Los famosos gladiadores que luchaban en el Anfiteatro de Gades

Cádiz fue Gades, una importante ciudad romana creada a imagen y semejanza de Roma por el menor de los Balbo. Aquí proyectó en el siglo I a. C. una ciudad monumental, con todos los elementos que así la definen. Hasta el momento podemos palpar parte de este pasado glorioso desde las gradas de lo que queda del Teatro Romano, la factoría de salazones, los restos de estructuras encontradas en la Casa del Obispo, las cisternas romanas del solar del Cómico, el acueducto y los últimos hallazgos del testaccio de Gades (vertedero urbano) o en la necrópolis romana, donde precisamente se localizó hace apenas unos meses una lucerna con la representación de un gladiador. Pero, ¿qué sabeos del anfiteatro de Gades y de sus famosos gladiadores?

El anfiteatro: ubicación y amplitud

El anfiteatro es uno de esos lugares anhelados de Gades que todavía no ha sido localizado. Su posible ubicación en el subsuelo del área de intramuros, frente a las Puertas de Tierra, hace muy complicado -casi imposible- su excavación, que no su localización a través de medios geotécnicos. Los expertos en historia romana y las fuentes documentales lo ubicaban a la derecha del camino que accedía a la ciudad (Vía Augusta). Agustín de Horozco contaba que tenía un perímetro de 34 metros de ancho por unos 100 de largo. Es decir, que ocupaba una buena parcela, llegando a alcanzar probablemente parte del barrio de Santa María, en la zona entonces denominada Huerta del Hoyo.

Los combates de los famosos gladiadores como 'Insafoe'

El anfiteatro era el lugar donde se vivían los combates de gladiadores (con animales o entre hombres), tal y como se muestra en el epistolario de Cicerón, que conserva una referencia a los juegos gladiatorios en Gades. Estos gladiadores eran luchadores entrenados que la mayoría de las veces sobrevivían a los combates y podían llegar a ganar mucha fama y a veces su libertad. La popularidad de estos juegos de gladiadores era tal, que inspiraban todo tipo de piezas, desde mosaicos a pinturas u objetos de terracota, piezas convertidas en juguetes o lucernas.

Aunque hasta el momento han sido pocos los restos que han aparecido en la ciudad asociados a este legendario edificio, sí que existen varias piezas que pueden verse en el Museo de Cádiz vinculadas precisamente a la figura del gladiador. Es el caso de las figuras de terracota, esculturas o las lucernas que los representan.

• Entre las lucernas con motivo de un gladiador del Museo de Cádiz figura la que apareció recientemente en el solar de Marqués de Cropani. En esta pieza aparece el nombre propio que adoptaría, Insafoe, del que el arqueólogo que ha liderado estos trabajos, Francisco Blanco, hizo referencia en su presentación a que "podría tratarse del Messi de aquella época en la estampita". Es decir, que sería el ídolo para este niño romano que fue enterrado con este objeto que sin duda tendría un gran valor para él. De hecho,  este gladiador se ganó su nombramiento y el derecho que inscribieran su nombre en un objeto como esta lucerna, a raíz de su popularidad en los juegos gladiatorios que se celebraban en Gades.
• Algunas décadas antes, Pelayo Quintero localizó una inscripción funeraria de mármol de un gladiador en las excavaciones de la antigua necrópolis de Cádiz, cerca de la fábrica nacional de torpedos, junto al Instituto Hidrográfico de la Armada. Una placa en la que se aprecia la inscripción "Aquí yace el samnita juliano llamado Germano, que alcanzó 14 victorias, griego de nacimiento, que murió con 30 años".

• También lucen en una vitrina una escultura de gladiador de terracota. Esta figurilla articulada, de carácter lúdico, era probablemente un juego para niños, una especie de playmobil de época romana, que explican desde el Museo, hallado en 1931 también en el solar de la antigua fábrica de torpedos de Cádiz.

El urbanismo de Gades marcado por su anfiteatro

El anfiteatro se erigía como agente ordenador del terreno en Gades y elemento clave en el dominio ideológico del territorio. Su ubicación a las afueras responde a la ordenación urbana entonces planeada y a razones de seguridad, ya que allí se encerraban animales salvajes, comentaba a este medio hace algún tiempo el profesor de la UCA Oscar Lapeña. Igual de interesante resulta la explicación simbólica, "ya que el anfiteatro marca las fronteras palpables de la cultura romana. Aquí combaten civilización y naturaleza, la barbarie y la civilización. Era el paso de la vida a la muerte, de la esclavitud a la libertad y de la infamia a la gloria".