La fábrica de Altadis cierra una línea de producción con 50 empleados

Es la primera fase de la reducción emprendida por Imperial Tobacco · En diciembre se acabará con la de liga de tabaco y la plantilla disminuirá en 200 trabajadores, hasta quedar con la cifra final de 67 en 2010

Un trabajador de Altadis, en una de las últimas reivindicaciones.
Redacción / Cádiz

16 de junio 2009 - 01:00

La planta de Altadis en Cádiz ya ha perdido una de sus tres líneas de producción y cuenta ya con 50 trabajadores menos. Es la primera fase del plan de la propietaria de la tabacalera, la británica Imperial Tobacco, que dejará finalmente a 67 empleados en el centro de producción gaditano. Es, como dice la presidenta del comité de empresa, Carmen Pérez (Autonomía Obrera), "el principio del cierre".

El grupo más grande de trabajadores que se verá obligado a dejar la empresa saldrá en el mes de diciembre, en torno al 18 y 19 de ese mes. Ese será el momento en el que la línea de producción de liga de tabaco eche el cierre definitivo y envíe a la calle a 200 personas, mientras que otras 12 o 13 más lo harán justo dentro de un año. En ese momento sólo quedará en funcionamiento parte del almacén y la planta de tabaco expandido. A juicio de Andrés Butrón, secretario general de la Asociación de Trabajadores Tabaqueros (ATT), "es la menos rentable de todas y la que tiene las máquinas más antiguas y en peor estado". Al igual que Carmen Pérez, le da muy poca vida al centro industrial de Cádiz.

La sangría de puestos de trabajos ha sido constante desde que en 1985 se trasladaran desde la antigua fábrica de tabacos en la calle Plocia hasta el nuevo centro en la Zona Franca. La privatización en 1998 dio un nuevo paso y los expedientes de regulación de empleo han sido constantes hasta adelgazar la plantilla a los 67 trabajadores que habrá en junio del año que viene.

La continua salida de trabajadores ha venido también acompañada de un adelgazamiento en las funciones del centro industrial tabaquero de Cádiz, Una de las joyas de la corona era la fábrica de cigarros, ya que en Cádiz se hacía la producción de los Farias. En noviembre del año 2005 se cerró y su actividad se trasladó a Santander. Con ella salieron a la calle 200 trabajadores.

Andrés Butrón cree que el Ayuntamiento podría haber expropiado esta parte de la planta para que otra empresa se instalara en la misma, "porque lleva casi cuatro años cerrada sin ningún tipo de utilidad".

Hasta el 1 de julio no debería entrar en vigor el cierre de la producción de tabaco reconstituido, pero por motivo de las vacaciones de sus trabajadores ya lleva algunos días sin funcionar. En esta planta se hacían las láminas a partir del polvo de tabaco resultante de la manipulación y corte de las hojas y a continuación se le añadían glucosa y otros aditivos. La lámina posteriormente se cortaba en pequeñas porciones y acababa por añadirse a las ligas para la producción de diferentes marcas de cigarrillos. Carmen Pérez creen que han dejado la línea de tabaco reconstituido "por mantener algo abierto y porque Altadis todavía necesita a Cádiz para esta labor"

La situación en la plantilla es de cierta tranquilidad. No les queda otra. Carmen Pérez cuenta que "los compañeros se marchan tranquilos porque se van con una prestación por jubilación, pero tristes porque llevan muchos años trabajando aquí". Como dice la presidenta del comité de empresa "ésta ha sido una empresa casi familiar, donde han trabajado varias generaciones de apellidos".

Caso aparte es la destrucción de opuestos de trabajo en la Bahía de Cádiz que no se van a volver a recuperar: "Recuerdo que cuando se privatizó esta empresa ya gobernaba el Partido Popular, y nos decían que esa medida era para mantener el empleo y la industria y mira adonde hemos llegado".

Andrés Butrón explicaba que se ha producido una competición entre el PSOE y el PP para ver con qué administración se aprobaban más expedientes de regulación de empleo: "ha ganado el PSOE por 4 a 2".

Los trabajadores que continuarán en la planta gaditana estarán entre los 48 y los 50 años la gran mayoría, por lo que no se han podido acoger a las prejubilaciones de la empresa, que se fijaron en los 52 años.

Desde la ATT se insistió una vez más en que se le debería haber quitado la medalla de oro de la ciudad que se le dio a la entonces Tabacalera con el alcalde Carlos Díaz en el poder, cuyos motivos fueron la inversión y el mantenimiento de los puestos de trabajo. Ese compromiso ya ha acabado.

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