Cáritas pide que las administraciones cumplan su responsabilidad

María del Mar Manuz señala que se asumen frentes que debería garantizar el Estado del Bienestar

Las personas sin hogar dejan, en ocasiones, imágenes como ésta en cualquier punto de la ciudad. / Fito Carreto

Cáritas invierte la mayor parte de su tiempo y de sus recursos en la atención primaria de las personas. Y la responsable en la diócesis, María del Mar Manuz, llama la atención en un aspecto: se ha dado como establecido que ocurra esto, pero en realidad lo que se esconde es una dejación de funciones de las administraciones. “Por ejemplo, Cáritas está cubriendo los medicamentos que el SAS no cubre, o la salud bucodental, o la pobreza energética”, explica Manuz, entendiendo que estas y otras muchas son cuestiones que deben atender las administraciones, al igual que el reparto de alimentos y otro largo etcétera que hoy atiende Cáritas con aparente normalidad.

Por este motivo, desde la diócesis se hace un llamamiento a un debate profundo con el objetivo de que se modifique sustancialmente esta situación actual y las administraciones empiecen a asumir sus competencias. “Hasta que no se tomen decisiones importantes en la encrucijada actual del país, seguimos obligados a atender esas necesidades básicas de muchas personas”, traslada María del Mar Manuz, que considera que “no es adecuado” que Cáritas tenga que estar atendiendo esto.

“Por supuesto que estamos y vamos a seguir estando porque es nuestra misión atender al necesitado. Pero no deberíamos atender o cubrir cuestiones que realmente corresponden a las administraciones públicas”, sigue explicando la responsable diocesana de este ente eclesiástico. Y profundizando sobre este aspecto, llama la atención sobre determinados colectivos en claro riesgo de exclusión que en la actualidad están directamente olvidados por la administración, como el parado de larga duración o la familia numerosa “que ya hoy en día es un factor de riesgo de pobreza”.

A las administraciones pide también Cáritas una mayor implicación en el sostenimiento de esta organización, ya que son “los responsables del Estado del Bienestar” y están trasvasando a Cáritas “la búsqueda de solución a muchos problemas que no atienden”. En este punto, reseña María del Mar Manuz que hay que trabajar también en la transformación sistema actual de subvenciones, que se conceden anualmente. “Eso no es positivo, porque hay necesidades que son estructurales, no coyunturales, y que no se pueden poner en marcha las soluciones cuando al año siguiente te vas a quedar sin esa subvención”, explica, recordando que en la mayoría de los casos son soluciones además que debería dar la propia administración pero que está asumiendo Cáritas.

Actualmente estamos a verlas venir y a resultas de lo que a cada política le guste o no le guste”, aclara Manuz, que de hecho conoce de cerca esta situación porque Cáritas Diocesana perdió la colaboración del Ayuntamiento de Cádiz con la llegada de Podemos en 2015 y Cáritas de Andalucía perdió también el apoyo económico de la Junta de Andalucía en el año 2018.

Sobre esta implicación de las administraciones, además, Cáritas recuerda que la administración andaluza “ha estado años sin usar fondos propios para estas subvenciones, que llegaban por medio de la Junta pero vía estatal o de fondos europeos”.

La importancia de los proyectos que se desarrollan en la diócesis

La labor de Cáritas Diocesana va mucho más allá de esa importante e inagotable acción que realizan las cáritas establecidas en todas y cada una de las parroquias. En estas últimas se ofrece, sobre todo, una atención básica y primaria a quien llama a su puerta: abonar un recibo de luz para que no corten el suministro, ayudar a abonar la totalidad de una mensualidad del alquiler o entregar un lote de alimentos que garantice la manutención durante un período concreto, entre otros múltiples ejemplos. Pero Cáritas Diocesana va más allá. “Permite que haya un equilibrio inteligente a la caridad, para que esa atención básica de las parroquias vaya acompañada luego de procesos de formación y reintegración en la sociedad”, explica la responsable de esta entidad diocesana.

Un ejemplo claro está en la atención a personas sin hogar, donde Cáritas Diocesana “es la única que trabaja promocionalmente con las personas” manteniendo dos centros (María Teresa y Luz y Sal). “Evidentemente estas personas necesitan mantas y un caldo cuando hace frío, pero nosotros trabajamos con ellos para que salgan de esa situación, lo cual no es nada fácil”, explica.

Además de los Sin Techo, también dedica Cáritas sus proyectos en la diócesis al empleo o a las familias.

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