Tribuna libre
El mensaje del comedor
La Fundación Cajasol acogió ayer la primera de las jornadas organizadas por el Círculo de Empresarios del Sur de España (Cesur) denominadas 'Círculo de pensamiento innovador', que tienen como objetivo colaborar en la mejora de las cualidades educativas de los niños de Andalucía.
La invitada que inauguró este curso fue Inger Enkvist, catedrática de Filología Española en la Universidad de Lund (Suecia) y experta en modelos educativos comparados.
Inger cuenta con un amplio currículum: ha formado parte del Consejo Sueco de Educación Superior, ha sido miembro de la Academia Argentina de las Ciencias Políticas y Morales, ha recibido la condecoración al Mérito Civil en nuestro país y ha publicado varios libros como 'La educación en peligro', 'La buena y la mala educación. Ejemplos internacionales' o 'La educación. Guía para perplejos'.
En su alocución en la Fundación Cajasol la catedrática profundizó en el sistema educativo finlandés, uno de los referentes mundiales, y lo comparó con el sueco, en claro retroceso.
Para ella, el éxito de Finlandia en sus políticas educativas se basa en el papel que juega el docente "que tiene un alto nivel intelectual, un requisito indispensable hasta para dar clases en preescolar". Esta exigencia al maestro influye en los resultados de sus alumnos, quienes reciben una educación de calidad, además, mantenida en el tiempo.
"Finlandia ha vivido dos guerras civiles y participó en la Segunda Guerra Mundial, todo, a lo largo del siglo XX. Además, ha sufrido varias crisis económicas, ahora mismo con la debacle de Nokia y la crisis de la madera". Estas circunstancias adversas parecen haber influido en el carácter del finlandés "que sabe que la vida no es fácil y deben hacer esfuerzos y por ello creen que es fundamental que sus hijos tengan acceso a una buena educación".
En el año 2000, los excelentes resultados del Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes o Informe PISA "cogieron por sorpresa a los finlandeses, quienes pensaban que no habían hecho nada especial para estar en la cumbre de la educación a nivel mundial", sostiene Inger.
Por contra, en Suecia, "las buenas condiciones económicas, la ausencia de conflictos, la democratización, la alfabetización... han adormecido al país y han provocado un buenismo con el que se implantaron medidas sociales que bajaron el nivel de la educación".
En Finlandia los niños empiezan la escuela tarde en comparación con España, con siete años, "aunque a los seis años van a un curso de preescolar donde aprenden a comportarse como alumnos". Ya en ese nivel educativo el docente tiene que tener una alta preparación académica, mientras que a los alumnos se les sigue exigiendo resultados a medida que van creciendo. "En Primaria le dan mucha importancia a la lectura. Al terminar el primer año ya deben saber leer y si tienen algún tipo de retraso cuentan con clases de apoyo".
En Secundaria, "se cuida la formación profesional y si un alumno quiere seguir estudiando y quiere acceder a un instituto popular, debe tener buenas notas y pasar un proceso de selección. Además, saben que en la universidad la nota es fundamental, por lo que tienen claro que estudiar es el camino".
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