Europa, la cuarta pata del futuro de Cádiz
Letras Capitulares
La propuesta que esta semana presentará el Ayuntamiento para recibir 20 millones se complementa con las inversiones propias, con las esperadas de otras administraciones y con la intervención también del sector privado
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Hay un documento que se llama Agenda 2030 con objetivos y medidas para el desarrollo sostenible que persiguen, a priori, todos países, regiones y ciudades de la ONU. Parafraseando este plan o programa, Cádiz está poniendo las bases de su particular agenda 2030, de esa ciudad del futuro que se sustentará sobre cuatro pilares que son fundamentales. Conocidas son ya tres de esas patas, a las que debe unirse una cuarta que en estos días ha comenzado su andadura.
En concreto, se trata de la pata europea, llamada a jugar un papel importante en el desarrollo de esa ciudad del futuro a través del plan EDIL al que la ciudad presentará su propuesta esta próxima semana. No en vano, hablamos de 20 millones de euros que permitirían ejecutar una treintena de proyectos y actuaciones financiados (en un 85%) por fondos europeos.
No se puede decir que el Plan de Acción Integrado (PAI) diseñado por el Ayuntamiento para esta EDIL sea especialmente ambicioso; pero cuanto menos supone una inversión de 20 millones en esos barrios de extramuros que, dicho sea de paso, apenas notaron la Edusi que también se centraba en ellos. Dinero que, por otro lado, permitirá que el Ayuntamiento no tenga que asumir esas actuaciones que ya tenía en su agenda y que impedirán -en caso de no obtener la financiación europea- destinar recursos económicos a otros frentes que necesita la ciudad.
De todo el programa EDIL, quizá destaque en esa ciudad del futuro la implantación de la Smart City y todo lo relacionado con nuevas tecnologías que se quiere implantar, y en cuyo terreno Cádiz ya está bastante retrasada con respecto a otras ciudades; la mejora urbanística que se quiere dar a la Avenida de la Bahía, otro gran balcón que tiene la ciudad y que está pendiente de explotar debidamente; o esas viviendas colaborativas (para jóvenes y mayores) que puede abrir la puerta de un nuevo modelo.
Por todo ello, el pleno que se anuncia para este lunes en el que se aprobará el PAI que esta misma semana se enviará al Gobierno estatal para competir con el resto de ciudades de más de 75.000 habitantes de Andalucía, Extremadura y Castilla La Mancha se antoja un paso fundamental de cara a afianzar esos 20 millones que engrosan la cuarta pata sobre la que debe sustentarse la construcción de la ciudad de los próximos años, con proyectos que se irán desarrollando hasta diciembre de 2029.
Inversiones municipales
En ese horizonte de Cádiz 2030 tiene un papel vital, como es lógico, el Ayuntamiento, que en estos últimos años ha reforzado su situación y capacidad económica (mérito especialmente del anterior gobierno de José María González a cambio de huir durante ocho años prácticamente de cualquier inversión y gasto) y que empieza a gestar proyectos de calado en diversos ámbitos y puntos de la ciudad.
En la cima de la pirámide municipal pueden colocarse cuatro grandes proyectos que irán viendo su desarrollo material a partir de 2026. Se trata de la urbanización de la Avenida de Astilleros, necesaria desde hace años para conectar el acceso a la ciudad por el nuevo puente con el centro histórico; la construcción del denominado Parque del Cementerio y sus equipamientos deportivo y social, que pone fin a un largo proceso (aún en camino) de clausura del camposanto y recuperación de ese espacio para la ciudad; y la rehabilitación de la Puerta de Tierra, con la oportunidad de volver a dar uso a la Casa del Niño Jesús (aún sin finalidad u ocupación decidida por el gobierno local). Todo ello se vincula al préstamo de 27 millones que desde finales del pasado año tiene el Ayuntamiento en su cuenta, y que sólo podrá usarse para esos tres proyectos que están actualmente en fase de redacción por los técnicos pertinentes.
El cuarto de estos grandes proyectos es la construcción del nuevo pabellón Fernando Portillo, cuya financiación tiene prácticamente cerrada el Ayuntamiento y cuyo proyecto está ya en el estudio de Pujol y Cruz redactándose para licitar la obra a lo largo de este año y poder empezar en 2026.
Además de estas actuaciones, hay que poner de relieve la reactivación decidida de la construcción de viviendas, que debe traducirse en más de un centenar en los próximos meses a las que deben seguir uniéndose promociones y actuaciones que desde el gobierno de Bruno García insisten en que se están estudiando y preparando. O la intervención integral en el Parque Genovés, que contempla mejoras y reparaciones de parteres o de la reja exterior, así como la rehabilitación integral de la pérgola (gastando prácticamente el mismo presupuesto que costó construirla) y la culminación del antiguo Teatro Pemán que será realidad en cuestión de meses. O la creación del denominado Parque de la Muralla, que el Ayuntamiento quiere sacar adelante por medio de la concesión a un privado de la construcción y explotación un aparcamiento subterráneo en la actual bolsa de zona azul y naranja a los pies de la muralla de la Cuesta de las Calesas.
El resto de administraciones
A los proyectos que está poniendo en marcha el Ayuntamiento (por ahora, solo en los despachos y en las oficinas técnicas, a la espera de empezar a materializar las obras a lo largo de este año y del próximo) deberán unirse en el futuro las grandes actuaciones que otras administraciones tienen pendientes y que vienen marcando desde hace años las disputas políticas y las decepciones ciudadanas por cuestiones que nunca terminan de salir adelante y que cuando parecen aseguradas se frenan en seco y vuelven a la casilla de salida.
En este capítulo las miradas se centran irremediablemente en la Junta de Andalucía, que posiblemente sea la administración que más deuda -histórica ya, incluso- tiene con Cádiz. Empezando por la Ciudad de la Justicia, que si no vuelve a torcerse debe empezar la obra este mismo año y que está tramitando la propuesta de unos inversores privados para construir el nuevo edificio; siguiendo con Valcárcel, cuyas obras de rehabilitación también se ha anunciado que comenzarán este año con una inversión de 6 millones de euros (a partes iguales entre Junta y Diputación); y acabando con el hospital, que sigue a la espera de cerrar un acuerdo con Zona Franca (que curiosamente está promoviendo el Ayuntamiento, que no tiene nada que decir en este proyecto, en lugar de la Junta, que es la que debiera liderar esta necesidad sanitaria en la ciudad) para definir el proyecto y empezar a hablar de la financiación, que no será fácil.
También tiene la Junta que definirse respecto al tranvía, a esa segunda línea que iba a cruzar el puente de la Constitución y la Avenida de Astilleros para llegar a la Plaza de España; y respecto a Náutica, con esa propuesta de conversión del edificio universitario en viviendas que no termina de encajar en la opinión pública.
El Estado tiene también varios frentes abiertos que deberá solucionar en los próximos años. La intervención en la muralla debe proseguir con nuevas fases, para garantizar su continuidad en el tiempo. Vinculado a esto de alguna forma, tendrá también que definir un plan para el Castillo de San Sebastián, que tras su apertura este pasado verano no parece haber encontrado un uso claro más allá de las visitas, como de hecho recordaba esta semana el PSOE municipal.
Navalips será, sin duda, la gran apuesta del Estado en la ciudad de estos próximos años, con esa creación de un nuevo barrio con 800 viviendas que debe seguir dando pasos hasta empezar a materializarse en todo ese suelo del polígono exterior. Y de la mano de Zona Franca, se seguirá reurbanizando y transformando ese polígono exterior, que de manera más inminente espera la sede de Incubazul, un hotel o una residencia de estudiantes.
Esta zona de la ciudad está llamada a ser objeto de un amplio debate y reflexión sobre sus usos y sobre las oportunidades que puede dar a la ciudad si el actual uso industrial se amplía a otras opciones, incluida la vivienda.
De otras administraciones hay que hablar también de la Autoridad Portuaria, que va a liderar la gran transformación que supondrá la integración del puerto en la ciudad y la ganancia de todos los metros cuadrados que permitirá liberar la nueva terminal de contenedores cuya apertura y puesta en marcha sigue dando pasos y ya se anuncia para 2026. Las obras en el muelle Ciudad está previsto que comiencen en breve, dando un primer paso a ese nuevo espacio ciudadano que dibuja el futuro.
Y la Diputación Provincial tiene también su cuota de protagonismo en este capítulo, de la mano principalmente de ese proyecto de conversión del antiguo IES Rosario en Escuela de Hostelería, y con su porcentaje de participación en Valcárcel y, en menor medida, también en el Portillo.
La inversión privada
En la construcción de ese Cádiz del futuro también jugará un papel importante, como no puede ser de otra forma, el inversor privado. Varios son los proyectos o espacios que están llamados a crear nuevas oportunidades y a convertirse en motor de la ciudad en ese horizonte de un lustro.
El Campo de las Balas se quiere poner en manos de un privado para construir un nuevo hotel en un enclave absolutamente privilegiado, lo que a buen seguro disparará las ofertas que reciba el Ayuntamiento cuando saque a subasta ese suelo. Todo ello con el inconveniente que ya asoma de retranquear la actual calle que separa el solar de las edificaciones de viviendas (los denominados pisos de Hollywood), que legalmente no parece que vaya a ser tan fácil y puede terminar complicando el proyecto ideado en el Ayuntamiento.
La integración puerto-ciudad se hará también posible con la actuación del sector privado; como los inversores que plantean ese auditorio al aire libre que es el último atractivo que se ha sumado en ese espacio. O como la empresa que consiga resucitar el proyecto hotelero de Puerto América, cuando el Gobierno acabe dando el visto bueno definitivo a su construcción en ese suelo portuario.
El rincón gastronómico que lleva años agonizando a la espera de que las administraciones aclaren el futuro de todo ese entorno de Plaza de Sevilla también está llamado a ser un importante revulsivo en la ciudad, así como los nuevos usos que puedan materializarse en esos espacios disponibles a lo largo de la Avenida de Astilleros, donde se ha planteado un centro comercial o un aparcamiento en altura, entre otras ideas que manejaba el anterior gobierno municipal y el actual.
También tendrá un hueco importante el inversor privado en materia de vivienda, con proyectos llamativos como la torre que ya está levantando ABU junto a los depósitos de tabaco o la futura edificación que parece va a ser posible al fin en las Casitas Bajas si logra reconducirse la operación.
Todos estos proyectos dibujan una transformación a simple vista espectacular de aquí a 2030 en Cádiz. Otra cosa es que todo lo previsto se haga; empezando por los 20 millones de la EDIL que ahora tendrán que pasar el filtro estatal.
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