La Familia Real y el ‘Elcano’

Historias de cádiz

Con el embarque de la Princesa Leonor, serán cinco generaciones de la Familia Real las que hayan navegado en el buque escuela de la Armada

El origen del Juan Sebastián Elcano

El guardiamarina Juan Carlos de Borbón en 1958. / Archivo

El Rey Alfonso XIII fue el primero que embarcó en el Elcano, asistiendo en abril de 1928 a sus primeras singladuras entre Cádiz y Málaga. Pero, además, el Rey conoció de primera mano la construcción de este buque escuela en los astilleros gaditanos de Echevarrieta y Larrinaga. En efecto, el 1 de mayo de 1927, los Reyes de España acudieron a Cádiz para la botadura del Trasatlántico Magallanes, construido en Matagorda y del que la Reina Victoria Eugenia fue la madrina. Terminado los actos previstos para esta visita, don Alfonso acudió al astillero de Cádiz para conocer la construcción del buque escuela, que acababa de ser botado. El propietario del astillero, Horacio Echevarrieta, y el ingeniero director, Aldecoa, fueron los que enseñaron al monarca el estado del nuevo buque. Don Alfonso, experto marino y aficionado a la vela, estuvo conversando con los responsables de la obra e incluso hizo algunas sugerencias para la mejor maniobrabilidad del buque.

El Elcano fue entregado definitivamente a la Marina en febrero de 1928 y, tras unas pruebas en las proximidades de Cádiz, el buque atracó en nuestro puerto el 12 de abril. Ese mismo día el buque escuela abrió sus puertas para que todos los gaditanos pudieran conocerlo, comenzando de esta manera una tradición que continua hasta ahora. El comandante era el capitán de fragata Manuel de Mendívil y Elío, el segundo, el capitán de corbeta Julián Sánchez Ferragut y el tercero, el también capitán de corbeta, y gaditano, Fernando de Abárzuza y Oliva.

Todos los visitantes quedaron encantados de la elegancia del buque y, en particular, de la cámara del comandante, destinada también a recibir altos dignatarios de los países a visitar por el Elcano. La prensa local reflejó curiosamente que el barco tenía tres pianos, en distintas dependencias, para amenizar las largas navegaciones y causó admiración el soberbio juego de té de plata de ley, obsequio de Echevarrieta para la cámara del comandante, valorado en ocho mil pesetas.

La Marina decidió que el Elcano realizara su primer viaje entre Cádiz, Málaga, Sevilla, Las Palmas, Tenerife y San Sebastián, donde recibiría la bandera de combate. Don Alfonso XIII, que pasaba temporada en Sevilla, anunció que embarcaría en Cádiz el 18 de abril para conocer el estado definitivo del buque escuela navegando hasta Málaga.

Ese día por la mañana llegó a Cádiz el ayudante de S.M. Alvaro Espinosa de los Monteros, acompañado de varios cocineros y personal de confianza del Rey. Los cocineros marcharon directamente al Mercado de Abastos para comprar “pollos pequeñitos”, pescado y alcauciles. El veterinario municipal fue el encargado de examinar que los artículos adquiridos para el monarca estuvieran en buenas condiciones higiénicas.

Don Alfonso XIII llegó al muelle pasadas las seis de la tarde, conduciendo personalmente un automóvil Hispano-Suiza. Pese a que había anunciado que no quería recibimientos oficiales, el muelle estaba atestado de público. Le dio la bienvenida Alvaro Picardo, ya que el alcalde, Ramón de Carranza, estaba enfermo en cama. Alfonso XIII estuvo departiendo un rato con las autoridades gaditanas en el muelle, preguntando detalladamente a José León de Carranza por el estado de salud de su padre.

Pasadas las siete de la tarde, el Elcano comenzó la maniobra de desatraque con el Rey en el puente junto al comandante. En el palo mayor popel estaba izado el pendón de Castilla. La Comandancia de Marina había entregado al Elcano unos partes enviados desde Tarifa señalando un fortísimo temporal de Levante, por lo que el buque escuela, nada más dejar el muelle fondeó en la bahía para pasar la noche.

A la mañana siguiente y escoltado por el cañonero Bonifaz el Elcano partió hacia Málaga. Al mediodía, la Comandancia de Marina recibió un radio del comandante del Elcano comunicando que el buque escuela navegaba a vela y motor sin novedad y que el Rey estaba “complacidísimo” de su estancia a bordo. Más tarde, el semáforo de Tarifa comunicó por telegrama que el Elcano había pasado el Estrecho sin novedad.

Tras desembarcar el Rey en Málaga, el flamante buque escuela marchó a Sevilla, Las Palmas, Tenerife y San Sebastián, donde el día 8 tuvo lugar la entrega de la bandera de combate, en unión de la del crucero Blas de Lezo. La ceremonia oficial tuvo lugar en la terraza del Gran Casino, donde se celebró una misa. Las banderas del Elcano y del Blas de Lezo fueron entregadas respectivamente por las infantas Beatriz y Cristina. Cuando se izaron las banderas, cientos de pequeños botes rodearon al Elcano y Blas de Lezo dando vítores a España y la Marina. Finalmente, la Familia Real ofreció un almuerzo de gala en el palacio de Miramar.

Treinta años más tarde, en 1958, embarcaría en el Elcano el que años más tarde sería Rey de España, Juan Carlos de Borbón. Las circunstancias eran muy distintas a las que se producen en la actualidad. En la Jefatura del Estado estaba Francisco Franco y don Juan Carlos, aunque tenía tratamiento de príncipe y de alteza real, aún no era heredero de la Corona. Por otra parte, en aquellos años la salida del buque escuela para iniciar un crucero de instrucción era un simple acto de servicio y carecía de los actos protocolarios de los que hoy está rodeado.

Don Juan Carlos llegó a Cádiz acompañado de su preceptor naval, el capitán de corbeta Fontanals, y visitó el panteón de Marinos Ilustres en San Fernando y el denominado “Castillito”, el Recreo de López, donde estuvo alojado su padre, don Juan de Borbón, mientras fue alumno de la Escuela Naval entonces situada en San Fernando.

La salida del buque escuela, el 10 de enero, estuvo presidida por el almirante accidental del Departamento, Colomina, que estuvo acompañado del jefe del Estado Mayor, capitán de navío Enrique Barbudo, y del comandante de Marina, capitán de navío Manuel de la Puente. Numerosos gaditanos monárquicos, encabezados por José María Pemán, acudieron al buque a saludar al príncipe.

El Elcano estaba al mando del capitán de fragata González López, y el profesor de navegación fue el gaditano teniente de navío José María Vallarino. El futuro Rey, como un guardiamarina más, visitó los puertos de Las Palmas, Santo Domingo, Colón, Balboa, El Callao, Cartagena de Indias y Norfolk. Desde Estados Unidos el príncipe regresó a España por vía aérea acompañado de su padre, don Juan de Borbón.

En 1987 embarcó como guardiamarina el actual Rey de España, don Felipe de Borbón y Grecia, entonces Príncipe de Asturias. El Príncipe recibió la medalla de oro de la ciudad de Cádiz y la placa de oro de la provincia, máximas distinciones que conceden municipio y diputación. Durante su estancia en Cádiz, y junto a sus compañeros de promoción, tuvo la oportunidad de pasear por la ciudad y acudir a los lugares de moda. Sus padres, los Reyes, su abuelo el conde de Barcelona y sus hermanas las infantas Elena y Cristina también acudieron a Cádiz para despedir a don Felipe.

La salida del buque escuela tuvo lugar el 9 de enero de ese año de 1987, tras la misa ante la Patrona de Cádiz, la Virgen del Rosario, en el convento de Santo Domingo. Más de quince mil personas ocuparon el muelle y la alameda para presenciar la salida del Juan Sebastián de Elcano. Televisión Española también transmitió en directo el acontecimiento. El Rey y el resto de la Familia Real embarcó en el patrullero Bonifaz para acompañar al buque escuela en su salida. En este crucero de instrucción el Elcano, al mando del capitán de navío Marti Narbona, visitó los puertos de Las Palmas, Tenerife, Rio de Janeiro, Buenos Aires, Montevideo, Salvador de Bahía, Santo Domingo y Baltimore. El príncipe desembarcó en este último puerto para regresar a España por vía aérea.

Don Juan de Borbón, abuelo del actual Rey, no pudo embarcar como guardiamarina en el Juan Sebastián de Elcano. Había ingresado en 1930, como un alumno más, en la Escuela Naval Militar situada entonces en San Fernando. En abril de 1931 fue proclamada la República y don Juan, acompañado del capitán de corbeta Fernando de Abárzuza, abandonó la Escuela en un patrullero rumbo a Gibraltar. En 1978 fue nombrado Almirante honorario de la Armada Española y al año siguiente embarcó en el Elcano durante la travesía de Pearl Harbour a Manila. El buque escuela estaba dando la V vuelta al mundo, al mando del capitán de navío Díaz del Rio, y don Juan compartió con alumnos y dotación varias singladuras. El abuelo del Rey impartió varias conferencias sobre su vida y cautivó a todos con su simpatía y conocimientos náuticos.

En julio de 2001 la Reina doña Sofía embarcó en el Juan Sebastián de Elcano, al mando del capitán de navío Rodríguez-Toubes, durante varias singladuras, convirtiéndose en la primera Reina de España en navegar en el buque escuela.

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