Los fallecidos por amianto en los astilleros de la Bahía llegan a 16

La cifra de afectados por contacto con el amianto en los astilleros de la Bahía entre 1960 y 1982 crece paulatinamente. Así, los datos ofrecidos por el departamento de salud laboral del sector del metal de Comisiones Obreras en octubre de 2007 registraban 46 trabajadores enfermos. En marzo de 2008, cuatro meses después, el número se eleva a 49. Más estremecedor es el incremento en los fallecidos en este mismo periodo, que han pasado de 11 a 16. El amianto es un producto cancerígeno que se utilizó durante muchos años, hasta su prohibición, en el sector naval, entre otros.

Por factorías, la que tiene una mayor implicación es la de Bazán San Fernando, con 26 enfermos y 11 fallecidos. Por detrás se sitúa el astillero de Cádiz, que registra cuatro fallecidos -uno de las empresas auxiliares- y 18 afectados, de los cuales 12 también pertenecen a auxiliares. Puerto Real es la que tiene una menor incidencia, aunque son siete los trabajadores perjudicados (cuatro de auxiliares) y un fallecido. Además hay que tener en cuenta -así lo explica el responsable de este departamento sindical, José Casas- los casos que no se conocen todavía y los que ya nunca se conocerán por haber sido justificada de otra manera la enfermedad desarrollada.

En total, los cálculos del sindicato elevan a más de 6.000 los trabajadores de las tres factorías que estuvieron en contacto con este mineral empleado con asiduidad en la construcción de buques sin la debida protección en ese periodo, aunque no todos ellos han tenido, tienen o tendrán por qué desarrollar alguna de las enfermedades como consecuencia de este contacto, unas patologías de carácter respiratorio, que en función de la gravedad, pueden ser mortales.

Pero detrás de este baile de datos y de cifras están los trabajadores, sus familias y sus historias, en cuyo centro se sitúa toda una batalla legal y administrativa por ser reconocidos e indemnizados por quienes ellos valoran son los responsables de su situación. Hasta el momento, el frente que más frutos les ha dado ha sido el abierto por el bufete de un abogado americano, Mitchell-S Cohen, quien trabaja desde hace varios años en la obtención de indemnizaciones de las aseguradoras de las cuatro empresas norteamericanas que suministraron amianto para la construcción de 34 barcos con bandera estadounidense en el astillero isleño y gaditano.

Es el propio abogado quien acude a la Bahía regularmente para entregar los cheques a los indemnizados, que fueron hasta octubre del año pasado una quincena. Días atrás, comentaba Casas, acudió otra vez para entregar otros 20 y recoger el testimonio de los nuevos. Las cuantías de las ayudas varían en función de la enfermedad, e incluso ha habido casos en que la entrega se ha realizado a las viudas de los trabajadores. Sin embargo la posibilidad de conseguirlas es cada vez menor debido a que dos de las cuatro empresas se han declarado en quiebra.

La segunda opción en la que Comisiones está trabajando es la judicial, que pone el punto de mira en la responsabilidad de la empresa, la actual Navantia, entonces Empresa Nacional Bazán y Astilleros. Por la vía laboral hay abiertos tres casos, el más avanzado de ellos, el de un trabajador del astillero gaditano fallecido en 2004, Rafael Pérez, que ha sido desestimado en primera instancia y se ha elevado al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA). Hay otros dos de la factoría de Puerto Real que ya han iniciado sus trámites.

Por último, la vía civil es la alternativa más novedosa en la que se está trabajando de la mano de otro abogado, el británico Irwin Mitchell, pero requiere como condición específica que el caso sea el de una persona fallecida hace menos de un año. En este sentido, explicaba Casas, ya se han producido reuniones de contacto para tratar los dos primeros casos.