublima ese estado de ánimo en Tomás (José Manuel Poga), un persona, ya egoísta de base, que ante el anuncio del fin del mundo se va de casa dejando atrás a su mujer Julia (Malena Alterio) y a su hija adolescente Noa (Irene Pérez), "la única que toma de verdad tierra en todo esta situación", opina el actor.
"Con Tomás me acojo a mi derecho de no gustar, no tengo que esforzarme por gustar que, al final, es el trabajo a la contra de lo que todo actor quiere, que es que su personaje caiga bien, que el público empatice con él. Pero Tomás está en la absoluta mierda, es un tipo sin carisma, una persona normal, por otra parte, en una situación muy límite", explica Poga sobre una persona que ha exprimido todo lo vivible en los que se suponía que eran los últimos meses antes de la aniquilación, pero que arrepentido vuelve a casa cuando se da cuenta de que la vida en la tierra continúa. "Sí, vale, es un poco egoísta, un poco idiota, pero no es mala gente", defiende entre risas Sainz a su protagonista cuidadosamente encarnado por Poga que se lanzó al proyecto "desde el primer momento"
"Yo pertenezco a la generación de Malviviendo, de esos chavales que ponían el youtube y veía lo que hacían esta gente y pensaba, hostia, yo quiero ser un goonie de esta pandilla. Y el destino hizo que David contara conmigo en Malviviendo y después para un personaje de Grasa y yo creo que ahí fue creciendo una admiración mutua. Así que cuando me ofreció un proyecto apocalíptico, con una plataforma detrás, de envergadura, pues claro que lo iba a acompañar", cuenta el intérprete cuyo talento ya es reconocido y reconocible a través de numerosos títulos como La casa de papel o La piel en llamas y que, actualmente, está rodando la serie Los sin nombre con Pau Freixas. "Está en el universo de la peli de Balagueró pero va por otro lado. La verdad que estoy muy contento y trabajando con gente muy guay como Miren Ibarguren y Rodrigo de la Serna", celebra el actor que, a pesar de sus crecientes compromisos profesionales, está "a tope" con En fin si diera lugar a rodarse una segunda temporada. "Ojalá, ¿tú sabes lo bien que me lo paso yo con esta gente? Es estar con la familia", asegura.
Una decisión que no depende del director canario pero que espera "con muchas ganas". "No estaría bien dejar a la gente sin saber cómo va a acabar todo esto, ¿no?", ríe con esperanza de que este proyecto que comenzó a fraguarse "hace ocho años" convenza al público y, por tanto, a la plataforma responsable. "La verdad que hasta ahora el trabajo con ellos ha sido genial. En un principio, otra plataforma nos compró el desarrollo pero no funcionó porque ellos querían hacer algo un poco diferente a lo que teníamos planteado y no nos pusimos de acuerdo. De hecho, hubo un momento en el que pensamos que era imposible hacer la comedia que nosotros queríamos hacer con En fin pero gracias a Prime Video que, contra todo pronóstico, nos respetó mucho nuestra idea pues hemos podido hacerla", agradece el creador que confiesa que hasta les ponía "trampas en el guion" para ver hasta dónde la plataforma estaría dispuesta a llegar en las locuras que plantean en la serie, "que se pegara a niños, por ejemplo...", calla para no hacer spoiler a futuros espectadores.
Porque hay mucha salvajada, "siempre en los límites que para nosotros es el buen gusto", aprecia, en En Fin. "A nosotros nos hacen gracia cosas que son un poco más salvajes que las que se ven en las comedias españolas, pero no llegan a un límite de que la gente arruge el gesto. Está dentro de unos límites amplios, pero más o menos decentes", afirma ante el asentimiento de José Manuel Poga que también participa de esa manera de ver la comedia aunque lamente que su personaje, Tomás, esté "rebajado" de humor. "Para un cómico, un payaso como yo, es una putada", ríe.
Humor que explota en Raúl Cimas, en Cristian de la Tierra, en Pepa Rus, en Javier Botet y en toda una serie de secundarios "que son una belleza", define Poga, donde también destacan Luisa Gavasa, Leonor Watling, Dani Mantero y un largo etcétera de intérpretes con una especial atención a los andaluces. "Yo he hecho mi carrera en Andalucía y he trabajado con actores que aunque no sean las caras más conocidas del mundillo tienen muchísimo talento y por eso tenían que estar conmigo en mi primer proyecto para una plataforma grande", acierta Sainz que tampoco renuncia a otras de las señas de identidad de sus producciones, el acento. Cada personaje con el suyo, sin cortapisas, sin sucedáneos. Y, oiga, todo se entiende, nada chirría en los parlamentos de los actores de En fin. O será que estamos en los límites del fin del mundo.
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