Los estibadores afirman que el Muelle de Cádiz se encuentra en un estado de conservación “deplorable”

Cádiz/Dicen que es mejor prevenir que curar. En ámbitos de trabajo en los que se mueven grandes pesos y materiales peligrosos esta máxima adquiere una importancia mayor.

Así piensan los trabajadores de la estiba del puerto de Cádiz y prefieren avisar. Pero parece que ya lo han hecho de manera reiterada con la mirada puesta en el despacho del director y de la presidenta de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz.

El delegado de Prevención de Estigades, Juan Pablo Bermúdez, ha preferido advertir de la situación “deplorable” en la que se encuentran algunas zonas del puerto de Cádiz antes de que sea más tarde y que haya que lamentar daños personales, a la vista que ya han existido daños materiales a pesar de que han sido accidentes, por fortuna sin víctimas.

Con esta finalidad, este representante de los estibadores portuarios del puerto de Cádiz, personas más que experimentadas sobre el terreno y que están más que acostumbradas a extremar los cuidados por miedo a los accidentes, ya que son el sector portuario que más heridos acumula por culpa de siniestros de diversos tipos.

Estado del tráfio rodado

Así han remitido una instancia a la APBC en la que denuncian el “estado crítico” del tráfico rodado en el puerto de Cádiz y solicitan que la presidenta, Teófila Martínez, así como su director, Agustín Romero, adopten medidas urgentes para garantizar la seguridad.

En el escrito se centran sobre todo en la situación actual del tráfico rodado en el puerto de Cádiz que afirman que “ha alcanzado un nivel crítico de inseguridad, poniendo en grave riesgo la vida de los trabajadores portuarios, usuarios y turistas que transitan por las instalaciones”.

Alertan a los responsables del puerto de Cádiz que si no se corrigen “de inmediato, podrían provocar accidentes con consecuencias fatales”.

Acentúan, por ejemplo el estado “deplorable” del pavimento, pues indican que el firme por donde circulan remolques y vehículos presenta un estado de “deterioro alarmante, con cangrejeras, boquetes y fisuras profundas, que dificultan la operativa diaria y aumentan el riesgo de vuelco de remolques y contenedores remontados”.

De hecho, sin ir más lejos, en la zona donde operan los buques de Armas Trasmediterránea tuvo lugar en días pasados uno de estos accidentes que, por fortuna, no provocó daños personales aunque sí materiales. Una cabeza tractora con su remolque volcaron hacia un lado después de que sus ruedas se toparan con una irregularidad en el terreno que provocó el corrimiento de la carta y el posterior accidente.

Las rampas móviles

A todo eso le suman que las rampas móviles de acceso a los buques están en un estado tal que las maniobras de carga y descarga se realizan con un “riesgo constante de accidentes graves por la falta de mantenimiento de las misma”. Añaden que el acceso a la zona de las rampas móviles está desplazado por el hundimiento del firme convirtiéndolo en un escalón en la entrada.

Así mismo, las tapaderas de registros próximas al cantil “se hunden solas”, por lo que representa un “peligro contante” para todo el personal que tiene que circular por dicho espacio, aunque sea andando.

En el escrito hacen igualmente alusión a la ausencia de señalización en las áreas de circulación, lo que genera “un caos” que multiplica el riesgo de colisiones y accidentes, “evidenciando una mala planificación para recibir el nuevo buque de carga rodada, lo que está generando un caos operativo”.

Los estibadores aprovechan para recordarle a la Teófila Martínez que hay muchas ocasiones en las que no hay espacios suficientes para el aparcamiento de remolques ni vehículos de carga y descarga, lo que causa cuellos de botella y aumenta considerablemente el riesgo de accidentes. “Esta situación, agravada por la falta total de señalización y marcas en la calzada, demuestra una grave falta de mantenimiento y control por parte de la APBC”.

Y los estibadores, según el testimonio de su delegado de prevención, Juan Pablo Bermúdez, se está viviendo en la actualidad “una mezcla de vehículos pesados, autobuses turísticos, vehículos de pasajeros y peatones en las mismas zonas, aumentando significativamente el riesgo de atropellos y accidentes”.

A la vista de esta situación que han querido denunciar y, a la vez, hacer pública, a través de Diario de Cádiz, los estibadores solicitan que la APBC asuma “su responsabilidad en la reparación de rampas móviles, acceso a las mismas y el pavimento de las zonas de trabajo de carga rodada, implementando señalización clara en todas las zonas de circulación”.

Quieren que la Autoridad Portuaria garantice ya mismo la separación física clara entre vehículos pesados, ligeros, pasajeros y peatones y que elabore un plan exhaustivo para la recepción segura de los buques de carga rodada.

Aconsejan a los responsables del puerto de Cádiz que se incluyan agentes de la APBC para regular el tráfico en el puerto, para lo que deben contar con chalecos de alta visibilidad, linternas, conos, señales de tráfico , etcétera, para así evitar ser atropellados y “puedan realizar su trabajo sin correr riesgos innecesarios”.

Los estibadores, hartos de esta situación que describen y denuncian ya por escrito, solicitan “encarecidamente”, con el objetivo de garantizar la seguridad de todas las personas que trabajan o transitan por el puerto, que el pavimento se mantenga en óptimas condiciones y la señalización sea siempre clara y suficiente.

A pesar del escrito de advertencia, los estibadores van más allá y, a pesar de que han expresado su confianza en que la APBC colabore “en mantener un entorno laboral seguro”. Y, si no fuera así, afirman de manera taxativa que se reservan el derecho “a paralizar cualquier actividad que ponga en riesgo la integridad física de los trabajadores o usuarios, en caso de que las condiciones de seguridad no sean las adecuadas”.