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Un sol espléndido alumbra un gran día de erizos y ostiones

La Erizada del barrio de La Viña y la Ostionada de la peña El Molino en la plaza de San Antonio congregaron a miles de personas ávidas de coplas y manjares del mar

Platos de ostiones repartidos en la plaza de San Antonio con la iglesia parroquial al fondo.
J.m.s. Reyes/R. Burgal Cádiz

12 de enero 2015 - 01:00

Las celebraciones gastronómicas previas al Concurso de Agrupaciones eligieron ayer el mejor día del invierno para repartir entre los aficionados productos de la tierra y coplas. La Viña concitó la atención con la XXXV Erizada y San Antonio con la XXIX Ostionada, todo bajo un espléndido sol, mucho público y numerosas personas buscándose la vida en los alreredores de ambas fiestas vendiendo bebidas y alimentos.

En el barrio viñero, la Federación de Peñas y Entidades Caleteras se volvió a hacer cargo por segundo año consecutivo de la celebración más veterana tras la desaparación de la Peña El Erizo, que ayer cumplió su 35º aniversario.

Desde el Mercado de Abastos ya se presagiaba lo que ocurría en el barrio de la Viña, con un trasiego de público constante desde el mediodía en dirección a la calle Virgen de la Palma y sus alrededores. Los puestos callejeros de erizos y ostiones animaban a gaditanos y visitantes a probar los frutos del mar.

Para la ocasión, los asistentes que pasaron por la barra situada ante la puerta de la extinta peña El Erizo, en la calle Cristo de la Misericordia, pudieron degustar los 650 kilos de erizos procedentes del Campo de Gibraltar y adquiridos a la empresa Antonio Rodríguez Pérez de Algeciras. Asimismo, también se pudieron comer unos 50 kilos de pimientos asados de la firma Huerta Campo Rico, que estuvieron regados con 50 cajas de botellines y dos barriles de cerveza, y seis cajas de botellines sin alcohol aportados por Cruzcampo y 50 cajas de manzanilla de Bodegas Argüeso.

En esta ocasión, el acceso a los productos gastronómicos no fue muy complicado y la espera fue corta, llegando la cola de espera hasta la esquina con la calle Pericón de Cádiz.

La XXXV Erizada estuvo presentada por Javier Taboas. Por el escenario colocado en la esquina entre las calles Virgen de la Palma y Cristo de la Misericordia pasaron cinco agrupaciones. Sobre las 13 horas, la encargada de abrir este acto fue la chirigota cordobesa 'Los que siempre ponen los cuernos', con letra de Jesús Jara López y música de Fernando Porra.

El plato fuerte de la Erizada fue la presencia de la comparsa de José Luis Bustelo 'La construcción', en lo que es un intento de la Federación de Peñas y Entidades Caeleteras de que agrupaciones de peso en el Concurso del Gran Teatro Falla vuelvan a recibir el Carnaval desde el barrio de la Viña. En su actuación, el grupo de Fali Mosquera realizó una pequeña antología con coplas de Bustelo y de Joaquín Quiñones, recordando los pasodobles de 'Los cuenteretes', 'Charrúas', 'Robots', 'La caldera' y 'Los vikingos', y la presentación de 'La caldera'. Las cartas, tal como anunció Mosquera al público, se guardan para el Concurso.

Tras la comparsa, también regresó a la Erizada el coro de la Peña La Salle-Viña, que se presenta en el COAC bajo el título de 'La Viña en guerra', con letra y música de Enrique Valdivia Bosche. El broche final, en una jornada donde el sol invitó a muchos de los asistentes a acercarse hasta la playa de la Caleta, lo pusieron las antologías de Manolín Gálvez, y de Ismael Campos y Germán Moreno.

Tiene mérito mantener una fiesta tan costosa después de 29 años y sin sede propia. Los peñistas de El Molino no han perdido el contacto pese a no disponer ya de su cuartel general de la calle Adolfo de Castro, y se reúnen casi exclusivamente para organizar cada año la Ostionada. La de ayer, mirando al cielo, una de las más lucidas que se recuerdan. "Hemos aguantado lluvias y vientos, pero nunca se ha suspendido". Lo decía Pepe Montes, presentador de esta fiesta desde su origen en la plaza de la Oca. Montes recordaba que entonces trabajaba en Radio Cádiz y fue el desaparecido y recordado Pepe Benítez quien, por coincidir con la Erizada, le envió al Mentidero para presentar aquella celebración. El presidente de la entidad, Antonio Pérez, aseguraba estar en una nube viendo desde el tablao de San Antonio repleta de público. "No me lo creo". Son muchos los esfuerzos para llegar hasta aquí. Un año más se había obrado el "milagro" de la multiplicación de los ostiones.

La XXIX Ostionada se iniciaba con el reparto de los 700 kilos de bivalvos, los 200 de pimientos aliñados (un producto recuperado tres años después), 60 barriles de cerveza y 50 cajas de vino fino. Los moluscos bivalvos procedían de Cambados (Pontevedra). Este año, como novedad, se habilitaba la Casa Pemán para atender a los componentes de los coros participantes, una gestión llevada a cabo por la Asociación de Coristas Gaditanos (Ascoga) para que a sus asociados ni a sus familiares no les faltara de ná. El presidente de este colectivo, Antonio Procopio, recibiría, avanzada la fiesta, el Molino de Oro sobre el tablao de San Antonio. "Este año vienen dos coros más que en 2014 gracias a Procopio", decía el presidente de El Molino. También se impuso la misma distinción al gerente de Cruzcampo José Antonio Esquina.

La tanda de actuaciones comenzaba con el coro juvenil 'La murga de Puerta Tierra', al que siguió el coro de la misma categoría 'Los afortunados', que cantó un tango al primer amor. Con 'Los rojos', de Antonio Segura y Juan Pastrana, dirigido por José Luis Sánchez Del Pino, llegaba el primer cuplé al encarcelamiento de Isabel Pantoja, que será uno de los temas estrellas del Carnaval 2015. Luego actuaron los coros 'Los ilegales', 'En la ciudad de Cádiz' y 'La banda callejera'.

Como novedad, las ninfas infantiles visitaron por primera vez la Ostionada y se presentaron una a una sobre el escenario. El Molino obsequió a cada niña con una muñeca. Las ninfas adultas, habituales en esta celebración, también se dieron cita. San Antonio se encontraba atestada de público cuando apareció la alcaldesa, Teófila Martínez, quien más que temer deseaba que el buen tiempo prolongara la estancia del público en la calle. "Hemos dado orden de no empezar a limpiar hasta bien tarde", decía. Y así fue. La fiesta en la calle, principalmente en el barrio de La Viña, se mantenía hasta bien entrada la noche.

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